¿Qué canta en la ducha Camila Zuluaga?

Mié, 29/07/2015 - 14:13
-¿Se siente realizada, completamente feliz?

Le digo la verdad: soy completamente feliz. No digo mentiras. Me he sentido feliz a todas las edades, y creo que uno debe sentirse
-¿Se siente realizada, completamente feliz? Le digo la verdad: soy completamente feliz. No digo mentiras. Me he sentido feliz a todas las edades, y creo que uno debe sentirse feliz con lo poco o mucho que tenga. Lea también: Alexandra Montoya, La dama de las mil voces que conquistó la radio en Colombia Camila Zuluaga sonríe con cada pregunta. Bromea si le es posible. Sus ojos verdes claros brillan. Su voz es un poco más suave que la que utiliza frente al micrófono. Lea también- Daniel Trespalacios: “Quiero entrevistar al Diablo” Tiene apenas 30 años de edad y una llamarada la rodea, a todas luces visible. Carisma, actitud y carácter. Es la voz femenina más escuchada todas las mañanas en la radio colombiana y su trabajo es recordado por las tantas veces que ha puesto contra la pared a los poderosos del país, que se sorprenden al verse en aprietos por la joven. Eso sí, le molesta que le digan “peliona”; lo considera un menosprecio, de alguna forma, machista “Soy fuerte que es distinto. Se piensa que las mujeres -cuando son fuertes- son pelionas o histéricas, pero el hombre sí es un ‘berraco’. No es así”. Ha sido fuerte desde niña. No tuvo timidez para representar a su colegio en cuanto evento público pudiera. También era vocera de sus compañeras en confrontaciones ante docentes, directivos o las niñas de cursos superiores. Lea también: Héctor Contreras: El hombre que volvió paranormal la radio “No era la ñoña, ni la más bonita ni nerda. Pero tampoco fui terrible ni desjuiciada”, cuenta antes de confesar que, por ese entonces, había decido estudiar medicina. “Me encapriché con estudiarlo porque lo sentí como un reto. Todos me decían que estudiara periodismo, pero sentía que pensaban que no era capaz de estudiar medicina”. A fin de cuentas no resultó ni estudiando periodismo ni medicina. Su propia mamá le aconsejo optar por algo que no fuera comunicación, y después especializarse en dicho oficio. Se presentó en Los Andes y comenzó en estudios dirigidos, donde se ven cursos de varias facultades, para luego decidir una carrera. Terminó estudiando economía, pero al final obtuvo un título de politóloga. “Empecé economía y lo trabajé doble titulado con ciencia política. Pero con el tiempo, que empecé a trabajar, solo terminé política y no economía. De hecho no me interesa terminarla”, confiesa. En cambio preferiría aprender derecho. No sabe si el tiempo alcance, pero lo considera una urgencia profesional. “Como este es el país de los abogados, cuando uno no se sabe el lenguaje de ellos, le tratan de dar tres vueltas y dicen que uno no sabe, y entonces que no hable”. Famosa desde pequeña Insiste que fue un azar, y no un sueño, el haber llegado la televisión a actuar en 'Padres e Hijos' como Andrea Cortés. Tenía 11 o 12 años de edad, la llevaron a un casting y encajó en el papel que buscaban. Estuvo dos años. “Yo pasé muy bien en Padres e Hijos; quiero mucho al programa, aprendí muchas cosas, como a trabajar desde muy chiquita. No fue una época fácil; entré a trabajar cuando empezaba mi adolescencia y es una etapa dura para una mujer. Estaba trabajando y estudiando. Desde esa edad no tenía un minuto libre, incluso hasta ahora. Mis amigas todas estaban en lo que está una niña a los 12-13 años. La gente, desde esa época molestaba con: ‘qué oso Padres e Hijos… qué fatal’. No siempre fueron hirientes, pero era una mamera el que te referenciaran solo por eso”. -¿Le hicieron bullying? Nunca me hicieron bullying, o si lo hicieron no lo sentí. Nunca me deprimí, para nada. -¿Fue 'Padres e Hijos' una palanca para su futuro profesional? No, para nada. Por una razón: todo lo que hago hoy no se relaciona con 'Padres e Hijos'. De hecho a veces haber estado en 'Padres e Hijos' es como un estigma. -¿Por qué estigma? Después de ahí trabajé en MTV, en Canal 13, en 40 principales, en La W. Pero tras 15 años de haber estado en 'Padres e Hijos', la gente sigue hablando del tema. Yo digo entonces que el programa marcó una generación de manera fundamental. Pero que haber estado en 'Padres e Hijos' me haya ayudado para estar en los otros trabajos, jamás. En efecto, Camila saltó de la televisión a la radio, y una crisis en Los 40 Principales le abrió las puertas para sentarse en la mesa de Julio Sánchez Cristo. Estaba terminando la universidad y la presión del estudio le dificultaba su trabajo en 40 Principales y MTV. “Un día llegué a mi casa a llorar del cansancio. Mi mamá, al verme así, me dijo que renunciara”. Camila no quería perder sus dos oportunidades de trabajo y pidió en la emisora que le permitieran pregrabar la última hora de un programa musical mientras salía de clases. “Me dijeron que no. Entonces tuve que salir porque me estaba reventando”. Camila-Zuluaga-2 "Tras 15 años de haber estado en 'Padres e Hijos', la gente sigue hablando del tema. Entonces el programa marcó una generación de manera fundamental", dice. Por entonces Andrés Nieto era el director de La W y sabía de Camila. En alguna oportunidad se habían coincidido y ella le confesó que su ideal era, algún día, trabajar con Julio Sánchez