Pripyat, “la ciudad envenenada”
Esta ciudad (fundada en 1970), que alguna vez tuvo 50 mil habitantes, fue evacuada en menos de tres horas hace 26 años. Nadie ha vuelto a pasear por sus calles. Queda al norte de Ucrania en la región de Kiev, en cercanías de la frontera con Bielorrusia (la actual Belarús), que debe su nombre al río que atraviesa la ciudad. Pripyat sufrió el peor accidente de energía nuclear de la historia el 26 de abril de 1986, cuando se produjo el sobrecalentamiento y explosión del reactor número 4 de la planta nuclear de Chernobyl, el cual emitió 400 veces más radiación que la bomba atómica que cayó sobre Hiroshima en 1945.
La evacuación la hizo el ejército ruso, la mayoría de los habitantes fueron desalojados de sus casas contra su voluntad, y los animales domésticos fueron sacrificados.
Pripyat no tiene habitantes. Investigadores, científicos y fuerzas de seguridad custodian la zona. La ciudad es ahora un museo de la era soviética tardía, tiene muchos edificios de apartamentos, dentro de los cuales se encuentran fotografías, juguetes de niños, ropa y objetos personales. También hay restaurantes, plazas de juego, hospitales, escuelas y gimnasios abandonados.
Centralia, el lugar del “monstruo” en llamas
Centralia es un municipio en el condado de Columbia, Pennsylvania ( Estados Unidos). En 1981 tuvo más de mil habitantes, pero la población disminuyó a 12 como resultado de una vieja mina en llamas que arde debajo de la ciudad.
En 1962 un incendio aparentemente inofensivo en un basurero del lugar se extendió y llegó a una veta de carbón situada bajo la ciudad. Las llamas de la superficie fueron extinguidas por los bomberos, pero el carbón siguió ardiendo bajo las casas hasta convertirse en un “monstruo” incontrolable que obligó a desalojar la ciudad.
El calor y el fuego han levantado las calles y partido en dos las carreteras; pequeñas columnas de humo salen de la tierra. La carretera estatal 61, que fue cerrada a mediados de los 90, es un lugar auténticamente espectral. Un enorme cartel advierte del peligro poco antes de llegar: “Incendio en mina subterránea. Adentrarse en esta área puede ocasionar graves daños o la muerte. Gases peligrosos. Peligro de hundimiento”.
Actualmente Centralia es un lugar abandonado. La mina subterránea sigue ardiendo y se calcula que contiene carbón para hacerlo durante 250 años más.
Villa Epecuén, el lago que se tragó al pueblo
Ubicada en la provincia de la capital argentina de Buenos Aires, es quizá el lugar abandonado más desolador que se pueda encontrar.
Su historia surge a partir de la creación de la villa junto a las orillas de la laguna Epecuén. En 1920 una gran parte de visitantes llegaba a Buenos Aires a través de la red ferroviaria argentina, el Ferrocarril Sarmiento servía la estación de Villa Epecuén (hoy día también abandonada) y desarrolló el turismo en Epecuén. El lugar llegó a tener 5 mil plazas declaradas y 2 mil sin declarar. Contaba con 280 establecimientos entre hospedajes, pensiones, hoteles y locales comerciales que llegaron a recibir en las décadas de 1950 a 1970 a 25 mil turistas de noviembre a marzo. Tuvo 1.500 habitantes.
Pero el 10 de noviembre de 1985 el enorme caudal de agua rompió el terraplén de piedra y tierra e inundó gran parte de lugar. La villa desapareció. Para 1986 el pueblo poseía 4 metros de agua en sus calles y con el tiempo llegó a más de 10 metros.
San Zhi, un pueblo fantasma futurista
San Zhi está a las afueras de Taipei, en Taiwan, y se construyó a principios de los ochenta como un lugar de residencia de lujo. No se conocen los nombres de los diseñadores de esta urbanización futurista.
Existen muchas leyendas sobre el abandono del lugar; un tifón que arruinó el lugar, la quiebra de la compañía constructora e incluso historias de muertes de obreros con sus respectivos espíritus atormentando al resto de trabajadores hasta obligarlos a abandonar el trabajo por miedo.
