“En Cuba sufrimos un capitalismo salvaje”: Yoani Sánchez

Lun, 03/02/2014 - 09:03
Un grupo de manifestantes se instalan frente al Teatro Heredia de Cartagena, minutos antes de que inicie la conferencia de la más importante bloguera opositora de Cuba. Son al menos 15 personas que e
Un grupo de manifestantes se instalan frente al Teatro Heredia de Cartagena, minutos antes de que inicie la conferencia de la más importante bloguera opositora de Cuba. Son al menos 15 personas que elevan banderas de la isla y pancartas de respaldo al gobierno Castro. “No al bloqueo Yankee”, “Que cese la campaña contra Cuba” o “Libertad a los 5”, son algunos de los mensajes que rodean a un cartel que trata de sobresalir: “Yoani Sánchez, criatura de la CIA”. Es la primera vez que uno de los conversatorios del Hay Festival es acompañado por protestas contra el conferencista. Pero así pasa a donde quiera que va Yoani Sánchez. Es una mujer que despierta rechazos y aplausos. Es la principal ciberactivista disidente contra el castrismo y este mérito le ha garantizado importantes premios en Europa y América. Ser crítica en ese país le ha significado incontables dificultades como detenciones arbitrarias, ataques físicos, censura y hasta bloqueos para poder salir del país. Pero era uno de los grandes personajes que se esperaban en la fiesta cultural de Cartagena. Fue la primera conferencia en agotar sus entradas y al terminar su charla había una numerosa fila de admiradores que esperaban que les firmara el libro “Cuba Libre”. Vea el video con las mejores frases de la entrevista de Yoani Sánchez con KienyKe.com: yoani-sanchez-video con player Durante su charla también recibió unánime ovación. Habló con el escritor Jon Lee Anderson sobre lo dulce y amargo de su historia en Cuba y terminó dejando frases tan impactantes como estas: -“Me parece patético que llegan al poder, promoviendo un ideal social y de justicia, y terminen heredando a través de la sangre y la genealogía ese poder”. -“Nosotros los cubanos les hemos arrebatado el derecho a salir. Ellos nos lo habían quitado. No es que se levantaron un día siendo buenas personas y nos dieron ese espacio de libertad”. -“La desproporción con la que el gobierno y su propaganda responde a actitudes críticas, cualquiera que esta sea, es tan abismal. El poder cae con una agresividad que yo pienso que es puro miedo a acercarse al otro. ¿Para qué insultos, actos de odio contra los que tienen otra ideología? El oficialismo tiene mucho miedo a reconocer que esta personita que está aquí”. -"Yo me volví alérgica a Fidel Castro por exceso de su presencia en mi vida" -“Siento que hay cambio en Cuba: la gente se está atreviendo a decir en voz alta lo que antes eran solo susurros" Entrevista Yoani Sanchez, Hay Festival, Kienyke Un grupo de manifestantes protestaron por la visita de Yoani Sánchez. Sólo estuvieron mientras entró el público a escuchar la conferencia.  -“(Sobre los exiliados) Hay una Cuba fuera de Cuba y la necesitamos. No quiero que continúe ese discurso de odio que ha hecho el gobierno para separarnos con los exiliados. No soy de la Cuba de Fidel ni la de Miami; soy de la Cuba de José Martí”. Luego de su conferencia, Yoani Sánchez otorgó una entrevista a Kienyke.com. Se manifestó cómoda al hablar con un medio digital, porque ella es esencialmente una periodista digital. Confesó las pericias que debe sortear para comunicarse con el mundo y habló de cómo ven los nativos en la Isla el proceso de paz y sus relaciones con Colombia. ¿Es posible hablar de periodismo digital en Cuba, con las restricciones que hay para acceder a Internet? ¿Cómo se hace periodismo digital en ese contexto? El gran reto de ser periodista digital en un país como cuba, con tan poco acceso a Internet, yo creo que es una aventura cada día. Es una aventura muy gratificante porque es narrar la realidad en un soporte tan democrático, tan plural y tan diverso como Internet. Estoy embarcada en esa aventura y me apasiona. ¿Cómo haces para conectarte a Internet? La creatividad es un elemento que está en la vida de cada cubano todos los días. Tenemos que ser creativos para encontrar la comida. Tenemos que ser creativos para poder transportarnos, porque vivimos en un país colapsado económicamente durante décadas. Yo misma digo que la creatividad es abrir una ventana cuando la puerta está cerrada y esa misma creatividad la usamos para conectarnos  a internet, que es una puerta cerrada en