La Administración Nacional de la Aeronáutica y del Espacio, mejor conocida como NASA, puso en órbita desde la semana anterior la nave que recibe el nombre de OSIRIS-REx, desde entonces se encuentra circundando el área del asteroide primitivo conocido como Bennu, la astronave descubrió la existencia de agua, según el reporte oficial de la NASA, el cuerpo rocoso está compuesto por las mismas moléculas que originaron la vida en el planeta Tierra.
En el mismo comunicado, la institución explica, "Información recientemente analizada procedente de la misión del Explorador de Orígenes, Interpretación Espectral, Identificación de Recursos y Seguridad de Regolitos (Osiris-Rex, siglas en inglés) ha revelado la presencia de agua en la arcilla que conforma su objetivo científico, el asteroide Bennu".
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Esta información fue obtenida a partir de dos espectrómetros ubicados en la sonda, estos indicaron la existencia de hidroxilos, que contienen moléculas con átomos de oxígeno y de hidrógeno adheridos en sí mismos.
Esta misión está soportada por un grupo de investigadores que tienen la duda sobre si estos hidroxilos están en todo el planetoide, aunque la misma NASA supone que su presencia sería apenas residual.
"Puesto que Bennu es en sí mismo demasiado pequeño para haber albergado agua, el descubrimiento indica que en algún momento se dio la presencia de este líquido en algún cuerpo paralelo, seguramente un asteroide mucho más grande" agrega la NASA.
Desde el 3 de noviembre la agencia espacial estadounidense informó que la OSIRIS-REx completó la primera fase de su misión, en la que debía alcanzar la órbita de Bennu y desde ese momento, acompañará al asteroide como si fuera su satélite, esto con el fin de investigar cómo se desplazan este tipo de cuerpos sin una onda gravitatoria específica.
Luego de esto, en los próximos doce meses, tendrá que localizar un espacio ideal para que aterrice en Bennu, ya que debe recoger muestras útiles para ser analizadas cuando la nave regrese a la Tierra.
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Amy Simon, científica de la NASA, comenta, "Cuando las muestras de esta misión lleguen a la Tierra, en 2023, los científicos recibirán un tesoro oculto de nueva información sobre la historia y la evolución de nuestro sistema solar".
