Durante una ceremonia de bautizo de varios niños en Roma, el Papa Francisco volvió a levantar polémica entre los más conservadores miembros del catolicismo. En esta ocasión, varios de los menores que esperaban el sacramento empezaron a llorar. Entonces Su Santidad permitió que las madres amamantaron a los pequeños ahí mismo, en la iglesia.
“Madres ustedes pueden dar leche a sus hijos, incluso ahora, si ellos lloran porque tienen hambre, amamántenlos, no se preocupen”, fueron las palabras del Papa. “Amamantar es un acto de amor”.
En su homilía, Francisco hizo un llamado a que las mujeres amamantaran a sus hijos cuando fuera necesario. “Madres ustedes pueden dar leche a sus hijos, incluso ahora, si ellos lloran porque tienen hambre, amamántenlos, no se preocupen, (...) amamántenlos, no tengan miedo, aliméntenlos porque ese también es el lenguaje del amor".
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La polémica se desató porque que una madre amamante a su niño en un lugar público, y más si es un sitio religioso, no es bien visto por algunas personas. Se sabe de casos en los que mujeres han sido sancionadas o expulsadas de algunos lugares por hacerlo. Uno de los ejemplos es el de Constanza Santos, una argentina de 22 años que fue sacada por la policía de un centro comercial en Buenos Aires por dar leche a su pequeño de 9 meses.
En ese sentido, Renata Boscan, consultora internacional de lactancia Materna le contó a France 24 que “desde hace mucho tiempo se desvirtuó la función primaria de las mamas, dándole una connotación sexual y estética, transformándolas en algo como un artículo a la venta. Por eso el Papa hace hincapié en que amamantar es un acto natural y sobre todo un acto de amor. Me gustó mucho escuchar eso del Papa Francisco, rescatando su función primordial que es nutrir al recién nacido.”
