La noticia de la muerte de Isabel Rivera Molina, ha dado la vuelta al mundo. La mujer de aproximadamente 80 años fue hallada muerta después de 14 o 16 años en su apartamento, en España, según informaron los médicos forenses.
La residencia está ubicada en la calle de José del Hierro del distrito de Ciudad Lineal en Madrid.
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De acuerdo con las investigaciones y medios españoles como El Mundo, la mujer estaba muerta por lo menos desde septiembre de 2004.
La mujer falleció en absoluta soledad. Su pareja había fallecido varios años antes y nadie volvió a reclamar. Sus vecinos habían insistido varias veces a las autoridades que algo malo podría haber sucedido. Sin embargo, solo hasta el pasado 22 de octubre, las autoridades forzaron la puerta e ingresaron para hacer el hallazgo.
La familia de Isabel Rivera poco se preocupaba por ella y solo hasta los últimos días empezaron a preguntar por ella. El reporte de la desaparición se dio porque una sobrina -con la que no tenía trato- denunció en la Policía.
Los vecinos comentaron que Isabel siempre saludaba y era educada aunque no mantenía gran amistad con ninguno de ellos.
Afirmaron que pudo haber sido por la depresión que saben que sufría desde antes de que muriera su marido, y que se agravó con su fallecimiento. Otras personas comentaron que no lo recuerdan exactamente.
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Para el ingreso al apartamento fue necesaria la presencia de los bomberos, quienes usaron una escalera de emergencia para subir sobre el balcón y deslizar una ventana que estaba semiabierta. Fue así cuando encontraron su esqueleto en el baño.
El cadáver estaba perfectamente conservado por las condiciones de humedad y ventilación. Los expertos determinaron que murió por causas naturales.
Según el administrador del edificio, nunca sospecharon que Isabel había fallecido porque sus cuentas seguían pagándose normalmente.
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En el bajo del edificio hay una sucursal bancaria cuyos empleados relataron que, lo que ocurre normalmente es que cuando una persona tiene saldo positivo y los movimientos son solo de los recibos domiciliados no se genera una alarma. Si el saldo en la cuenta hubiese sido negativo probablemente el banco sí habría indagado, reconoció una trabajadora.
No es el único caso de este tipo que se conoce en España. También se supo que el cadáver de un hombre pasó siete años recostado en la cama de su casa de Valencia. Los vecinos pensaron que se había mudado, y su hermano avisó a las autoridades después de esos siete años. Lo encontraron en 2018.
