Una de las principales políticas del gobierno de Estados Unidos y su presidente, Donad Trump, fue suspendida parcialmente. Se trata de la prohibición de entrada de refugiados procedentes de diferentes países, la mayoría musulmanes.
Esto debido a una decisión de un juez federal de Seattle, que determinó levantar la prohibición ya que esta impedía la reunión familiar entre inmigrantes legales del país y viajeros en la época de Navidad.
El juez James Robart tomó la decisión luego de escuchar los alegatos de diferentes organizaciones civiles como la Unión de Libertades Civiles de EE. U.U. y el Servicio Familiar Judío. Estas asociaciones aseguran que la medida tomada por Tump y su gobierno causa "daños irreparables" a la institución de la familia.
También aseguran que se pone en riesgo la integridad de las personas, a pesar de la insistencia del Gobierno que asegura que la medida se impuso para garantizar la seguridad nacional ante los diversos ataque de organizaciones terroristas como el autodenominado Estado Islámico en diferentes partes del mundo.
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Sin embargo, la entrada de personas de estos países de Medio Oriente deberá cumplir con diferentes requisitos, según explico el juez Robart. Por ejemplo, se debe verificar que las personas tienen una relación real con una persona o entidad de Estados Unidos.
El veto, que dio inicio en el mes de octubre, se enfoca principalmente en 11 países de África y Medio Oriente. La mayoría viene de países como Egipto, Irán, Irak, Libia, Mali, Corea del Norte, Somalia, Sudan del Sur, Sudán, Siria y Yemen.
La prohibición ha sido tildada por varios sectores opositores como xenófobas y discriminatorias hacia los musulmanes. Sin embargo, Trump asegura que se trata de una política para reforzar la seguridad, ya que, considera, los controles y leyes migratorias de este país son demasiado laxas, por lo que podrían entrar organizaciones terroristas.