A pesar del desconocimiento de la verdadera razón de abandono del lugar, San Zhi es un gran ejemplo de cómo serían las ciudades del futuro abandonadas. Un lugar diferente, colorido y tan muerto como cualquier pueblo fantasma. Debido a la superstición de los pobladores cercanos, el lugar no se derriba por temor a que los fantasmas pasen a habitar los hogares de los obreros que lleguen a destruir San Zhi.
Gramalote, el terreno imposible
Está ubicado en el departamento de Norte de Santander, en Colombia. Gramalote fue fundado en dos ocasiones; la primera el 27 de noviembre de 1857, y la segunda en 1883 a menos de un kilómetro hacia el sur de la primera fundación. Hasta el 2010 tenía 5.928 habitantes, pero un fuerte movimiento telúrico, sumado a la ola invernal de finales de ese mismo año, hizo que la población abandonara el sitio.
El terreno de Gramalote siempre presentó problemas, pues no es apto para la construcción de viviendas. Sin embargo, se han hecho varios intentos de establecer población allí. Actualmente se encuentra en ruinas y prácticamente abandonado. El 6 de abril de 2012 se creó la Mesa de Trabajo para la Reconstrucción de Gramalote e iniciar, nuevamente, el asentamiento de la comunidad en 2014 pero kilómetros más allá de la segunda fundación.
El viejo Belchite, “el bello lugar"
Belchite fue un pueblo próspero a principios del siglo XX en la provincia de Zaragoza, en España. Entre sus muros de estilo mudéjar llegaron a contabilizarse dos conventos y varias iglesias, símbolo de la buena economía de la comarca. Los primeros pobladores datan de la época romana, aunque muchos pueblos primitivos ocuparon esas tierras con anterioridad.
Sin embargo, Belchite fue escenario de una de las batallas más simbólicas de la Guerra Civil Española, la Batalla de Belchite. Como consecuencia de los enfrentamientos el pueblo fue destruido. Nunca lo reconstruyeron, pues el régimen de Francisco Franco decidió crear un pueblo nuevo al lado (hoy conocido como Belchite nuevo), dejando intactas las ruinas del anterior como recuerdo y símbolo perenne de “la Barbarie Roja”.
Ochate, el pueblo enfermo
Está en el condado de Treviño (Burgos, España) a 14 kilómetros de Vitoria. A esta ciudad la arrasaron tres epidemias: En 1860 se extendió la viruela, de la que apenas sobrevivieron una decena de personas; en 1864 se extendió el tifus, matando casi a la totalidad de sus habitantes, y en 1870 se extendió el cólera, que acabó para siempre con la gente del pueblo. Lo extraño de este caso es que las epidemias atacaron solo a Ochate y no a los otros pueblos a sus alrededores.
Oradour-sur-Glane, el lugar de la matanza masiva
La Matanza de Oradour-sur-Glane fue el resultado del ataque de la Tercera Compañía del 1er Batallón del Regimiento Der Führer, de la División SS Das Reich de las Waffen-SS del III Reich, en contra de los civiles de Oradour-sur-Glane el 10 de junio de 1944, mientras se desarrollaba la Batalla de Normandía en la Segunda Guerra Mundial. Ese día fueron asesinadas 642 personas; 190 hombres fusilados, 245 mujeres y 207 niños ametrallados y quemados en la iglesia.
Las personas vieron la destrucción de la mayor parte de sus edificios e infraestructuras tras un gran incendio, dejando la población en ruinas. Los pocos sobrevivientes escaparon y se escondieron en la Abadía de Munch, donde los monjes ayudaron a un grupo de madres y sus hijos, así como a 6 judíos, a escapar por un desagüe oculto (en total oscuridad) de casi 800 metros.
El testimonio de los escasos sobrevivientes permitió una reconstrucción de los hechos, pero la muerte de la mayor parte de los soldados y oficiales que participaron en la matanza ha alimentado diferentes teorías del porqué fue elegida la población de Oradour-sur-Glane, o de las motivaciones de los atacantes. La más creíble es el homicidio de un Capitán SS, el cual fue asesinado en su vehículo por los Partisanos con una granada.
