El Facebook de los muertos

Lun, 03/01/2011 - 13:00
A principios de 2010 la historias de las gemelas australianas Gela y Maryanne Vourlis le dio la vuelta al mundo. Mientras cumplían años y estaban de vacaciones, entraron a sus respectivas cuentas de
A principios de 2010 la historias de las gemelas australianas Gela y Maryanne Vourlis le dio la vuelta al mundo. Mientras cumplían años y estaban de vacaciones, entraron a sus respectivas cuentas de Facebook para agradecer algunos mensajes y se encontraron con un muro lleno de condolencias por la muerte de su hermano, Bobby, quien había fallecido en un accidente automovilístico. La policía de Sydney ni siquiera les había informado. La red social fue más rápida. Morir es un acto la mayoría de las veces involuntario. La sorpresa es el factor clave, el no poder saber cuándo. La muerte es de las pocas cosas seguras que hay en la vida. Facebook enlaza personas, las une después de años, las reúne alrededor del mundo, las entera, les da la oportunidad de hacer contacto, de investigar, de ver las fotos del cumpleaños al que no se pudo ir, de compartir el viaje que se acaba de hacer, de propagar información personal, de revelar sucesos y de muchas cosas más. Pero, muchos no han notado que Facebook también trae la inmortalidad virtual. Que después de la muerte Facebook sigue ahí. Prepararse para la muerte siempre ha sido algo escabroso. Comprar el lote donde se va a ser enterrado y pagar de forma anticipada los gastos funerarios ya hacen parte de las estrategias seguras que ahorrarán preocupaciones a los que se quedan en la vida. Pero, ¿qué pasa con la vida virtual? ¿Los perfiles en las redes sociales, las cuentas de correo, los blogs, las páginas para compartir fotos, los foros? En muchos de los casos las cuentas se desactivan de forma automática por los administradores del servicio cuando después de nueve meses o un año se registra inactividad y todo queda intacto. Pero en Facebook el mundo sigue girando a medida que pasan los días, y el sistema anunciará la fecha de cumpleaños de esa persona ausente a todos sus contactos. Quien no sepa que ya este contacto no habita la tierra seguirá invitándolo a despedidas en un bar y continuará etiquetándolo cuando venda zapatos o mochilas arhuacas. Y entonces esta persona seguirá activa, sin poder mover un dedo. Hace tres años, un actor de teatro colombiano que viajó a Trujillo, Perú, sufrió un accidente que lo dejó en coma y en muy mal estado de salud. La gente creó un grupo en Facebook donde informaban su condición, ayudaban a reunir fondos para el viaje de los papás y enviaban mensajes de aliento en su recuperación. El actor murió y este grupo se lleno de mensajes y fotografías etiquetadas que también aparecían en su cuenta personal. Por este grupo se anunciaron los servicios religiosos y funerarios y el momento en que se trasladó el cuerpo a Popayán, donde el difunto nació. El grupo vivió por algunos meses hasta que su administrador lo desactivó. Cuando ocurrió la tragedia de Virginia Tech, en 2007, las personas escribían mensajes de solidaridad en los muros de las víctimas, mensajes de despedida, de nostalgia y de protesta. Este hecho alertó a los administradores de Facebook,  pero fue hasta 2009 que se tomaron medidas. Ante la muerte de una persona, los familiares y amigos solicitaron la desactivación del perfil porque desconocían la contraseña. Facebook dejó en claro que no lo haría, pero en cambio activarían el estado In Memoriam después del deceso. Para lograr esta activación los allegados deben llenar este formulario y suministrar una prueba que certifique la muerte física del usuario, como actas de defunción, avisos de periódicos o videos de las noticias. La activación de este modo desactiva algunas funciones como el estatus ‒ya nadie puede escribir sobre el muro‒ y desaparece de los motores de búsqueda. Sólo sus contactos pueden tener acceso al perfil, que queda congelado, como un epitafio. Los voceros de Facebook aconsejan que si no se quiere esta opción, las personas dejen en sus testamentos legales o de alguna manera sus contraseñas virtuales para que sus amigos puedan desactivar la cuenta. Existe una aplicación de Willook que ofrece un servicio llamado If I die, en donde el usuario puede preparar un video que será descargado en su perfil cuando sea anunciada su muerte. En estos casos el usuario envía su video y referencia de dos contactos de confianza que serán los encargados de certificar la muerte y activar el anuncio de despedida para que todos amigos puedan ver su legado postmortem. Hace algunas semanas un muy querido miembro de la comunidad caleña murió. Un viajero incansable, un fotógrafo increíble, amante de la naturaleza, los animales, la buena charla, amigo de muchas personas y apreciado por todos sus conocidos. Iba en una van de transporte intermunicipal en el Huila y la irresponsabilidad de un conductor dormido –que también murió‒ se llevó su vida y dejó heridas a otras personas al estrellarse contra un árbol. Antes de que se difundiera la noticia en el mundo real, en el virtual los mensajes sobre su muro avisaron en cadena el suceso. Hubo incrédulos que pensaban que se trataba de una broma, amigos de toda la vida que no lograban sopesar el hecho agregaban fotografías con este amigo, mensajes de despedida, serenatas con canciones de Youtube, poemas, charlas de desahogo. Por aquí también se anunciaron los servicios funerarios. Ha pasado ya un tiempo y el perfil no ha sido reportado para ser desactivado. Sus amigos siguen escribiéndole, diciéndole que lo extrañaron en la Feria de Cali pasada y en el fin de año. Siguen dándose golpes de pecho ante su retirada y quieren despertar de ese mal sueño que les produce su ausencia. Para algunos, la muerte es lejana porque aún no los ha tocado, pero ya llegará el momento virtual o real en el que deban lidiar con ella. Se dice que la muerte es un problema de los vivos, no de los muertos, por eso la inmortalidad en Facebook es una opción que para algunos puede sonar de ultratumba y falta de cordura, pero para otros es el paño de lágrimas de la postmodernidad. Pero al final de todos los caminos la gente está hecha de memoria, y es Facebook es fácil encontrar palabras de este tipo: “Contéstame ome no jodas con que es cierto que te fuiste y solo dejaste tus fotos! No jodas con que te fuiste y no dejaste sino sonrisas y buenos momentos! .... No jodas .. No jodas ... Con que ahora bailaremos solo sobre las nubes y fijo que encontraré un buen par de alas para sentarme a echar carreta con vos un rato en un nube!”. Este muro imaginario deja que las palabras hagan el duelo. Por eso, Julián, aunque no pueda leerlas, ahora es inmortal gracias a Facebook. Muertos famosos en Facebook Lina Marulanda Heath Ledger Brithany Murphy Liliana Lozano Marilyn Restrepo
Más KienyKe
Los uniformados fueron convocados por el tribunal luego de ser mencionados por otros comparecientes.
Tras aparentemente superar su crisis, los diálogos de paz se retomarán en las próximas semanas.
Los comunicadores fueron agredidos, tanto física como verbalmente, mientras ejercían en varias ciudades principales.
El alto tribunal reconoció los derechos de una pareja de adultos mayores cuya vivienda estaba al borde del río Bojabá, en Arauca.