Muy desafortunada la simultaneidad -que se espera sea solo una coincidencia- de la modificación del esquema de seguridad del expresidente Andrés Pastrana y su familia y la liberación de quien fuera su secuestrador, John Jairo Velásquez, "Popeye", jefe de sicarios de Pablo Escobar.
Aunque el "impasse" de la protección ya quedó superado, queda un mal sabor, no solo en la familia Pastrana, sino entre aquellas personas no cercanas al gobierno que de todas formas critican los procedimientos de este caso. Primero, para los escépticos queda en el aire la duda de si hubo o no algún enlace entre los dos eventos. Segundo, los expresidentes normalmente intervienen en la escogencia de quien será responsable de su seguridad pero en esta oportunidad a Pastrana se le informó de un hecho cumplido: Ni se le avisó del cambio de Jefe de Seguridad ni, mucho menos, se le pidió una opinión sobre quien lo remplazaría. No existió este mínimo gesto de cortesía que bien merece un expresidente de la República.
Quedó también como un mal recuerdo la eventual infracción a la Ley por parte de la misma Policía Nacional, al haber designado a un Capitán para dirigir el esquema de seguridad, cuando la norma dice que debe ser un oficial de rango superior a Mayor.
Pastrana afirma que aunque la solicitó reiteradamente, nunca recibió del gobierno una explicación sobre el por qué del cambio de su Jefe de Seguridad y recordó que el último colombiano que se quejó por este mismo motivo murió asesinado: Luis Carlos Galán.
El presidente Pastrana y el sicario "Popeye"
Mar, 26/08/2014 - 10:34
Muy desafortunada la simultaneidad -que se espera sea solo una coincidencia- de la modificación del esquema de seguridad del expresidente Andrés Pastrana y su familia y la liberación de quien fuera