Como haya sido, Oradour fue escenario de las particulares prácticas de terror y violencia aplicadas por los nazis en la política de Guerra Total, experimentadas desde 1941, con el fin de intimidar a la oposición de la población civil y la acción de los partisanos y guerrilleros, agrupados en Francia bajo la llamada Resistencia. Al final de la guerra las ruinas de la población fueron mantenidas en su estado por orden del gobierno francés de Charles de Gaulle, como recuerdo del crimen y símbolo de los sufrimientos causados por la ocupación nazi.
La isla-ciudad de Hashima (Gunkanjima)
Solitarios y bellos templos, rodeados de jardines Zen, ocupan la isla de Hashima. Este islote hubiese sido uno de los más de 500 islotes deshabitados de Nagasaki, al sur de Japón, a no ser porque a comienzos del siglo XIX se encontró una gran veta de carbón en sus entrañas. En aquella época el carbón era un bien preciado y escaso en el país, por lo que se convirtió en un complejo industrial con ciudad incorporada.
Durante más de 70 años el trabajo fue incesante y la explotación minera fue comprada por la compañía Mitsubishi, en 1890. Un alto muro se construyó alrededor de toda la isla para protegerla de los tifones y las inclemencias del clima, y en el interior una enorme ciudad albergó a casi 6.000 trabajadores en 1959.
Pero en 1974 Mitsubishi cerró la mina debido a que el negocio no le generaba rentabilidad, la gente tuvo que migrar y desde entonces la isla está completamente deshabitada.
Plymouth, el paraíso abandonado
Plymouth era la capital de una pequeña isla caribeña llamada Montserrat, dependiente del Reino Unido y ubicada al sureste de Puerto Rico. La isla fue descubierta por Cristóbal Colón, quien le dio el nombre de la montaña de Montserrat, cerca de Barcelona, en 1493.
La isla permaneció deshabitada hasta 1632, cuando se establecieron los primeros colonos británicos. En varias ocasiones Francia intentó arrebatar, sin éxito, la isla a los ingleses. Su población mulata, descendiente de irlandeses y africanos dedicados a la pesca y al turismo, vivía tranquila y aislada.
Sin embargo, la isla encerraba un gran peligro de 914 metros de altitud: el volcán Soufriere Hills, que todos creían dormido e hizo erupción, sin previo aviso, el 18 de julio de 1995. Todos los habitantes de Plymouth, y de los poblados cercanos, tuvieron que huir hacia el norte de la isla. En un par de días los 13 mil habitantes de Montserrat fueron evacuados. Desde esa fecha el volcán continúa arrojando lava y ceniza esporádicamente, siendo el más activo del Caribe. La zona sur, casi en su totalidad, está catalogada como zona de exclusión y está totalmente prohibido el paso al personal no autorizado. Aún pueden verse rastros de lo que alguna vez fue un paraíso tropical.
Marmellar, la comarca desgraciada
Tras las montañas de Montserrat, en la comarca del Baix Penedès (Tarragona), y dentro del municipio de Montmell, existe el pueblo abandonado de Marmellar, que debe su nombre a un riachuelo que pasa por allí.
Los primeros datos que se tienen sobre este lugar datan del año 1023 y hacen referencia a su Castillo e Iglesia. La comunidad de Sant Ruf estableció un convento.
La iglesia de Santa María de Marmellar data de 1149, año en el que comenzó a crecer el pequeño pueblo cerca al Castillo. En el siglo XIX la desamortización en toda la comarca de Montmell y la guerra hicieron la vida difícil. Los guerrilleros Carlistas hicieron de estos montes su hogar y lentamente el pueblo se fue deshabitando, hasta que en los años setenta los últimos moradores partieron hacía poblaciones más prosperas. Desde entonces, el abandono hace mella en las construcciones.
A principios de los años noventa una joven, no se sabe muy bien si secuestrada o por voluntad propia, conoció a un grupo de jóvenes que la llevaron hasta Marmellar. En las ruinas de una casa fue violada, quemada viva y dejaron el cuerpo en el interior de un viejo cementerio. Un grupo de gente encontró el cuerpo días después y, según cuentan, la zona del asesinato se encontraba adornada con diversos símbolos satánicos. Desde entonces el sitio se considera maldito. El 14 de febrero de 1996 otra joven de la zona fue secuestrada en una gasolinera y asesinada en ese mismo lugar.
