Al despedirse de Chile y proseguir con su peregrinación hacia Perú, el Sumo Pontífice Paz pidió paz y unidad para el país austral. El Papa Francisco ofreció una misa en la ciudad de Iquique en la que dio palabras de agradecimiento y bendición a todos los chilenos.
Agradeció a la presidenta Michelle Bachelet por la invitación al país y a todos los que hicieron posible su visita sin dejar atrás a los voluntarios. "Gracias por el trabajo abnegado y silencioso de miles de voluntarios, (más de 20 mil) sin su empeño y colaboración hubiesen faltado las tinajas con agua para que el Señor hiciera posible el milagro del vino de la alegría", expresó el Papa.
En la última misa de su viaje a Chile, la inmigración fue el tema central. Los habitantes de Iquique en los últimos años han registrado un considerable número de llegada de extranjeros. "Iquique es una zona de inmigrantes que nos recuerda la grandeza de hombres y mujeres, de familias enteras que ante la adversidad no se dan por vencidas y se abren paso buscando vida".
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Agregó que es una tierra de sueños que ha sabido albergar a gentes de diferentes pueblos y culturas, "gente que ha tenido que dejar a los suyos y marcharse". Otro de los temas centrales fue el desempleo:
"Estemos atentos frente a la precarización del trabajo que destruye vidas y hogares. A los que se aprovechan de la irregularidad de muchos inmigrantes porque no conocen el idioma o no tienen papeles. Estemos atentos a los que no tienen techo".
Al finalizar la homilía el Papa mencionó que sigue su perenigración hacia Perú. "Pueblo amigo y hermano de esta patria grande que estamos invitados a cuidar y a defender. Una Patria que encuentra su belleza en el rostro pluriforme de sus pueblos".
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Por último les dijo a los chilenos que no se pongan celosos, "especialmente con los argentinos, que son de mi patria. Gracias a mis hermanos argentinos que me acompañaron en Santiago, en Temuco y acá en Iquique. ¡Muchas gracias!"
