Faltó apenas un año para que la revista deportiva argentina El Gráfico cumpliera 100 años. “Cumpliera”, en pretérito, porque el emblemático medio dijo no más. La era digital, la facilidad de conseguir información ahora y las nuevas formas de hacer periodismo le dieron a El Gráfico la estocada definitiva.
Vio sus mejores épocas hace varios años, cuando los medios no cubrían deportes con el mismo interés que lo hacen ahora. No había canales exclusivos de deportes. No había competencia. No había redes sociales ni internet. La tirada semanal llegaba a más de 23.000 ejemplares.
Sebastián Fest, periodista de deportes argentino escribió que “en una sociedad saturada de información, hacer una revista semanal o mensual es un desafío descomunal. Lo era ya cuando El Gráfico se erigió en referencia, lo es mucho más hoy, con una generación absolutamente impaciente, que se acostumbró a ver y digerir todo en el mismo momento en que sucede. Una generación plenamente audiovisual”.
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A El Gráfico le antecedieron varios medios impresos que sucumbieron a las dinámicas de la era digital. En ese sentido, parece haber una regla general: la era digital podría acabar con los medios impresos.
Los efectos de la crisis se van sintiendo por etapas. Si bien los que se etiquetaban como “periódicos grandes” aún no se apagan las rotativas, sí hay una clara discusión de que, tarde o temprano, y por muchas razones, el papel pasará a ser parte de la historia. El medio ambiente, los costos, el internet: esas son algunas de las razones.
Pero aún así, ya hay una amplia lista de fallecidos. Las flechas de las crisis económicas o las balas de la era digital han sido certeras: más de 100 medios locales en Estados Unidos desde el 2008; más de 60 en España, entre revistas y periódicos. Y los periodistas desempleados se cuentan por miles, según datos de un estudio revelado por World Press trends.
El porcentaje de lectores bajó notablemente desde mediados de la primera década del siglo XXI. Incluso los más grandes e influyentes diarios del mundo han tenido que reinventarse y adecuarse al mundo digital para ganar o recuperar lectores. Si se saca un promedio, el tiraje de medios escritos ha ido en declive: 12% antes de 2003; ya para 2010 había disminuido en un 37%. Para el 2017 la cuestión es delicada: algunos han tenido que dejar de imprimir hasta 85% de la producción que tuvieron en días mejores. De acuerdo a esas cifras, puede que para 2020 ya no haya medios impresos.
Martin Baron, director histórico de The Washington Post y quizás uno de los periodistas más respetados del planeta explicó bien la situación:
“Los periódicos en papel no van a sobrevivir. Vivimos en un mundo digital dominado por el teléfono móvil. La gente lee las noticias mientras camina por la calle, mientras espera el autobús, mientras hace cola en el supermercado... La mayoría de ciudadanos, y especialmente los jóvenes, recibe la información de manera digital y a través de las redes sociales. Esa es la realidad, y tenemos que vivir en la realidad. Obviamente los periódicos existirán por un tiempo, pero lo cierto es no hay muchas evidencias de que el papel vaya a ser el futuro. Y sin embargo, sí que hay muchas evidencias de que el papel puede no ser el futuro. Ha llegado el momento de reconocer que nuestro sector está cambiando a fondo y rápidamente. Tenemos que lidiar con esa realidad”.
El porcentaje de lectores bajó notablemente desde mediados de la primera década del siglo XXI. Incluso los más grandes e influyentes diarios del mundo han tenido que reinventarse y adecuarse al mundo digital para ganar o recuperar lectores. Si se saca un promedio, el tiraje de medios escritos ha ido en declive: 12% antes de 2003; ya para 2010 había disminuido en un 37%. Para el 2017 la cuestión es delicada: algunos han tenido que dejar de imprimir hasta 85% de la producción que tuvieron en días mejores. De acuerdo a esas cifras, puede que para 2020 ya no haya medios impresos.
Martin Baron, director histórico de The Washington Post y quizás uno de los periodistas más respetados del planeta explicó bien la situación:
“Los periódicos en papel no van a sobrevivir. Vivimos en un mundo digital dominado por el teléfono móvil. La gente lee las noticias mientras camina por la calle, mientras espera el autobús, mientras hace cola en el supermercado... La mayoría de ciudadanos, y especialmente los jóvenes, recibe la información de manera digital y a través de las redes sociales. Esa es la realidad, y tenemos que vivir en la realidad. Obviamente los periódicos existirán por un tiempo, pero lo cierto es no hay muchas evidencias de que el papel vaya a ser el futuro. Y sin embargo, sí que hay muchas evidencias de que el papel puede no ser el futuro. Ha llegado el momento de reconocer que nuestro sector está cambiando a fondo y rápidamente. Tenemos que lidiar con esa realidad”.