Esta ciudad (fundada en 1970), que alguna vez tuvo 50 mil habitantes, fue evacuada en menos de tres horas hace 26 años. Nadie ha vuelto a pasear por sus calles. Queda al norte de Ucrania en la región de Kiev, en cercanías de la frontera con Bielorrusia (la actual Belarús), que debe su nombre al río que atraviesa la ciudad. Pripyat sufrió el peor accidente de energía nuclear de la historia el 26 de abril de 1986, cuando se produjo el sobrecalentamiento y explosión del reactor número 4 de la planta nuclear de Chernobyl, el cual emitió 400 veces más radiación que la bomba atómica que cayó sobre Hiroshima en 1945.
La evacuación la hizo el ejército ruso, la mayoría de los habitantes fueron desalojados de sus casas contra su voluntad, y los animales domésticos fueron sacrificados.
Pripyat no tiene habitantes. Investigadores, científicos y fuerzas de seguridad custodian la zona. La ciudad es ahora un museo de la era soviética tardía, tiene muchos edificios de apartamentos, dentro de los cuales se encuentran fotografías, juguetes de niños, ropa y objetos personales. También hay restaurantes, plazas de juego, hospitales, escuelas y gimnasios abandonados.
Centralia, el lugar del “monstruo” en llamas
Centralia es un municipio en el condado de Columbia, Pennsylvania ( Estados Unidos). En 1981 tuvo más de mil habitantes, pero la población disminuyó a 12 como resultado de una vieja mina en llamas que arde debajo de la ciudad.
En 1962 un incendio aparentemente inofensivo en un basurero del lugar se extendió y llegó a una veta de carbón situada bajo la ciudad. Las llamas de la superficie fueron extinguidas por los bomberos, pero el carbón siguió ardiendo bajo las casas hasta convertirse en un “monstruo” incontrolable que obligó a desalojar la ciudad.
El calor y el fuego han levantado las calles y partido en dos las carreteras; pequeñas columnas de humo salen de la tierra. La carretera estatal 61, que fue cerrada a mediados de los 90, es un lugar auténticamente espectral. Un enorme cartel advierte del peligro poco antes de llegar: “Incendio en mina subterránea. Adentrarse en esta área puede ocasionar graves daños o la muerte. Gases peligrosos. Peligro de hundimiento”.
Actualmente Centralia es un lugar abandonado. La mina subterránea sigue ardiendo y se calcula que contiene carbón para hacerlo durante 250 años más.
Villa Epecuén, el lago que se tragó al pueblo
Ubicada en la provincia de la capital argentina de Buenos Aires, es quizá el lugar abandonado más desolador que se pueda encontrar.
Su historia surge a partir de la creación de la villa junto a las orillas de la laguna Epecuén. En 1920 una gran parte de visitantes llegaba a Buenos Aires a través de la red ferroviaria argentina, el Ferrocarril Sarmiento servía la estación de Villa Epecuén (hoy día también abandonada) y desarrolló el turismo en Epecuén. El lugar llegó a tener 5 mil plazas declaradas y 2 mil sin declarar. Contaba con 280 establecimientos entre hospedajes, pensiones, hoteles y locales comerciales que llegaron a recibir en las décadas de 1950 a 1970 a 25 mil turistas de noviembre a marzo. Tuvo 1.500 habitantes.
Pero el 10 de noviembre de 1985 el enorme caudal de agua rompió el terraplén de piedra y tierra e inundó gran parte de lugar. La villa desapareció. Para 1986 el pueblo poseía 4 metros de agua en sus calles y con el tiempo llegó a más de 10 metros.
San Zhi, un pueblo fantasma futurista
San Zhi está a las afueras de Taipei, en Taiwan, y se construyó a principios de los ochenta como un lugar de residencia de lujo. No se conocen los nombres de los diseñadores de esta urbanización futurista.
Existen muchas leyendas sobre el abandono del lugar; un tifón que arruinó el lugar, la quiebra de la compañía constructora e incluso historias de muertes de obreros con sus respectivos espíritus atormentando al resto de trabajadores hasta obligarlos a abandonar el trabajo por miedo.
