Suiza fue goleado por Francia en el partido anterior y quiso venganza de inmediato. Con la sangre en el ojo se enfrentó a Honduras, un equipo que a pesar de lo poco que demostró en el torneo, llegó a la última fecha con una opción matemática para clasificar. Para lograrlo, debía golear a Suiza y esperar una mano por parte de Francia, algo con olor a hazaña.
La esperanza hondureña se diluyó rápido. Defendiéndose a ultranza, no marcó a la figura helvética Xherdan Shaqiri, que tuvo tiempo y espacio para rematar de zurda al ángulo y marcar uno de los goles más bonitos del torneo. En solo seis minutos, la estrategia hondureña se transformó de defensiva a ofensiva por el gol en contra.
Las ansias catrachas se esfumaron rápidamente con el segundo gol suizo. Los europeos apostaron por la contra y de esta manera consiguieron espacios que otra vez Shaqiri plasmó en el marcador. En tres toques, el delantero quedó frente a frente con Valladares y de zurda colocó una distancia inalcanzable para Honduras.
Conociendo que Ecuador no lograba vencer a Francia, Suiza se animó a más aunque pasó momentos de sofoco en la calurosa Manaos. El ímpetu llevó a Honduras a arrimarse al arco suizo, pero un penal no marcado por el juez Pitana, acabó con el espíritu catracho. Shaqiri tuvo otra y le enterró la daga final al sueño hondureño.
El partido acabó en goleada y el colombiano Luis Fernando Suárez dio un paso al costado. Honduras deberá emprender un nuevo camino rumbo a Rusia, con otro timonel. Mientras, la enigmática Suiza sigue soñando en grande y en su horizonte está Argentina, al que los helvéticos prometen darle batalla.
