Pasar tu vida adaptándote a los acontecimientos en lugar de provocarlos es una señal clara para que descubras que te faltó crecer de niño a adulto. Tranquilo. ¡Nunca es tarde! Todos los seres humanos somos igualmente influenciables y como tú, tenemos la misma capacidad de desaprender y resignificarnos.
Maestro, ¿cuál es la diferencia entre la farsa y la verdad? El Maestro responde: las máscaras que usas, son las que convierten la verdad en una farsa. ¿Sientes que el peso de tu consciencia te abruma? Para, haz un alto en el camino, respira tranquilamente y descansa. Muchas veces lo que nos agota, es la fatiga al intentar ser perfectos. Una de las cosas que más desgasta el equilibrio emocional, es querer tener siempre la razón, ser inflexible ante las creencias y el afán desmedido de conocimiento.
La vida es de ciclos: frío y calor, arriba y abajo, desapegarnos, comenzar de nuevo... A veces rendirse es ganar libertad, pues habitamos en dos mundos paralelos: somos sombra y luz. La misión es saber quién quieres ser.
¿Qué prefieres? ¿El dolor de la verdad o el desgaste y el sufrimiento emocional de ocultarla? Descúbrelo con determinación. El auténtico desarrollo personal comienza con el optimismo, que se alimenta de la confianza y el valor, provenientes de un despertar espiritual.
Si actúas sin pensar y además piensas sin actuar, no te extrañes de que vida esté siempre llena de dificultades. ¿Cómo puedes esperar que Dios te ayude a mejorar tu vida, si te aferras a tus problemas con obstinación, inmadurez y orgullo?
Para lograr el poder de superarte, sanarte y tener éxito en la vida, evita el autoencubrimiento, reconoce tus defectos y las estrategias de supervivencia, a través de comportamientos deshonestos y conductas equivocadas.
Al exponer tus ideas no debes descalificar, juzgar o insultar a tus opositores. Escucha con calma tu interior y logra acuerdos con el otro. La cortesía y la amabilidad logran más victorias, sin necesidad de muchas guerras.
Textos de mi libro Reflexiones para un Nuevo camino capítulo 5 “Enfoque”
La mente define los pensamientos, los pensamientos definen la actitud, la actitud define las acciones, y las acciones producen resultados. Para descubrir dónde está tu fuerza debes preguntarte primero cuál es tu debilidad. Compartir tus problemas con personas sabiamente maduras y humildes, no sólo eleva tu autoestima, también mejora tu capacidad para lograr el éxito en las metas y objetivos que te propongas.
Existen dos clases de personas: aquellas a quienes los problemas de la vida los fortalecen y quienes se debilitan al no poder solucionarlos. ¿Quieres superarte? Cuida el cuerpo y las emociones, ten pensamientos claros, palabras amables, acciones amorosas y esfuerzo constante.
Al apartar un tiempo importante para ti mismo puedes llegar a descubrir la naturaleza de tu esencia y ser más libre. El amor incondicional te lo debes dar tú mismo. La vergüenza y la culpa obsesivas son desequilibrios que impiden el sano juicio.
Hay dos maneras de ser rico: una es tener todo lo que quieras y la otra es estar satisfecho con todo lo que tienes. ¿Cuál eliges tú?
¿Quieres mejorar tu propio estado de ánimo? Entonces ten palabras de sinceridad y firmeza para dirigirte a los demás. De esta forma, aprenderás el valor de una mente equilibrada. El dominio de sí, nos ayuda a crear límites saludables para optimizar las relaciones interpersonales.
Ten en cuenta este testimonio: “En mí más profunda crisis entendí que solo no podía salir de la confusión. Al ver cerrados todos mis caminos, de rodillas y llorando como un niño imploré por ayuda al Universo. Escuché una voz que amorosamente me susurró al oído: No tengas miedo. Desde entonces, recuperé mi sano juicio y los milagros empezaron a suceder”.
Cálmate, tranquilízate y regresa a tu armonía interior, pues los problemas van pasando, si los dejas pasar. En la superficie del mar siempre habrá olas que pueden ser peligrosas, pero dentro de ese océano, reina la quietud y la calma. Cuando aparezcan las pruebas, desafíos y vicisitudes de la vida, recuerda que tienes un centro propio donde existe una conexión con el amor de Dios.
