La Contralora General de la República, Sandra Morelli, tiene una queja contra el Superintende de salud, Gustavo Enrique Morales: “La intervención no ha corregido los problemas originales que debía de haber corregido y, por el contrario, lo que hace es prorrogar el statu quo, están los mismos proveedores, la misma manera de comportamiento empresarial”.
“Súmele a esto una decisión del procurador donde se establecen unas sanciones hasta de 18 años por desviar recurso público y una determinación del Consejo de Estado de hace ya casi dos años, ¿y qué ha pasado? Pues este es un ejemplo donde las decisiones vinculantes no parecen traducirse en actuaciones específicas por parte de los funcionarios del sector”.
Es decir, ¿las cosas no han salido bien en el caso Saludcoop?
No han salido bien. Y hay que actuar porque se está distrayendo la prenda legal de los acreedores y finalmente se puede afectar el servicio.
Es muy importante toda esta historia de pasivos, de causales de liquidación, separarla de lo que es propiamente la operación del servicio y aprovechar el hecho de que de todas maneras está recibiendo los recursos frescos mensualmente para continuar con ellos. Ya usted tiene caja. Entonces este es un negocio que tiene que seguir funcionando precisamente gracias a esos giros.
Pero no podemos seguir destinando ese recurso que es para la operación, para pagarle al hospital, para la vacuna, para el suero, para la inyección, a la cuenta de leasing y a todas estas cosas.
En este proceso ha pasado todo lo que se puede imaginar… y un poquito más. Aquí la realidad ha superado la ficción. Estamos ante una gran EPS, una cooperativa, siete millones de afiliados.
Hubo una desviación del recurso que está destinado a la prestación del servicio. Dineros que fueron a pagar inversiones, gastos suntuarios, crear y liquidar empresas, no siempre relacionadas directamente con el sector salud, muchas de las cuales las encontramos en el exterior.
Las cifras de inversión en el exterior de todas maneras son superiores a 40 mil millones de pesos.
Procede la liquidación obligatoria a menos que se limpien las causales. Para limpiar las causales se necesita una inyección de recursos que superan los dos billones de pesos, no 1.2 como se ha dicho, y eso tendría que ser a cargo de los cooperados.
Si no hay esa inyección de capital fresco, de recursos frescos, entonces viene la liquidación que establece unas prelaciones para pagar pasivos. Se establece qué se hace con los activos y con los bienes que restan y en lo que tiene que ver con la Contraloría estamos hablando de activos que se liquiden o no finalmente van al sistema general de salud. Nosotros no tenemos una valoración efectiva pero realmente en principio las acreencias tendrían que verse satisfechas.
Todo lo haremos sin que el servicio, el establecimiento de comercio se vea afectado. Sencillamente, usando otro vehículo corporativo, es decir, otra empresa cooperativa, otra sociedad... ¿Qué hace? Recibe 300 mil millones de pesos mensuales y los aplica al servicio. Ya no va a tener que mandarlos a la inversión de afuera, a pagar el leasing, a pagar los contratos nuevos que se han realizado que son nutridos en número y en costos adicionales.
Sobre la corrupción en el ejército, ¿será que por tanto proteger la seguridad quedan abiertas muchas rendijas y puertas para la corrupción?
Todo lo que tiene que ver con reservas, secreto, obviamente facilita el comportamiento que no se adecúe a la ley y la transparencia.
La Contraloría tiene dentro de sus facultades examinar esos gastos reservados y establecer si hay una relación adecuada, normal, razonable, entre lo que se ha gastado y los resultados obtenidos.
¿La contraloría tiene conocimiento de la manera como se manejan los recursos dentro de las fuerzas militares?
Tiene la obligación de hacerlo. Nosotros hacemos control posterior y selectivo. Hay criterios objetivos que nos van prendiendo alarmas. No en pocas ocasiones son los mismos altos mandos los que nos llaman a decir, por favor vigilen esto, tenemos estas dudas, o acompáñenos en este proceso.
¿Pero tiene la contraloría la capacidad técnica, física, de hacerle control al manejo de recursos en las fuerzas militares?
