"El humor es una terapia de supervivencia"

Dom, 26/05/2013 - 06:01


Eduardo Arias y Karl Troller regresaron con libro nuevo: ‘Listomanía’. Un compendio que mezcla su habitual estilo sarcástico y burlón con un tema enrevesado como las estadísticas. ¿C
Eduardo Arias y Karl Troller regresaron con libro nuevo: ‘Listomanía’. Un compendio que mezcla su habitual estilo sarcástico y burlón con un tema enrevesado como las estadísticas. ¿Cómo vivimos? ¿Cuántos somos? ¿De qué vivimos? Son preguntas que los autores plantean al inicio de su libro pero que al final quedan sin responder o al menos no se atreven a un juicio final sobre el país. Pues como ellos mismos dicen, Colombia es un país para morirse de la rabia o de la risa, y los parámetros para entenderlo se quedan cortos o no sirven para nada.
En el apartamento de Karl Troller, ubicado a unas cuadras del Centro Comercial Andino, iniciamos la entrevista después de la  hora de almuerzo. Estaba algo agitado y distraído pues tenía una cita con su pequeña hija en el pediatra, y su suegra lo llamó varias veces para cerciorarse de que nada fuese a salir mal. En cambio Eduardo Arias estaba animado, con ganas de hablar. Mientras contestaba las preguntas se cambió varias veces sus anteojos, como una especie de juego para distraerse y entrar en confianza. Ambos, eso sí, no pararon de hablar, recordar, y claro, burlarse de sí mismos y más cosas. Ustedes llevan 35 años trabajando juntos, ¿cuál es el secreto? Karl Troller: Yo creo que es porque nunca hemos hecho plata, esa es la clave del éxito. Eduardo Arias: La clave es que no somos tan amigos. Esta es una relación cercana y hasta familiar pero nunca hemos sido amigos de rumba. Creo que es una afinidad que nació muy temprano en el colegio y que se ha mantenido. Nos une algo sencillo: reírnos de lo mismo, pero no de la misma manera; más que ser iguales, nos complementamos al trabajar. Y otra cosa es que nunca estamos juntos todo el tiempo. ¿El humor ha sido el punto de encuentro de su Zoociedad? Arias: Sí. De adolescentes tocábamos en grupos de música y semanas culturales. Al final de los ensayos terminábamos  “mamando mucho gallo” sobre cosas del país: la televisión, comerciales, campañas del distrito. Una afinidad. Luego hicimos ‘Irregular’, una revista de humor. Después, con Carlos Buitrago, hicimos ‘Chapinero’. ¿Pensaron que terminarían haciendo periodismo? Arias: No. Yo pensaba que los periodistas eran las personas más aburridas del mundo. Mucho antes de conocer a Karl descubrí el humor político con ‘Alternativa’. Mi abuelo la compraba, cuando lo visitaba los domingos, siempre la cogía y leía la sección ‘El Zancudo’, una sección muy divertida. Luego llegó el policía, caricatura de Antonio Caballero. Troller: También tuvimos influencia de la revista francesa ‘Hara Kiri’. Allí descubrimos un humorista que se lanzó de candidato a la presidencia de Francia. Era un humor inocente. Nuestro humor siempre lo ha sido. Inocente la forma de presentarlo, no el contenido. Creo que la escuela de las cosas sencillas es lo nuestro. Por eso usted decía que un periodista debería hacer sus prácticas en ‘El Espacio’. Troller: Sí, sí, me parece que los titulares son muy buenos. Un buen titulador es un buen publicista, pues se trata de sintetizar una idea abstracta en un espacio pequeño. Nosotros siempre trabajamos mucho la publicidad y la parodia. Arias: Si uno revisa la revista ‘Chapinero’ hacíamos muchas parodias de comerciales, situaciones políticas, vida cotidiana. Parodiábamos música de esa época y de ahora. Pues el humor pertenece a la música, como Le Lutiers, Los Marinillos, Los Hermanos Monroy, las parodias de La Banda Francotiradores eran fantásticos. ¿Cómo fue el paso de hacer ‘Chapinero’ a un libro ‘La Guía del buen Estudiante Vago’ y luego ‘Zoociedad’, junto a Jaime Garzón?   