El pasado 5 de agosto Sergio Urrego, de 16 años, decidió suicidarse desde la terraza del Centro Comercial Titán Plaza. El joven, estudiante del Gimnasio Castillo Campestre, no resistió la persecución, discriminación y el rechazo por parte de la institución educativa al enterarse que él era homosexual y tenía una relación amorosa con un compañero del salón. El periódico El Espectador hizo un recuento detallado de todo el caso que tituló: Las pruebas de Sergio.
Según la Unión Libertaria Estudiantil, organización a la que pertenecía Sergio, “hacia mitad del año 2014 el colegio estalló en indignación, cólera e hipocresía cuando descubrieron que nuestro buen amigo Sergio tenía una relación amorosa con su compañero de colegio hace ya tiempo atrás. Ante ese suceso el colegio citó al papá y a la mamá de nuestro compañero –separados hace años– a entrevistarse con las directivas para “tratar ese preocupante problema”. Días antes de suicidarse, Sergio fue señalado de acoso sexual por quien sería su novio.
La Unión Libertaria Estudiantil también denunció en su portal web que luego de conocer la condición sexual de Urrego, por parte del colegio “comienza una labor sistemática y organizada por parte de la señora rectora y de sus subalternos para desgraciar la vida de Sergio.
Le discriminan, maltratan y le amenazan repetidas veces con no dejarle entrar a clase. Además de lo anterior, le asignan citas en psicología –tratando sus sentimientos como un problema-; se le niegan los últimos informes académicos -dejamos en claro que estaba a paz y salvo con la pensión, ruta y alimentación, siendo condiciones que impone el colegio para la entrega de resultados- y se le crea día tras día una carga emocional y psicológica que es insostenible y que le lleva finalmente a la muerte”.
A través de las redes sociales, las personas han mostrado su indignación por este caso. Por ejemplo, Daniel Samper, director de la Revista Soho, hizo un llamado para dar fin a la intolerancia. A este llamado se han sumado políticos y personas del común.
Por ahora, la mamá de Sergio recibirá asesoría de Colombia Diversa para interponer una tutela.
Según la Unión Libertaria Estudiantil, organización a la que pertenecía Sergio, “hacia mitad del año 2014 el colegio estalló en indignación, cólera e hipocresía cuando descubrieron que nuestro buen amigo Sergio tenía una relación amorosa con su compañero de colegio hace ya tiempo atrás. Ante ese suceso el colegio citó al papá y a la mamá de nuestro compañero –separados hace años– a entrevistarse con las directivas para “tratar ese preocupante problema”. Días antes de suicidarse, Sergio fue señalado de acoso sexual por quien sería su novio.
La Unión Libertaria Estudiantil también denunció en su portal web que luego de conocer la condición sexual de Urrego, por parte del colegio “comienza una labor sistemática y organizada por parte de la señora rectora y de sus subalternos para desgraciar la vida de Sergio.
Le discriminan, maltratan y le amenazan repetidas veces con no dejarle entrar a clase. Además de lo anterior, le asignan citas en psicología –tratando sus sentimientos como un problema-; se le niegan los últimos informes académicos -dejamos en claro que estaba a paz y salvo con la pensión, ruta y alimentación, siendo condiciones que impone el colegio para la entrega de resultados- y se le crea día tras día una carga emocional y psicológica que es insostenible y que le lleva finalmente a la muerte”.
A través de las redes sociales, las personas han mostrado su indignación por este caso. Por ejemplo, Daniel Samper, director de la Revista Soho, hizo un llamado para dar fin a la intolerancia. A este llamado se han sumado políticos y personas del común.
Por ahora, la mamá de Sergio recibirá asesoría de Colombia Diversa para interponer una tutela.