Tenemos los elementos como para saber dónde ponen las garzas, para decirlo en un lenguaje coloquial. Denuncia que llega, denuncia que se tramita, y se atiende en detalle y profundidad. Lo más reciente es el tema de los vuelos fantasmas. Nosotros tenemos ya los preliminares procesales y no han pasado ocho meses, los medios han estado muy pendientes de eso y nosotros hemos hecho un trabajo yo diría que detallado y a profundidad.
Se está manejando una cifra según la cual sin licitación el sector defensa maneja el 3.5% del presupuesto del país…
Esa cifra es cierta, el hecho de que no haya licitación no implica que la ley no establezca procedimientos para que haya selección objetiva.
No han sido pocos los casos en que la Contraloría ha hecho observaciones de gran y profundo calado, y ha exigido reparación de lo que ha considerado un daño fiscal y ha habido proactividad. En caso contrario nos hemos ido a procesos de responsabilidad fiscal como por ejemplo uno que ha interesado mucho y tiene que ver con el hospital Militar y la adquisición de medicamentos.
En ese caso se hicieron advertencias, recomendaciones, hasta que finalmente no hubo acatamiento, no hubo posibilidad de reconducir y de contar con un sistema para los inventarios de medicamentos y se fue a proceso de responsabilidad.
¿Ha habido molestias en alguna ocasión al interior de las Fuerzas Militares por la intervención de la Contraloría?
Sí, el control es antipático, pero el comportamiento institucional es sumamente serio.
Es más difícil el control en ciertos batallones, ciertos cuarteles y zonas descentralizadas, donde además hay más informalidad, son menos los recursos, hay menos disciplina que cuando estamos hablando del nivel central y de las grandes compras.
Sobre la corrupción en el ejército, ¿será que por tanto proteger la seguridad quedan abiertas muchas rendijas y puertas para la corrupción?
Todo lo que tiene que ver con reservas, secreto, obviamente facilita el comportamiento que no se adecúe a la ley y la transparencia.
La Contraloría tiene dentro de sus facultades examinar esos gastos reservados y establecer si hay una relación adecuada, normal, razonable, entre lo que se ha gastado y los resultados obtenidos.
¿La contraloría tiene conocimiento de la manera como se manejan los recursos dentro de las fuerzas militares?
Tiene la obligación de hacerlo. Nosotros hacemos control posterior y selectivo. Hay criterios objetivos que nos van prendiendo alarmas. No en pocas ocasiones son los mismos altos mandos los que nos llaman a decir, por favor vigilen esto, tenemos estas dudas, o acompáñenos en este proceso.
¿Pero tiene la contraloría la capacidad técnica, física, de hacerle control al manejo de recursos en las fuerzas militares?
Tenemos los elementos como para saber dónde ponen las garzas, para decirlo en un lenguaje coloquial. Denuncia que llega, denuncia que se tramita, y se atiende en detalle y profundidad. Lo más reciente es el tema de los vuelos fantasmas. Nosotros tenemos ya los preliminares procesales y no han pasado ocho meses, los medios han estado muy pendientes de eso y nosotros hemos hecho un trabajo yo diría que detallado y a profundidad.
Se está manejando una cifra según la cual sin licitación el sector defensa maneja el 3.5% del presupuesto del país…
Esa cifra es cierta, el hecho de que no haya licitación no implica que la ley no establezca procedimientos para que haya selección objetiva.
No han sido pocos los casos en que la Contraloría ha hecho observaciones de gran y profundo calado, y ha exigido reparación de lo que ha considerado un daño fiscal y ha habido proactividad. En caso contrario nos hemos ido a procesos de responsabilidad fiscal como por ejemplo uno que ha interesado mucho y tiene que ver con el hospital Militar y la adquisición de medicamentos.
En ese caso se hicieron advertencias, recomendaciones, hasta que finalmente no hubo acatamiento, no hubo posibilidad de reconducir y de contar con un sistema para los inventarios de medicamentos y se fue a proceso de responsabilidad.
¿Ha habido molestias en alguna ocasión al interior de las Fuerzas Militares por la intervención de la Contraloría?
Sí, el control es antipático, pero el comportamiento institucional es sumamente serio.
Es más difícil el control en ciertos batallones, ciertos cuarteles y zonas descentralizadas, donde además hay más informalidad, son menos los recursos, hay menos disciplina que cuando estamos hablando del nivel central y de las grandes compras.