Arias: Después de hacer undreground nos volvimos algo conocidos. No famosos. Muchas de las cosas que nosotros se las decíamos a un público muy pequeño, con Jaime Garzón, tuvieron mayor audiencia. A raíz de eso surgió el libro del estudiante vago, aunque primero se lo habían encargado a Jaime. Pasamos de libretistas, junto con Hugo Chaparro, al libro y el proyecto continuó hasta hacer ‘Quac’. Allí les pusieron algo de orden Arias: Fue algo más serio, allí Jaime Garzón no podía improvisar mucho, salvo con personajes como ‘Dioselina Tibaná’ o ‘Néstor Elí’. Troller: En ‘Quac’ hacíamos la sección ‘En el Burladero’: “Miren allí va el Presidente Gaviria”, o “mira quién es esa mona que está junto a Samper”. De ese humor de situación hicimos mucho, para reducir gastos y tener algo más de libertad. Eduardo Arias, Kienyke El humor político se puso de moda entonces: aparecieron La Luciérnaga, La Tele, ustedes…   Arias: ‘Zoociedad’ puso de moda el humor político. Sábados Felices y otros programas hacían humor de ese tipo en los años setenta y ochenta. La parodia también, de modo que muchas emisoras comenzaran a incluir el humor y la burla, fue gracias a Jaime y nosotros. ¿Se acabó el humor en la televisión? Arias: Los canales privados deciden hoy qué les da plata y qué no. Y como el humor no da plata, entonces deciden no hacer más humor. Hacen las cuentas y no cuadran, sucedió con series como ‘Francisco el matemático’, que pintaba bien, era chévere pero se enfrentó a ‘Pasión de Gavilanes’, entonces aparecieron situaciones y dramas traídos de los cabellos. Troller: No se hacen comedias como antes. Hubo humor en ‘Hasta que la plata nos separe’, en ‘Betty la fea’ o ‘Perro Amor’. En ‘Quién quiere ser millonario’, Paulo Laserna hacía algo de humor… Pasemos al libro ‘Listomanía’, hay una serie de preguntas que quedan sin responder: ¿quiénes somos?, ¿cómo vivimos? Arias. Esas preguntas se las inventó Verónica Londoño, editora de Planeta. Le pasamos un popurrí y nos preguntamos, cómo organizamos toda esta vaina. Como quedó organizado permite cierta elasticidad en la forma de trabajar un tema aburrido como las estadísticas. Troller: Este libro no nació de nosotros. Se hizo un experimento en Perú y Planeta dijo que hiciéramos  una edición así en Colombia, pero con más humor. Por eso titulamos con frases de la vida cotidiana, con letras de canciones, para tener algo nuestro. ¿Aprendieron algo nuevo sobre el país? Troller: Fue un trabajo arduo. Aquí hay una cultura de cifras incompletas, desactualizadas, que miden mucho pero no reflejan mayor cosa. ¿Qué dato les llamó la atención? Troller: El consumo de licor me pareció interesante. Sobre todo si pensamos que buena parte es de contrabando. Arias: A mí las cifras del índice de Desarrollo Humano. Colombia está por debajo de islas del Caribe, como Barbados. Eso que no hablo de la desigualdad de ingresos. Y seguimos creyendo que somos el mejor vividero del mundo. Troller: Si nos vamos por las estadísticas. Si comparamos la educación en Nicaragua o en Panamá, pues uno se da cuenta que no somos el mejor vividero. Arias: Es que los colombianos nos creemos los verracos porque tenemos un montón de plantas de orquídeas. Ese patrioterismo geográfico-biológico. El mismo país que habla de esas bellezas es el mismo que descuida los bosques y los parques naturales. Chévere ser colombianos porque tenemos colibrís y pájaros, una mariposa amarilla, pero el país tiene unos problemas muy verracos. Troller: Por eso el humor es una forma de criticar esa realidad. Es un arma eficiente. Y la ley que buscaba censurar la parodia es un juego político contra eso. Arias: Es una desinteligencia de nuestra clase política. Porque si hay algo que no hace daño es el humor. Le hacen mucho más daño a un político las investigaciones de Hollman Morris o las columnas de Daniel