Como todos los padres, seguramente usted querrá que su hijo siempre cuente con la mejor salud, tanto física, como emocional, sin embargo, hablando de este último elemento, la salud mental de los niños puede ser un tema difícil de entender, sobre todo porque culturalmente se ha enseñado ignorar este tema, a pesar de que algo como la ansiedad es tan común e importante de hablar.
Darley Quintero Patiño, psicóloga con magíster en psicopedagogía, indicó que: “Si los síntomas se prolongan más de seis meses es importante consultar un profesional; se puede estar generando un trastorno de ansiedad que puede acarrear múltiples problemas a nivel personal, familiar y social. Hay que tener en cuenta que, si estas manifestaciones no se tratan de manera adecuada pueden afectar su comportamiento en varios aspectos que transformarían la cotidianidad y la estabilidad de su hogar.”
Un estudio científico indica que este trastorno se encuentra bastante en niños y adolescentes, con una alta demanda en cuanto a las unidades de salud mental, donde se vería afectado cualquier aspecto de su vida, tanto como la familiar, como la social, presentando daños a largo y corto plazo.
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Los síntomas en la ansiedad infantil presentan una gran variedad y son vistos en diferentes ocasiones. Para iniciar, se dividen entre niños hasta aproximadamente ocho años y luego están los niños mayores y adolescentes.
En el primer grupo se pueden encontrar síntomas como la agitación psicomotriz como morderse las uñas, no dejar las piernas o manos quietas, halarse el pelo; síntomas neurovegetativos como la taquicardia, aumento del ritmo respiratorio o sudoración; mareos, dolores de cabeza o de estómago, tensión muscular, llanto involuntario, comportamientos de apego excesivo; apetito; insomnio, sueño intranquilo y similares.
Por otro lado, está el segundo grupo donde conservan algunas señales del grupo anterior, pero también presentan unas totalmente nuevas como; actitudes desafiantes o desobediente; dificultad para concentrarse y mantener la atención en lo que se esté realizando; preocupación excesiva; trastornos en la alimentación, como la pérdida o aumento de apetito y por último la angustia e irritabilidad.
Olga Lorena González Maldonado, licenciada en pedagogía infantil y magíster en educación dice que: “La prevención está en nuestras manos y es responsabilidad de la familia garantizar espacios de crianza amorosa al interior del hogar, siendo una oportunidad para revivir la sana convivencia, los vínculos afectivos que nos unen, acercarnos y entre todos contribuir en la formación de niños y niñas felices, emocionalmente estables y socialmente empáticos que, a pesar de los obstáculos, disfrutan de su entorno y comprenden el rol activo que tienen en la sociedad” aseguró, dejando claro que no hay mejor ayuda más recomendable por hacer hacia sus hijos que tratarlos con un profesional en psicoterapia.
