Lo que usted no sabe de Galy Galiano

Jue, 01/11/2012 - 15:30
Hace más de 40 años, cautivado por el ritmo del vallenato, Galy Galiano decidió hacer un bajo eléctrico con sus propias manos. Tenía 12 años y vivía en una finca de la vereda Barah

Hace más de 40 años, cautivado por el ritmo del vallenato, Galy Galiano decidió hacer un bajo eléctrico con sus propias manos. Tenía 12 años y vivía en una finca de la vereda Barahona, en Chiriguaná (Cesar). Una zona donde la tierra da el sustento diario y los acordeones amenizan las fiestas. Obsesionado con el bajo, Carmelo –como fue bautizado–, buscó en aserradero un pedazo de madera. Pocas horas después, regresó a su casa con un tablón en el que dibujó la silueta del instrumento musical.

Galy trabajó día y noche. Poco le importó que su mamá, Sonia Cotes, lo sacara de todos lados porque según ella hacía basura. El parlante de un radio viejo se convirtió en un amplificador gracias a César Bustamante, amigo y radiotécnico. Un par de semanas después, el bajo artesanal estuvo terminado y Galy comenzó a imitar las notas musicales de las canciones de Alfredo Gutiérrez y Calixto Ochoa que reproducía una radiola. Su talento se insinuó por primera vez.

Galy Galiano ha sacado al mercado cerca de 22 álbumes discográficos y vendido 15 millones de discos. Fue el primer artista colombiano en entrar a la lista de la revista Billboard, donde se hacen rankings de las canciones más populares del momento. Jesús Vides, amigo desde la juventud, recuerda cuando llegó el afiche de la revista que decía: “Este es el artista colombiano que mayores triunfos ha conseguido en otros países durante los últimos años”. Galy alcanzó a tener al mismo tiempo tres éxitos: ‘Espérame’, ‘Frío de ausencia’ y ‘Escríbeme’.

Galy Galiano fue el primer artista colombiano en llegar a la revista Billboard con tres canciones en un solo listado.

Este cantante que no bebe licor ha interpretado baladas, salsa, música de despecho y rancheras. Su cuerpo menudo se ha visto grande en escenarios como el Madison Square Garden. Allí se presentó junto al Gran Combo de Puerto Rico cuando el disco que incluía la canción ‘La Cita’ vendió un millón de copias en Nueva York.

Galy es un hombre vanidoso que se hace mascarillas y tiene un closet repleto de ropa exclusiva que incluso trae de Italia. Los pantalones negros abundan. Los premios no merecen el mismo cuidado que su imagen por eso los guarda en un cuarto de San Alejo, a merced del polvo. Es un artista tan empírico como responsable que ha subido a la tarima incluso cuando murieron sus papás. Entre éxitos musicales y  trajes estrambóticos han transcurrido 30 años de carrera sin escándalos. Los mismos que hoy celebra con un disco que incluye canciones escritas por sus hijos.

Galy vivió su infancia entre el fútbol, el colegio y las labores cotidianas del campo, como ordeñar y arrear las vacas. Admite que no fue buen estudiante porque era distraído y desaplicado. Sin embargo, la geografía lograba capturar su atención. “Era como si algo me estuviera diciendo: necesitas conocer los nombres de los países y ciudades a las que vas a ir”, dice Galiano. Durante su época escolar también participó en varios concursos de canto intercolegiados.

La primera agrupación a la que perteneció fue ‘Los Diamantes del Cesar’. Allí tocó el bajo y comenzó a componer. Sus primeras canciones eran de protesta. Burlándose de sí mismo, recuerda una llamada ‘Crisis de escrúpulos’. Luego hizo sus primeras presentaciones fuera de Chiriguaná, pero poco le importaba el dinero que le pagaban. En una ocasión, cuando visitó Pamplona (Norte de Santander), usó todo el pago para comprarle telas a su mamá, quien confeccionaba ropa, y algunas camisas en satín para los miembros de la agrupación.

Galy-GalianoEl cantante de Chiriguaná (Cesar) ha vendido cerca de 15 millones de discos.

Años después, Galy Galiano llegó como turista a Bogotá, pero terminó tocando el bajo en tabernas y discotecas. También puso avisos clasificados en los periódicos donde ofrecía clases de bajo y guitarra. “Había alumnos que sabían más que yo. Pero como yo tenía ese feeling de la costa, se impresionaban con eso. Era lo que vendía”.

Su encuentro con el productor cubano Ricardo Acosta fue determinante en su carrera musical. Con él grabó su primer disco, ‘Frío de ausencia’, cuyo título nace de un poema escrito por Orlando Galiano, su papá. Pero este disco no le gustó al entonces gerente de la compañía de Discos FM. Las canciones fueron archivadas.

Pero aquel rechazo tuvo algo bueno: fue el origen de su nombre artístico. Luego de la discusión con el gerente, Acosta y Galy se sentaron en una cafetería a pasar el mal momento. Acosta empezó a escribir sobre hojas de papel varios nombres artísticos. El primero fue Juan Pérez, pero Galy lo rechazó de manera tajante. Acosta volteó la hoja y escribió Galy Galiano. Muy parecido al seudónimo de Galia, usado por el cantante cuando firmaba una canción.

Galy era famoso en Guatemala y México. Su música llegó allí gracias un productor que puso a sonar su disco ‘Frío de ausencia’. En Guatemala ganó disco de oro y dio su primer concierto a una multitud en un lujoso hotel. Dice no recordar nada porque cantó por inercia. Ahora, improvisar en la tarima es una de las pocas cosas que le producen mal genio.

Pero Galy no solo ha tenido éxito con la música. Su amigo Jesús Vides asegura que el cantante tiene un imán para las mujeres, aunque no es detallista, romántico ni galán y tampoco se pinta las canas. Un buen ejemplo son sus fanáticas.

En una presentación en Villavicencio (Meta), un hombre armado y con guardaespaldas vestido con botas tejanas y sombrero, entró al camerino sin avisar. Llegó con su esposa, una mujer de curvas artificiales, que tenía un capricho: besar a Galy Galiano, quien no tuvo otra opción que aceptarlo. El primer beso fue en la mejilla, pero una amenaza indirecta, lo obligó a darle un beso apasionado. Durante otra presentación, una niña de 17 años que se casaba al día siguiente quería entregarle la virginidad. Los inicios de la carrera musical de Galy Galiano fueron con la música romántica. 

Pero el amor de su vida es Sandra Bernal, su esposa, con quien tiene tres hijos: Mauricio, de 27 años; Melisa, de 22, y Vanessa, de 14. Sandra y Galy están casados desde hace 32 años. Se conocieron cuando eran jóvenes y Galy aún no era famoso. El cantante dice, a manera de broma, que la conquistó con un piropo chiriguanero y ella “cayó redonda”. También reconoce, sin pudor, que la canción ‘Amor de primavera’, donde habla de una infidelidad, casi le cuesta su matrimonio porque hace parte de un capítulo de su vida.

Galy Galiano procura ir a Chiriguaná una vez al año. Allí, donde conoció la música, pasa días enteros sentado en una mecedora, cobijado por la sombra de los árboles. Suele compartir con los niños de la región. Les hace magia con monedas y cartas. Pero lo que más añora de su tierra es madrugar a las 5.00 a.m para ver el paso de las guacamayas.
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