En la ciudad checa de Bohemia circula la versión la existencia de una enfermera que es considerada como una heroína.
Todos los turistas que a esta ciudad, una de las tres regiones históricas que componen la República Checa, antes parte de Checoslovaquia, se enteran de esta macabra leyenda que no ha podido ser comprobada por los historiadores pero que ya hace parte del imaginario colectivo de esta sociedad. Lea también: ‘Miss Hitler 2014′, el concurso que busca a la nazi más sexy
Se dice que la enfermera que protagoniza esta historia, fue violada durante la Segunda Guerra Mundial por los hombres del régimen de Adolf Hitler y aunque denunció, los habitantes de esta región montañosa - temiendo represarías - no le creyeron y por el contrario la rechazaron.
Dolida y en silencio planeó la forma de vengarse. El mejor aliado para su venganza fue el estrés de la guerra, sabía que los soldados buscaban sexo para olvidarse de la presión del enemigo y ejecutó su macabro plan.
Decidió acostarse con cientos soldados nazis para contagiarlos de las enfermedades de transmisión sexual que le dejaron quienes la violaron. La enfermera los contagiaba de sífilis y mientras más relaciones tenía con los soldados más se infectaba y mayor era su trasmisión a los hombres.
En una temporada los soldados nazis empezaron a morir, no por producto de la guerra, sí por producto del sexo.
La mortandad llamó la atención de la Gestapo, la macabra policía secreta oficial de la Alemania nazi, logró identificar la causa de la muerte de sus hombres y emprendió una violenta cruzada para capturar y asesinar a la enfermera de la muerte.
Auque les costó trabajo, los hombres de Hitler la encontraron y como era de esperarse acabaron con su vida.
Según señalan medios europeos, en la ciudad muchos le hacen homenajes a la mujer que se vengo no solo por su país sino por su propia dignidad.
Al parecer, en la casa donde vivía la enfermera checa, ahora mora el abogado jubilado Karel Friml, de 79 años, quien declaró. "Sus actos fueron su propia resistencia y venganza por la violación de su país y la suya propia", ha declarado Friml al diario británico 'Daily Mail'. El abogado tiene constancia de que la enfermera "tenía muchos amantes alemanes, quizás seis, quizás diez, quizás más".
Mientras que la historiadora y encargada del museo de Trebon, Jirina Psikova, afimar que esta fémina es reconocida históricamente por los residentes a través de su labor. "Algunos dicen que era una prostituta y que transmitía enfermedades de transmisión sexual entre los oficiales alemanes, pero otros la consideraban una auténtica patriota que fue violada e infectada por los nazis y que decidió cobrarse su venganza",explicó