A pesar del desconocimiento de la verdadera razón de abandono del lugar, San Zhi es un gran ejemplo de cómo serían las ciudades del futuro abandonadas. Un lugar diferente, colorido y tan muerto como cualquier pueblo fantasma. Debido a la superstición de los pobladores cercanos, el lugar no se derriba por temor a que los fantasmas pasen a habitar los hogares de los obreros que lleguen a destruir San Zhi.
Gramalote, el terreno imposible
Está ubicado en el departamento de Norte de Santander, en Colombia. Gramalote fue fundado en dos ocasiones; la primera el 27 de noviembre de 1857, y la segunda en 1883 a menos de un kilómetro hacia el sur de la primera fundación. Hasta el 2010 tenía 5.928 habitantes, pero un fuerte movimiento telúrico, sumado a la ola invernal de finales de ese mismo año, hizo que la población abandonara el sitio.
El terreno de Gramalote siempre presentó problemas, pues no es apto para la construcción de viviendas. Sin embargo, se han hecho varios intentos de establecer población allí. Actualmente se encuentra en ruinas y prácticamente abandonado. El 6 de abril de 2012 se creó la Mesa de Trabajo para la Reconstrucción de Gramalote e iniciar, nuevamente, el asentamiento de la comunidad en 2014 pero kilómetros más allá de la segunda fundación.
El viejo Belchite, “el bello lugar"
Belchite fue un pueblo próspero a principios del siglo XX en la provincia de Zaragoza, en España. Entre sus muros de estilo mudéjar llegaron a contabilizarse dos conventos y varias iglesias, símbolo de la buena economía de la comarca. Los primeros pobladores datan de la época romana, aunque muchos pueblos primitivos ocuparon esas tierras con anterioridad.
Sin embargo, Belchite fue escenario de una de las batallas más simbólicas de la Guerra Civil Española, la Batalla de Belchite. Como consecuencia de los enfrentamientos el pueblo fue destruido. Nunca lo reconstruyeron, pues el régimen de Francisco Franco decidió crear un pueblo nuevo al lado (hoy conocido como Belchite nuevo), dejando intactas las ruinas del anterior como recuerdo y símbolo perenne de “la Barbarie Roja”.
Ochate, el pueblo enfermo
Está en el condado de Treviño (Burgos, España) a 14 kilómetros de Vitoria. A esta ciudad la arrasaron tres epidemias: En 1860 se extendió la viruela, de la que apenas sobrevivieron una decena de personas; en 1864 se extendió el tifus, matando casi a la totalidad de sus habitantes, y en 1870 se extendió el cólera, que acabó para siempre con la gente del pueblo. Lo extraño de este caso es que las epidemias atacaron solo a Ochate y no a los otros pueblos a sus alrededores.
Oradour-sur-Glane, el lugar de la matanza masiva
La Matanza de Oradour-sur-Glane fue el resultado del ataque de la Tercera Compañía del 1er Batallón del Regimiento Der Führer, de la División SS Das Reich de las Waffen-SS del III Reich, en contra de los civiles de Oradour-sur-Glane el 10 de junio de 1944, mientras se desarrollaba la Batalla de Normandía en la Segunda Guerra Mundial. Ese día fueron asesinadas 642 personas; 190 hombres fusilados, 245 mujeres y 207 niños ametrallados y quemados en la iglesia.
Las personas vieron la destrucción de la mayor parte de sus edificios e infraestructuras tras un gran incendio, dejando la población en ruinas. Los pocos sobrevivientes escaparon y se escondieron en la Abadía de Munch, donde los monjes ayudaron a un grupo de madres y sus hijos, así como a 6 judíos, a escapar por un desagüe oculto (en total oscuridad) de casi 800 metros.
El testimonio de los escasos sobrevivientes permitió una reconstrucción de los hechos, pero la muerte de la mayor parte de los soldados y oficiales que participaron en la matanza ha alimentado diferentes teorías del porqué fue elegida la población de Oradour-sur-Glane, o de las motivaciones de los atacantes. La más creíble es el homicidio de un Capitán SS, el cual fue asesinado en su vehículo por los Partisanos con una granada.
