En Colombia ir a votar no es obligatorio, es un derecho. La constitución en el artículo 258 menciona que el ejercicio democrático es un deber. En ningún momento se dice que acudir a las urnas sea una obligación, pero los votantes suelen desconocer que pueden obtener un beneficio a cambio.
La Ley 403 de 1997 enumera una serie de incentivos por participar en las elecciones, los cuales recibe el elector sin importar por qué candidato votó, o si su marca en el tarjetón es válida o no.
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Entre los beneficios por votar se encuentra medio día de descanso remunerado durante los 30 días siguientes de las elecciones. La fecha debe ser acordada con su jefe, y aplicará sin importar el tipo de contrato. De igual forma, los jurados de votación reciben un día entero de descanso en los próximos 45 días.
La ley establece que quienes votan se benefician con la adjudicación de becas, predios rurales y subsidios de vivienda. Por otro lado, también son favorecidos quienes hacen deseen ser funcionarios públicos, sumándole puntaje al momento de estar empatado.
Pero los beneficios no son solo en temas laborales. A los bachilleres que han votado se les resta un mes de servicio militar. Para los soldados regulares y campesinos el beneficio es de dos meses.
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Los estudiantes también tienen estímulos por votar. Quienes están en proceso en una universidad pública tendrán preferencia en su examen de admisión y un 10% de descuento en la matrícula.
Con su certificado de votación recibe de manera automática una reducción del 10% en los precios de pasaporte, duplicados de cédula y libreta militar.
Todas estas son estrategias para motivar a los ciudadanos a acudir a las urnas. Se calculó que en el plebiscito de 2016 la abstención fue 62,6%: de más 36 millones de colombianos aptos para votar, aproximadamente 20 millones no acudieron a las mesas de votación. En las elecciones legislativas y presidenciales de 2014, se estimó que la abstención fue del 50%.
