Hace dos semanas se llevó a cabo uno de los matrimonios más extraños. Sanele Masilela, de ocho años de edad, contrajo matrimonio con una mujer de 61 años. Según la familia del menor, la unión comenzó a organizarse luego de que el fallecido abuelo del niño lo contactó desde el más allá y le dijo que debía casarse. Para no defraudar a sus ancestros, los padres de Sanele le pidieron, y pagaron 500 euros, a una mujer de 61 años para que fuera su esposa. Aunque el matrimonio no es legal, sí fue un rito para apaciguar a sus antepasados, y el niño seguirá viviendo con sus padres.