Como haya sido, Oradour fue escenario de las particulares prácticas de terror y violencia aplicadas por los nazis en la política de Guerra Total, experimentadas desde 1941, con el fin de intimidar a la oposición de la población civil y la acción de los partisanos y guerrilleros, agrupados en Francia bajo la llamada Resistencia. Al final de la guerra las ruinas de la población fueron mantenidas en su estado por orden del gobierno francés de Charles de Gaulle, como recuerdo del crimen y símbolo de los sufrimientos causados por la ocupación nazi.
La isla-ciudad de Hashima (Gunkanjima)
Solitarios y bellos templos, rodeados de jardines Zen, ocupan la isla de Hashima. Este islote hubiese sido uno de los más de 500 islotes deshabitados de Nagasaki, al sur de Japón, a no ser porque a comienzos del siglo XIX se encontró una gran veta de carbón en sus entrañas. En aquella época el carbón era un bien preciado y escaso en el país, por lo que se convirtió en un complejo industrial con ciudad incorporada.
Durante más de 70 años el trabajo fue incesante y la explotación minera fue comprada por la compañía Mitsubishi, en 1890. Un alto muro se construyó alrededor de toda la isla para protegerla de los tifones y las inclemencias del clima, y en el interior una enorme ciudad albergó a casi 6.000 trabajadores en 1959.
Pero en 1974 Mitsubishi cerró la mina debido a que el negocio no le generaba rentabilidad, la gente tuvo que migrar y desde entonces la isla está completamente deshabitada.
Plymouth, el paraíso abandonado
Plymouth era la capital de una pequeña isla caribeña llamada Montserrat, dependiente del Reino Unido y ubicada al sureste de Puerto Rico. La isla fue descubierta por Cristóbal Colón, quien le dio el nombre de la montaña de Montserrat, cerca de Barcelona, en 1493.
La isla permaneció deshabitada hasta 1632, cuando se establecieron los primeros colonos británicos. En varias ocasiones Francia intentó arrebatar, sin éxito, la isla a los ingleses. Su población mulata, descendiente de irlandeses y africanos dedicados a la pesca y al turismo, vivía tranquila y aislada.
Sin embargo, la isla encerraba un gran peligro de 914 metros de altitud: el volcán Soufriere Hills, que todos creían dormido e hizo erupción, sin previo aviso, el 18 de julio de 1995. Todos los habitantes de Plymouth, y de los poblados cercanos, tuvieron que huir hacia el norte de la isla. En un par de días los 13 mil habitantes de Montserrat fueron evacuados. Desde esa fecha el volcán continúa arrojando lava y ceniza esporádicamente, siendo el más activo del Caribe. La zona sur, casi en su totalidad, está catalogada como zona de exclusión y está totalmente prohibido el paso al personal no autorizado. Aún pueden verse rastros de lo que alguna vez fue un paraíso tropical.
Marmellar, la comarca desgraciada
Tras las montañas de Montserrat, en la comarca del Baix Penedès (Tarragona), y dentro del municipio de Montmell, existe el pueblo abandonado de Marmellar, que debe su nombre a un riachuelo que pasa por allí.
Los primeros datos que se tienen sobre este lugar datan del año 1023 y hacen referencia a su Castillo e Iglesia. La comunidad de Sant Ruf estableció un convento.
La iglesia de Santa María de Marmellar data de 1149, año en el que comenzó a crecer el pequeño pueblo cerca al Castillo. En el siglo XIX la desamortización en toda la comarca de Montmell y la guerra hicieron la vida difícil. Los guerrilleros Carlistas hicieron de estos montes su hogar y lentamente el pueblo se fue deshabitando, hasta que en los años setenta los últimos moradores partieron hacía poblaciones más prosperas. Desde entonces, el abandono hace mella en las construcciones.
A principios de los años noventa una joven, no se sabe muy bien si secuestrada o por voluntad propia, conoció a un grupo de jóvenes que la llevaron hasta Marmellar. En las ruinas de una casa fue violada, quemada viva y dejaron el cuerpo en el interior de un viejo cementerio. Un grupo de gente encontró el cuerpo días después y, según cuentan, la zona del asesinato se encontraba adornada con diversos símbolos satánicos. Desde entonces el sitio se considera maldito. El 14 de febrero de 1996 otra joven de la zona fue secuestrada en una gasolinera y asesinada en ese mismo lugar.
