El presidente Juan Manuel Santos le salió el paso a las críticas sobre la billonada que se gastó en sobrecostos en la refinería de Cartagena, Reficar, y hasta cambió de discurso.
“El problema de Reficar tiene que ver precisamente con esa costumbre que teníamos los colombianos de iniciar las obras sin estructurarlas bien. Yo estoy seguro que no se robaron la plata que están diciendo”, aseguró.
Sin embargo, otra cosa piensan los órganos de control como la Contraloría, entidad que ha sostenido que el desfalco a los dineros públicos, por contrataciones injustificadas y millonarios sobrecostos, llegan a varios billones de pesos.
“El problema es que costó más de lo que estaba previsto, porque iniciaron la obra con solo el 20% de los estudios de ingeniería y cuando comenzaron a profundizar se dieron cuenta que costaba más y se tuvo que pagar”, manifestó el jefe de Estado, refiriéndose a los contratos de la modernización de la refinería.
Recién estalló el escándalo, el presidente de la República aseguró que los sobrecostos nacieron en el anterior gobierno. De todas maneras, Santos señaló que actualmente hay una ley que convierte en delito licitar una obra que apenas esté iniciando los estudios para llevarla a cabo.
