La hipótesis de la pista siria sostiene que caso del ataque terrorista a la Asociación Mutual Israelita Argentina (AMIA), que tuvo lugar en la nación suramericana exactamente hace 25 años, fue en
La hipótesis de la pista siria sostiene que caso del ataque terrorista a la Asociación Mutual Israelita Argentina (AMIA), que tuvo lugar en la nación suramericana exactamente hace 25 años, fue en realidad un atentado contra el expresidente Carlos Menem por haber cancelado un proyecto para vender reactores nucleares a Siria y otro proyecto de un misil, que luego sería vendido a Egipto.
El caso AMIA el 18 de julio de 1994, es una de las investigaciones que aún se están llevando a cabo en Argentina 25 años después. En el hecho murieron 85 personas y más de 200 resultaron heridas. Este atentado estuvo precedido por otro similar a la Embajada de Israel en Argentina el 17 de marzo de 1992, donde murieron otras 22 personas.
En un comienzo Argentina adjudicó el atentado a Irán basándose en el testimonio de un falso testigo, Manouchehr Moatamer, un ciudadano iraní disidente que se hizo pasar por arrepentido y señaló a altos funcionarios iraníes como los autores intelectuales del crimen.
A la postre se iba a demostrar que las declaraciones de Moatamer eran falsas y que el juez de la causa, Juan José Galeano, había recibido sobornos para aceptar pruebas montadas contra de Irán.
Quienes apoyan la hipótesis de esta pista argumentan que el atentado contra la embajada de Israel en Buenos Aires (1992), el atentado contra la AMIA (1994) y la muerte del hijo de Menem, Carlos Menem Junior (1995), fueron 3 golpes asestados por la mafia árabe.
Cabría preguntarse entonces por qué las investigaciones se redireccionaron hacia Irán y no a Siria.
La explicación que exponen quienes sospechan de los sirios y que en parte también expuso el exsenador nacional Mario Cimadevilla en su informe, es que tanto los Estados Unidos como Israel presionaron para que Irán fuera el sospechoso.
Esto se debió a que la relación entre Irán con ambos países estuvo y está plagada de complicaciones constantes, mientras que por aquellos años Siria había llegado a tener una relación más amigable con los Estados Unidos.
Según esta versión de los hechos, el juez Juan José Galeano, orientó la causa con pruebas montadas para inculpar a los iraníes y es por eso que sobornaron a Carlos Telleldín, un extraficante de autos robados, y los fiscales de la causa realizaron maniobras para desviar la investigación.
Durante las investigaciones se comprobó que existió un pago de USD 400 mil dólares al 'reducidor' de autos Telleldín, para que declarara haberle vendido una camioneta Traffic a un miembro de la organización libanesa Hezbolá, con la que luego se produjo el atentado.