Una final más para James, esta vez por la Supercopa española. Distinto a lo que pasó en la consagración ante Sevilla la semana anterior por el supertrofeo europeo, esta vez al 10 le tocó empezar en el banco de suplentes. Real Madrid tiene un plantel de lujo, que puede darse la dádiva de dejar al colombiano en el blanco de suplentes, junto a los nada despreciables Di María, Khedira, Isco, entre otros.
El rival de hoy en el Bernabéu, el flamante campeón de Liga, Atlético de Madrid. Como era de esperarse, el 'Cholo' Simeone planteó un juego áspero, apostando a que se extinguieran los minutos y si podía, agredir a su archirrival. Real, sin un juego lúcido y con un Cristiano Ronaldo apagado, entró en la fricción.
De contragolpe fue más efectivo el equipo colchonero en el primer tiempo, por lo que Iker Casillas salvó en un par de ocasiones a los merengues. Mientras, el arquero Moyá le dio tranquilidad al 'Aleti' en cada embestida blanca que siempre se frustró.
Por eso el primer tiempo fue denso y difícil de ver. Afortunadamente en el segundo tiempo la cosa cambió… en algo. De manera sorpresiva, Ancelotti sacó a Cristiano Ronaldo y lo puso a James Rodríguez. Gran presión para el 10 de reemplazar al ídolo, y al principio sintió la responsabilidad.
Pero conforme los minutos pasaron, James se asentó y entró en la sintonía blanca comandada por Xabi Alonso. En pocos minutos, el campeón de Europa metió en su arco a Atlético Madrid y James Rodríguez se transformó en el hombre del partido. El ex Mónaco mostró rebeldía y cambió de costado, jugó más libre y se vio al goleador del mundial a pleno.
Y fue gol de James. Un gol sucio, con poca estética pero gol al fin. Kroos inició la jugada, abrió a la derecha para que Carvajal enviara un centro para la conquista de Benzema. Pero el azar, la fortuna (para James) y la aguerrida defensa colchonera impidieron que la gloria fuera para el francés. Era la noche-madrugada de James. Como un rayo apareció e incómodo, de derecha le pegó y luego de un rebote el balón superó hasta ese momento el imbatible Moyá.
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Real Madrid era superior y lo merecía. La ventaja mínima no condecía con lo que en esos minutos se vio en el Santiago Bernabéu. Pero el 'Aleti', fiel a su libreto una iba a tener y la cuestión era embocarla o no. Y lo hizo. Raúl García bien de pescador cazó una segunda jugada producto de un tiro libre y ante la inoperancia de Casillas, que no salió a cortar, empujó la pelota para un premio excesivo del campeón liguero en la cancha de su acérrimo rival. Todo se definirá el viernes en el Vicente Calderón.
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