Faltaba una desgracia que involucrara a menores, como el abuso del que fueron objeto cuatro niños en Ciudad Bolívar por un integrante de una secta satánica, para que se volviera a poner de moda en Colombia la propuesta de implementar la cadena perpetua para violadores y abusadores.
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El mismo presidente Juan Manuel Santos propuso hace unas semanas en los retiros ideológicos del partido de La U, que el Congreso debatiera el tema de la cadena perpetua en el segundo período de la actual legislatura.
De igual manera, la directora del Instituto Colombiano de Bienestar Familiar (Icbf), Cristina Plazas, indicó hoy en radio Todelar que también es partidaria de la cadena perpetua para abusadores de menores.
“Yo he apoyado toda la vida la cadena perpetua frente a violadores de niños y niñas. Considero que es el peor delito, es el delito más atroz e inhumano que se puede cometer en una sociedad. Cuando fui concejal de Bogotá voté a favor del proyecto de ley de los muros de la infamia, para tener en grandes vallas a estos violadores, y que los rechazáramos socialmente”, dijo.
Añadió la funcionaria que de todas maneras “esta no es la solución de fondo para este flagelo, pero es un paso más que debemos dar; es un paso donde tenemos que rechazar de manera tal, este delito, que tenemos que poner las peores de las penas a estos criminales”.
Sin embargo, kienyke.com consultó a congresistas y expertos penalistas quienes coincidieron en que la solución al problema no es la cadena perpetua, sino que hay que buscar otras alternativas.
La vocera en el Senado del Centro Democrático, María del Rosario Guerra, indicó que no es suficiente con el endurecimiento de las penas, pues es más importante crear “una pedagogía a los padres de familia para que dejen a sus hijos donde se les trate con cariño. También para que los gobiernos locales puedan tener una infraestructura apropiada para los niños vulnerables”.
“Personalmente creo que no se debe implementar la cadena perpetua, pues ya hoy las penas son cerca de 60 años. Entonces con el marco normativo que hay hoy es suficiente. Lo que hay que hacer es hacerla cumplir; que los procesos sean expeditos. Pero si para condenar a un violador se demoran dos años, no hacemos nada”, dijo la congresista y exministra.
De otro lado, el concejal y aspirante a la alcaldía de Bogotá, Antonio Sanguino, indicó que hay que hacerle frente a al fanatismo religioso que puede traer consecuencias como violaciones y abusos sexuales.
“En este episodio de Ciudad Bolívar no sólo estamos en presencia de un hecho típico de violación de niños, sino que también hay una mezcla de fundamentalismos religiosos que conllevan a este tipo de hechos. Hay que empezar a considerar esto en la agenda pública. También hay que promover la movilización de la ciudadanía, la censura moral y social de los ciudadanos a este tipo de conductas”, afirmó.
A su turno, el experto penalista y conjuez de la Sala Penal de la Corte Suprema de Justicia, Hugo Quintero, indicó que ya en Colombia hay penas altas para castigar a los violadores y abusadores de menores, por lo que se podría prescindir de la cadena perpetua.
“Los abusadores de niños en su mayoría son personas ya de edad avanzada, por lo que una condena de 60 años de cárcel es una cadena perpetua.
El experto penalista indicó que a los abusadores se les debe tratar no como criminales sino como enfermos, por lo que se les debe rehabilitar. Asimismo dijo que la pedagogía juega un papel importante, así como la disponibilidad de jardines o sitios donde se pueda dejar con toda seguridad a los niños, y así evitar que los menores queden bajo el cuidado de potenciales violadores.
El ministro del Interior, Juan Fernando Cristo, aseguró en rueda de prensa que “en la legislación actual, las penas contempladas para esa clase de delitos son suficientes y contundentes. Lo que hay que hacer es aplicarlas con contundencia”.
¿La cadena perpetua es la solución contra el abuso de menores?
Mié, 17/12/2014 - 12:01
Faltaba una desgracia que involucrara a menores, como el abuso del que fueron objeto cuatro niños en Ciudad Bolívar por un integrante de una secta satánica, para que se volviera a poner de moda en