En las últimas horas, la crisis de los refugiados se cobró la vida de al menos 60 personas que murieron en dos naufragios separados en Turquía y en Túnez.
Al parecer las 180 víctimas intentaban llegar a Europa en un barco con capacidad para 90 personas. Tras el siniestro, un total de 48 cadáveres fueron recuperados frente a las costas de Sfax, en el sur de Túnez. De ese mismo grupo 68 personas pudieron ser rescatadas, 60 tunecinos, un libio y siete personas originarias de países del Magreb o África subsahariana.
Según el coronel Mohamed Salah Sagaama, comandante de la base naval de Sfax, este lunes por la mañana se reanudaran las labores de búsqueda para recuperar la totalidad de cadáveres.
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La embarcación había sido avistada durante la noche del sábado cuando estaba "a punto de hundirse" cerca del archipiélago de Kerkennah, según el ministerio del Interior tunecino.
Según la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), este es el naufragio de migrantes más mortífero registrado en el Mediterráneo desde el 2 de febrero, cuando 90 personas, en su mayoría paquistaníes, murieron ahogadas frente a las costas de Zuara, en el oeste de Libia.
El número de migrantes que arriesgan su vida para hacer el peligroso trayecto para llegar a Europa va en creciente pesar de los acuerdos alcanzados entre la Unión Europea y Turquía en 2016. Actualmente, España es la tercera puerta de entrada de la inmigración ilegal en Europa, Con más de 7,600 llegadas por mar, incluidos 237 muertos desde principios de año hasta el 30 de mayo. Italia y Grecia, ocupan los primeros lugares.
