Arnaud Beltrame fue homenajeado este miércoles como un héroe nacional en Francia. El gendarme perdió la vida por salvar a una rehén en el ataque terrorista a un supermercado la semana pasada.
El homenaje de Estado para Beltrame fue liderado por el presidente Emmanuel Macron. “Su memoria vivirá y su ejemplo subsistirá (...). El coronel Beltrame hacía frente a la agresión islamista, al odio, a la locura mortífera", haciendo un llamado "cada ciudadano a una mayor vigilancia y civismo, frente al islamismo subterráneo". recalcó Macron durante la ceremonia en el monumento de Los Inválidos, en París.
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En el mismo contexto, Macron habló de otro tema que impactó a Francia: el asesinato el viernes de una octogenaria judía, Mireille Knoll, "asesinada porque era judía" y víctima del mismo "oscurantismo bárbaro". La señora vivía sola en un apartamento del este de París y según la autopsia fue apuñalada varias veces y luego prendieron fuego a su casa.
La anciana nació en 1932 y había escapado a la redada de 1942 de París contra más de 13 mil judíos huyendo con su madre a Portugal. Dos hombres fueron detenidos y acusados de "homicidio voluntario" de carácter antisemita por el asesinato.
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Miles de personas asistieron en medio de la lluvia al monumento de Los Inválidos, que alberga una necrópolis militar y donde está enterrado Napoleón, al homenaje al último héroe de Francia.
Entre los 1.200 invitados, estaban las familias de las víctimas, las personas presentes durante el ataque, los expresidentes Nicolas Sarkozy y François Hollande y numerosos militares. El féretro de Arnaud Beltrame fue acompañado por 200 hermanos de armas.
Calles de honor se hicieron al paso del convoy que lideraba un grupo de siete motoristas de la Guardia Republicana, en las vías hacia Los Inválidos: estudiantes, policías, gendarmes y bomberos estuvieron también presentes.
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En todas las gendarmerías y prefecturas, en el Palacio Presidencial del Elíseo y en la sede del Ministerio del Interior se hizo un minuto de silencio en su memoria.
Otras personas se reunieron en el cuartel en que trabajaba Beltrame: "Se sentía intrínsicamente gendarme. Para él, ser gendarme quería decir proteger", dijo su viuda Marielle. Su decisión de tomar el lugar de una rehén "fue un gesto cristiano", añadió.
Beltrame murió el sábado pasado por las heridas graves que recibió luego de intercambiarse voluntariamente por una mujer que seguía de rehén en el atentado terrorista en un supermercado el viernes pasado en Trèbes. Beltrame entró con su celular con la línea abierta para que afuera pudieran escuchar lo que ocurría. En ese momento el terrorista abrió fuego contra él, que recibió al menos seis disparos, uno de los más graves en la garganta.
El terrorista, Lakdim, que era seguido por estar fichado por los servicios de inteligencia por sus supuestos vínculos con el salafismo, se atrincheró en el supermercado después de haber matado al conductor de un auto para robarlo, y de haber disparado contra un grupo de policías que hacían ejercicios a unos 10 kilómetros del lugar, hiriendo a uno de ellos por la espalda. Cuando entró al supermercado, mató a un carnicero y a un cliente.
Beltrame, de 44 años, se graduó como mayor de su escuela militar, antes de unirse a la unidad de élite de paracaidistas en Irak, participar en la seguridad del palacio del Elíseo y dirigir una compañía en el noroeste del país. Era el número 3 del agrupamiento de gendarmería del Aude, departamento de Carcasona.
Sus exequias serán celebradas mañana jueves en Ferrals, al sur de Francia, donde vivía con su esposa. Las otras tres víctimas también serán inhumadas ese día.
Beltrame se graduó como mayor de su escuela militar, antes de unirse a la unidad de élite de paracaidistas en Irak, participar en la seguridad del palacio del Elíseo y dirigir una compañía en el noroeste del país.
Se había casado por lo civil, pero la pareja había decidido consagrar su unión con una boda religiosa. Estando entre la vida la muerte, el gendarme recibió la visita urgente del padre Jean-Baptiste, de una parroquia de Carcassonne, con el que los esposos sostenían un diálogo íntimo de preparación religiosa para el matrimonio, desde hacía varias semanas, quien los casó.
"A sus pies -dijo el padre Jean-Baptiste-, oré por la próxima celebración de su matrimonio, tal como era su voluntad. En su lecho, en el hospital, le di el sacramento del matrimonio y la extremaunción".
