La ira en Brasil no se apaga. El jueves, otro día en el que fueron convocadas multitudinarias protestas en 80 ciudades del país, se contaron al menos un millón de personas en las calles. Una de las marchas más concurridas fue en Rio de Janeiro, donde se convocaron unos 300 mil manifestantes.
La policía estima que fueron no más de 800 mil personas. Organizadores dicen que superaron el millón. Debido a que continúan las demostraciones, y a pesar de que algunos gobiernos de ciudades han desistido de sus propuestas de elevar los precios del transporte público, la presidenta del país Dilma Rousseff citó a sus principales ministros para una reunión de emergencia que procure una evaluación de la crisis por los levantamientos ciudadanos.
En Brasilia, la capital, también salieron más de 400 mil personas y se presentaron varios desórdenes. Un grupo de ciudadanos intentó prender en llamar el Ministerio de Relaciones Exteriores aunque la policía logró detenerlos.
Las protestas reclaman mejores servicios públicos, políticas que acaben con la corrupción, y están contra los elevados costos de la Copa Mundial de fútbol que organiza ese país para 2014.