la isla. Escribo en casa mis artículos, donde no tengo conexión a Internet. Realizo textos que se irán publicando durante varios días. Busco acceso a la web en un hotel y trato de programar todos esos textos para que el blog y Twitter vivan, aunque uno no esté conectado. Pero no creo que sea sólo tarea de ir a un hotel… He tenido que hacer mucho para vencer la censura. A eso me refiero con creatividad. Algunas cosas que he tenido que hacer son de corte tecnológico como usar software de encriptación, túneles para entrar a sitios censurados. Otras estrategias son encontrar una pequeña memoria flash para ponérmela dentro de la boca y burlar un cerco policial. Un poco de ingenio físico y de ingenio tecnológico me ha permitido llegar allí. ¿Cómo una filóloga se convierte en Hacker y en Cuba? Son profesiones divorciadas. Pero desde pequeña me apasionó la tecnología. Era problema para mi familia porque yo desarmaba cosas. Casi siempre las rompía o no funcionaban después. Pero poco a poco fui aprendiendo a repararlas y pasé del hardware a la creación de programas, a escribir mis páginas web, a escribir filas de códigos para burlar la censura y colarme en sitios web. No es mucho lo que sé. Me considero una hacker benéfica. Lo que hago es positivo en el sentido de que no daño a nadie, sino que trato de expresarme. Pero, ¿Cómo enfrentas los costos de acceder a Internet, que son exagerados? En Cuba no solo hay censura a Internet sino también monetaria, porque te cobran una hora de conectividad a la web al precio del tercio de un salario mensual, estamos hablando de una hora por cinco dólares cuando el salario es de 17 o 20 dólares. La solidaridad me ha ayudado mucho. Hay muchas personas que me leen en Twitter, en redes sociales y en Internet me hacen recargas a mi teléfono móvil para que yo pueda seguir tuiteando. ¿Entonces las mismas personas en Cuba, me imagino que sobre todo turistas, te tienden la mano? Me han pasado cosas maravillosas. Personas que pasan a mi casa y me regalan una tarjeta de conexión de un hotel. Turistas que dicen que quieren ayudarme pagándome una hora de Internet. Es solidaridad por un lado y trabajo por el otro. He logrado autonomía económica publicando libros, escribiendo para periódicos del mundo. Es raro en Cuba porque el gobierno trata que los ciudadanos dependan económicamente de ellos, para que no puedan hacer otra cosa que lealtad y dependencia. ¿Recibes donativos internacionales? He tenido la suerte de ganar varios premios internacionales. Algunos de ellos han tenido un enorme valor simbólico y otros un monto metálico que he invertido no solamente en tener mayor presencia en Internet, sino también en ahora mismo tener un capital inicial para fundar mi medio digital que muy pronto va a salir. Entonces así ha sido. No recibo financiamiento de ningún gobierno, no acepto ayudas de ningún partido, no condiciono mi línea editorial por nadie que me regale una tarjeta de Internet. ¿Sigues siendo víctima de agresiones por el oficialismo, incluso desde el Gobierno? Yo creo que esa visibilidad que me ha dado el último año, de poder viajar y conocer otra gente y estar en tantos lugares en el mundo, ha evitado que pasen estas cosas físicas. El gobierno ha tenido mucho cuidado el último año de hacer cualquier tipo de agresión física sobre mi persona. Sin embargo ha recrudecido todo lo que tiene que ver con las campañas de difamación, la lapidación pública. Eso me parece una estrategia desafortunada porque nada es más atractivo que lo prohibido, y cuando se sataniza tanto  a una persona, generas una gran curiosidad sobre ella. ¿Tus líneas de comunicación están siendo intervenidas por el oficialismo? Totalmente. No es un secreto que la única telefónica que hay en el país, Cubacel, es un instrumento represivo tecnológico del gobierno. No soy paranoica, pero me consta que me escuchan todas las llamadas y revisan mis mensajes de texto. Me doy cuenta porque cuando quedo con un amigo o un colega a través de mensaje de texto, al llegar a ese lugar hay operativos policiales. Durante la cumbre de la Celac, que hace poco se hizo en Cuba, muchos teléfonos permanecieron bloqueados incluyendo el mío. Me escuchan pero no tengo nada que esconder. Cuando oyen mis conversaciones, se dan cuenta que soy la persona que digo ser, que soy la Yoani Sánchez que narro en el blog. Entrevista Yoani Sanchez, Kienyke ¿Te consideras una amenaza para los Castro? No quisiera creerme