Un edificio residencial de 10 pisos se derrumbó en la ciudad rusa de Magnitogorsk en la mañana del 31 de diciembre debido a una explosión posiblemente provocada por una fuga de gas. El accidente destruyó totalmente 35 apartamentos, además de causar daños parciales a otros 10.
Según los datos brindados por las autoridades, el colapso provocó 8 víctimas mortales y 5 heridos, pero la situación de 37 personas más, de unas 120 que vivían en este bloque, es incierta.
La operación de remoción de escombros del lugar se estaba desarrollando de forma ininterrumpida en medio de temperaturas inferiores a los 20 grados bajo cero; Sin embargo, este martes las autoridades ordenaron la suspensión de la operación, al menos por un día, por riesgo de colapso en la zona.
La explosión tuvo lugar hacia las 06.00 hora local y destruyó los entrepisos de siete de las diez plantas del inmueble.
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"Desde que empezó la operación de rescate, fueron recuperadas entre los escombros 12 personas, según los datos correspondientes a las 7.00 hora Moscú: 8 víctimas mortales (todas, adultas) y 5 sobrevivientes, entre ellos un niño, ingresados en centros médicos. Se está averiguando el paradero de otras 37 personas", dice el comunicado de las autoridades.
Dos secciones adyacentes al bloque que se vino abajo fueron evacuadas, y sus habitantes, alojados en un colegio mientras los expertos evalúan los daños estructurales que sufrió el edificio, que fue construido en 1973 y tiene unos 1.100 habitantes.
Por otro lado, las autoridades informaron que el menor que fue rescatado tiene 11 meses, según el gobernador de la región Borís Dubrovski "los rescatistas oyeron un llanto y procedieron. El niño se salvó porque estaba en su cama y bien arropado", añadió.
Una primera revisión médica hecha en la unidad de cuidados intensivos, adonde trasladaron al menor, demostró que sufre de congelamiento severo y traumatismo craneal cerrado, informó el Ministerio de Sanidad ruso.
Con información de Sputnik