Coronell. Troller: Porque son gente que investiga, que destapa ollas podridas. Nosotros nunca hemos destapado una olla podrida. Karl Troller, Eduardo Arias, Kienyke Una cosa es el humor hecho aquí, y otra muy diferente el que se hace en España o Francia. Arias: No hay nada peor que las adaptaciones de comedias francesas al español que se habla en España. Es que el humor universal es algo que no es abundante, que hable de temas muy humanos. Tiene que ser un Shakespeare o Cantinflas, aunque eso de la corrupción latinoamericana para un europeo es algo complicado. Troller: Woody Allen toca temas de la especie humana y los enfoca en Nueva York, muchos de sus chistes son muy neoyorquinos. Como el tema de los psicólogos para los argentinos. Cosas por el estilo. O como Quino, que trabaja con pasiones comunes al ser humano, la risa fácil, ese es humor que hoy más pega. ¿Está de acuerdo con frases tipo “hay un humor inteligente y otro obtuso?" Arias: No estoy de acuerdo. Es que el humor es como un partido de tenis. Hay personas que hacen un servicio suave, que se pueda contestar. Otros que hacen ases,  y otros muy lentos y aburridos. Troller: El humor que hacemos lo hemos cogido para burlarnos de la gente que tiene poder. En ese sentido, uno cumple una misión, y porque nos nace hacer ese humor y no otro, como el del regionalismo. Pero el humor político necesita un mínimo de información para comprenderlo. Troller: Sí. Nosotros hacemos humor para personas informadas. Antes quienes hacían humor político estaban en un círculo pequeño. Ahora la política hace parte del orden del día o del entretenimiento. Arias: La política se ha vuelto muy farandulera. Hace pocos días salió la foto de Juan Manuel Santos en calzoncillos.  ¿Por qué se hizo famoso Mockus? Porque más que semiología o vainas por el estilo, lo que hizo fue espectáculo al servicio de una causa noble, él ayudó mucho a farandulizar el personaje político. La dictadura de la imagen se llevó por delante a la política, y nosotros, los que hacemos humor somos los primeros beneficiarios de eso. ¿Listomanía ayuda a que su público esté mejor informado para entender su humor? Troller. No creo. Es que los libros se venden muy poquito, uno hace estos trabajos es por hacerlos. Si venden 300 ó 400 copias, las editoriales se dan por bien servidos. Arias: Y esa es la otra, uno cómo certifica que de verdad se vendieron 400 ó 500 libros. Troller: Es que cuando a uno le piratean los libros es que se volvió un bestseller. Cómo hicieron para ser más amable datos, estadísticas, promedios, tendencias, etc. Troller: Con las infografías, una cosa chévere y útil para explicar temas enredados. Como el rock. Los árboles genealógicos son estupendos. Uno entiende gráficamente eso. Las cifras manejadas de una forma atractiva como las de este libro sirven para conocer datos de forma amena. ¿Colombia se toma a sí misma muy en serio? Troller: Lo que pasa es que esa seriedad a veces se vuelve muy mamerta. En Estados Unidos se hacen series y comedias de todo tipo, las show bussines. Aquí uno no puede hablar mal de Medellín, ni de los costeños, porque sale la carta del gobernador. Las tomadas en serio no llevan a ningún lado. Arias: Aquí nos tomamos en serio lo que no debemos tomarnos en serio. Y lo importante lo tomamos en chiste. Así es Colombia, y eso por lo menos nos da de qué reír, y de qué comer.
Más KienyKe
Desde la alcaldía local se están esperando alrededor de 20 mil personas para que acompañen la celebración religiosa.
Durante esta temporada Colombia cuenta con varios destinos para todos los feligreses de la fe católica y cristiana.
Durante el Jueves Santo, tres jóvenes se salieron de la ruta principal de la montaña
Desde el Vaticano se publicó el discurso, escrito a mano, que profesará el sumo pontífice desde el Coliseo Romano.
Kien Opina