una amenaza porque no miro la vida solo en ponerme en la posición de ‘en contra’. Ellos sí puede que me consideren amenaza. Debe ser amenazante que una persona joven, que fue criada en el sistema educativo que ellos gestaron bajo el excesivo adoctrinamiento ideológico y que fue desde pequeña canalizada a abrazar esa fe partidista, ahora haya resultado ser alguien crítico. Eso debe ser amenazante. ¿Estás disfrutando las autorizaciones que te dieron –finalmente- para salir del país? ¿Crees que tu rebeldía facilitó que te devolvieran ese derecho? Es una pequeña victoria personal y social también. Por décadas los cubanos vivimos bajo una verdadera maquinaria absurda migratoria y que seleccionaba quienes podíamos salir de la isla por consideraciones ideológicas. Yo creo haber hecho esa batalla desde muchos lados; utilicé puntos de vista periodísticos y jurídicos; hice muchas apelaciones, pedí a la Fiscalía General las razones de las negativas, utilicé las redes sociales para avisar cada negativa, que fueron 20 en cinco años, y finalmente la posibilidad se dio. Yo lo considero una victoria no total. Todavía en Cuba no tenemos una normalidad migratoria. Hay mucha gente que no puede salir y muchos cubanos en exilio que no pueden entrar. Pero me siento satisfecha en parte: le arrebatamos algo al poder, algo que no querían dar. Ya que tienes la posibilidad de salir, ¿no te interesaría radicarte en otro país? No. Ya viví en el extranjero dos años en Zürich (Suiza). Conozco el drama del exilio en todos sus sentidos. La nostalgia, la separación. Yo quiero vivir en Cuba. Me dicen los castristas: ¿por qué no te vas de Cuba? Y Yo les digo: ‘que se vayan ellos que son solo dos. Nosotros somos once millones’. Tu impacto como vocera digital de la oposición cubana es innegable en Latinoamérica, pero ¿dentro de Cuba tienes la misma influencia, considerando que casi ni hay acceso a Internet? El gobierno cubano frecuentemente se burla de sus críticos, de los disidentes. Dice que a esas personas nadie las conoce dentro de Cuba. Me parece una afirmación muy descarada por parte de un gobierno que tiene el monopolio absoluto de los medios de información; cuando es el mismo gobierno el que no permite a un disidente, a un crítico, tener un minuto en la radio aunque sea en las madrugadas, o tener un micrófono en la televisión aunque sea en el programa menos visto, o contar con unas líneas en un impreso aunque sea el más oscuro periódico de provincia. No quiero ser una estrella de rock ni de telenovela. Me conformo con saber que me leen, aunque no me lo digan. Respecto al flujo de información que se conoce en la isla, ¿qué saben los cubanos del proceso de paz entre el gobierno colombiano y las Farc? Muy poco. Hay una verdadera cortina de desinformación alrededor de lo que ocurre.  Las conversaciones ocurren a puerta cerrada. Cuando la televisión nacional transmite algún tipo de declaración siempre es de parte de las Farc. Nunca de la contraparte, o sea del gobierno colombiano. ¿Pero ves con buenos ojos ese esfuerzo de paz? En lo personal soy una persona de diálogo, de sentarse a conversar. Me parece muy bien que los pueblos solucionen los problemas en una mesa de negociación y que haya mediadores: los mediadores internacionales son muy importantes. Pero lo que me genera mucha crítica es que el mediador en este caso sea uno de los principales soportes y fuerzas exteriores que fomentó el movimiento de las guerrillas, que es una criatura que tiene mucho de la Plaza de la Revolución. Y por otro lado me entristece que se acoja a un proceso de paz cuando el propio país que lo recibe no habla con sus críticos, que por demás jamás hemos tomado un arma. Son contradicciones. ¿Crees que esa mediación de Cuba en tan importante proceso influyó en que Colombia negara dar asilo a un grupo de cubanos que trataron de refugiarse acá hace algunas semanas? El hecho de llegar a un aeropuerto y enseñar un pasaporte cubano es un drama tremendo. No te puedes imaginar la cantidad de largos minutos que tuve que esperar para abordar el avión que me trajo aquí (a Cartagena) y demostrar que no quería quedarme en este país. Sobre ese caso, creo que el gobierno colombiano fue puesto en una situación difícil, no solo por no lastimar o arrojar sombra sobre el proceso de paz, sino también porque la señal en caso de darles asilo político –que yo creo que hubiera sido un bonito gesto con la población cubana- también habría