Sin computadores, celulares, televisión satelital... así es la vida de Blair McMillan, su pareja Morgan, de 27 años y sus hijitos Trey, de 5, y Denton, de 2. Ellos viven como si estuvieran en el Canadá de 1986, año en que nacieron Blair y Morgan. Su casa en las afueras de Toronto está dotada de todas las comodidades de la época pero están prohibidos los inventos posteriores. Tienen TV pero no cable, teléfono de disco pero no contestador automático, video juegos pero no un X Box y a cambio de Netflix está la cassettera en VHS...
La vida no siempre fue así para los McMillans. La decisión de regresar al pasado se produjo cuando Blair pidió algo a su hijo mayor y éste respondió que no podía hacerlo porque estaba demasiado ocupado jugando con su IPad. Decidieron entonces enseñar a sus hijos a vivir sin la tecnología. Quieren que los niños jueguen balón en el patio y no pasen horas embrujados por una pantalla.
Hoy, los McMillans van al banco, en lugar de hacer sus operaciones en línea; toman fotos usando película y dan a sus niños libros de colorear y lápices de colores. Lo único contemporáneo que conservan es su carro, un Kia modelo 2010, pero no utilizan el GPS. A cambio, usan los tradicionales mapas de rutas en papel.
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