podido desatar una bomba migratoria hacia aquí. Estamos hablando de una sociedad muy traumatizada, obsesionada con escapar. Eres pionera en la generación de disidentes que tratan de utilizar Internet como medio… Sí, me ha tocado ser pionera y eso tiene parte de culpa y parte de gloria. La gloria de abrir una brecha por la cual pasarán muchos otros. La culpa de que uno paga los platos rotos. Me verán con los años responsable de cosas que no hice. Pero agrada más la gloria, ¿no?, al ser inspiración para tantos otros jóvenes opositores. Me encantaría creerlo. Pero también sé que hay mucha gente talentosa en Cuba, que hay mucha gente a la que le llegó su momento para la expresión. Y si yo influí en algo para que ese momento se acelerara, entonces me sentiría completamente feliz. ¿Qué harías si definitivamente no tuvieras acceso a Internet? Habría intentado señales de humo, o hacer código HTML o código binario con métodos rústicos… no me hubiera callado; hubiera encontrado otro método de expresión. Si se acaba el régimen Castro, ¿qué pasará con cuba? Gente talentosa pondría proyectos, ideas, para un nuevo país. Y depende cómo sea el cambio: esperamos que no sea traumático o violento. Debemos estar preparados para ofrecer a los cubanos un proyecto de país sin populismo, sin caudillismo, y será lo más complicado de lograr, porque venimos de una herencia hispana de buscar un  líder o  padre para la nación. Quiero que el próximo presidente sea administrador honesto, que hable poco y sea bueno en función del país. ¿Si muere Fidel Castro se acabaría el régimen? Es que el castrismo no puede existir sin Fidel Castro,  porque es un sistema hecho a su imagen y semejanza. Y hablo de la copia de su hermano. El castrismo no puede vivir sin ellos. Lo que viene detrás son los lobos que se van a acabar entre ellos para alcanzar la silla presidencial. No creo que haya castrismo pasado el último respiro de los Castro. ¿Se percibe en Cuba la reducción de ayuda financiera por parte de Venezuela, tras la muerte de Hugo Chávez? Sí, se nota mucho en la isla. Demasiado desabastecimiento. Números rojos. La sensación de la gente es que el 2014 será un año muy difícil. ¿Qué bueno le reconoces al gobierno Castro? Que nos ha dado una gran lección histórica: este no es el camino. ¿Pero no consideras valiosas algunas de las reformas adoptadas? Evidentemente las reformas han dado algunas flexibilizaciones, pero que conducen a la normalidad. No veo ningún mérito en intentar volver a una normalidad que ya habíamos tenido. Por ejemplo, permitir que saliéramos o entráramos al país era devolver un derecho que nos habían arrebatado por décadas. Esas flexibilizaciones me gustan, pero no son meritorias. ¿Crees que serviría más un sistema capitalista? Ya estamos en el capitalismo y salvaje en Cuba. Hay un capitalismo de Estado donde hay un gran patrón, que es el gobierno, que cobra altísimas plusvalías, que paga míseros salarios, que pone los precios en una moneda que no tenemos, que no nos permite ganar trabajando decentemente. Un capitalismo de Estado donde una pequeña piña de elegidos, vestidos de verde olivo, se reparten el país. Ese es el capitalismo salvaje que hacen los que se dicen comunistas. En tu visita a Colombia anunciaste que crearás un periódico digital. ¿Cuándo arrancas con él? Pronto. El bebé está a punto de nacer pero todavía no podemos decir ni la fecha ni el nombre. Quisiéramos que naciera mañana pero tampoco quisiéramos improvisaciones. Queremos que salga bien. ¿Cómo va a ser ese ‘bebé’? Tiene mucho de la mística de la Generación Y (su blog). Es ver la realidad desde el punto de vista del ciudadano. Pero es un proyecto colectivo, con muchas voces y más apegado a la información  que a la opinión. ¿Con cuáles voces vas a trabajar? Gente joven. Gente no deformada por el periodismo de barricada; gente que me rete y sobre todo que se atreva. Que no acepte una línea editorial que ven desde arriba si no que sea independiente. ¿Qué te gusta del trabajo informativo digital de Colombia? Yo leo mucho los grandes portales de Colombia. Y me gusta mucha la actividad de los colombianos en Twitter. Creo que es un país muy ‘tuitero’ y lo he visto desde que llegué al aeropuerto. Me dicen que me siguen mucho en Twitter, más que el que me leen en el blog. Eso me gusta. En general me acerco a Colombia desde la información. Twitter: @david_baracaldo
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