Cristo. Justo se abrió una plaza en el noticiero W del fin de semana. “Andrés Nieto le dijo a Julio que había una niña en 40 Principales que estudiaba Ciencia Política y que valdría la pena probarla para el fin de semana. A Julio le interesó y me mandó llamar. Un miércoles en la mañana fue la prueba; me senté en la mesa en la que me siento hoy y hubo clic al aire con ellos. Al acabar el programa Julio me pidió quedarme. Empecé los fines de semana”. Camila, también contra la pared Camila empezó en La W con 22 años. Mientras tanto seguía trabajando en MTV. Allí le surgió una propuesta para trabajar con dicho medio en México. Faltaba un mes para que se fuera. Estaba haciendo el papeleo cuando Rodrigo Lara, quien entonces hacía parte de la mesa principal de La W entre semana, renunció. “Te propongo que estés conmigo en la mañana”, le ofertó Julio entonces. “Le dije sobre la propuesta de MTV y mi falta de experiencia. Me dijo que lo pensara y que yo ahí iba aprendiendo poco a poco. Lo pensé y me quedé en La W”. Con los años fue adquiriendo el estilo fuerte y trataba de no defraudar la confianza de su jefe al asignarla a la mesa principal de la emisora. “Cuando entré a la mesa de La W decidí que no iba a hablar de sexo, porque muchas mujeres en radio optan por la fácil que es eso. Quería ser la mujer de la mesa con la que se identifiquen las mujeres del común; que respecto a lo que yo hablara, sintieran que eso le sucedía. Y además dije que quería mostrar a las jóvenes en esta carrera que hay otras alternativas y no solo presentar farándula como en mi época, porque hoy ya cambió y lo ‘play’ es presentar deportes”, confesó. El momento clave de su carrera fue cuando la Corte Constitucional tumbó la segunda reelección de Álvaro Uribe, en febrero de 2010. “Yo tuve la chiva de la noticia. Supimos media hora antes que el resto del país. Ese día Julio me dijo: ya creciste, y volaste”. -¿Y luego la pelea al aire con Uribe, que la mostró como el ‘gallo’ de pelea en La W? Eso marcó en dos. Fui la primera que le dijo de frente: ¿entonces todo fue a sus espaldas? Y él me dijo: “niñita”. -¿Eso dolió? No, en medio de todo yo sí era muy joven. No lo tomé como ofensa, y uno no se debe tomar nada personal. Tal vez los entrevistados sí se lo toman personal, entonces creen que todo lo que uno dice es porque se les tiene entre ojos. Camila Zuluaga-El Espectador -¿Y ese episodio le dio valentía para seguir enfrentando los invitados? Si se fija, hace mucho no peleo. Lo que pasa es que la gente tiene esa pelea con Uribe en el disco duro… -Pero le ha bajado de manera intencional… Sí, es consiente. No todas las peleas se deben dar. Un amigo me escribía: no pelees más. Mi novio me decía: cálmate. A veces trato y no puedo, pero conscientemente trato de bajarle porque siento que muchas veces no vale la pena. Hace poco tuve un episodio con Clara López. No le dije nada y ella empezó a decir que yo la atacaba. No entiendo qué le pasó. La gente decía que yo era una grosera pero yo no le dije nada. Pero como decía mi mamá: crea fama y acuéstate a dormir. -¿Un personaje detestable que haya entrevistado? Uribe es difícil, porque no responde. Pero no es detestable. No considero que nadie sea detestable. En medio de todo soy ‘peace and love’. -¿Qué siente cuando en una entrevista que le hacen a usted la ponen contra la pared? Tal vez alguien alguna vez se metió con mi vida personal. Y cuando lo del ‘Bolillo’ Gómez, que fue otro zafarrancho, alguien empezó a hablar de mi vida privada. Eso me descoloca. -¿Qué más le saca la piedra? La falsedad, hipocresía y deslealtad. -Y cuando al aire alguien le saca la piedra, ¿es de las que le dice a ese personaje ‘hp’ con micrófono cerrado? Claro, mil veces. A veces lo digo duro cuando está el micrófono cerrado. Y uno grita: “¡¡Qué tal este H…!!” -Una embarrada al aire… Seguramente la embarro seguido. Pero me acuerdo que en 40 Principales dejé el micrófono abierto después de mandar una canción, y empecé a hablar por teléfono como si nada. Alguien por Messenger me dijo: ‘la estamos escuchando’. Eché un madrazo y todavía con el micrófono abierto. Incluso decía duro: ‘¡me van a matar!’, y no caía en cuenta de cerrarlo. Tenía como 20 años. -¿Cómo reacciona cuando, con frecuencia, un oyente le manda piropos durante la línea abierta? Agradezco mucho. Así como algunos me aprecian, hay muchos que no. La gente hace más fácil una crítica que una felicitación. Siempre me sonrojo. -¿Le han mandado un piropo guache? No guaches, pero sí bonitos. Una vez entré a un supermercado a comprar unas medias, y un señor viejito me dice: “cayeron los angelitos del cielo”. Me lo dijo con tanta sinceridad que le dije: gracias por ese piropo. No fue viejo verde ni guache. -¿La miran mucho en la calle? La radio da la facilidad de que no. Pero ahora con los noticieros sí. Siempre el anonimato es mejor que el no anonimato. Camila-Zuluaga-1-¿Estado del corazón? Feliz, enamorado y tranquilo. -¿Pronto un nuevo matrimonio? No sé. Sí me voy a casar. ¿Cuándo?, no sé. Toca preguntarle a Reinhard (Dienes) cuándo me da el anillo. Llevamos cuatro años. Ya toca. -¿Pero hay afanes? No importa. Molesto a Reinhard y él se ríe. Pero ya vivimos juntos. Y como yo ya me casé, entonces no me trasnocha casarme otra vez. Fue un papel que ya chulié. -¿Plan de hijos? Sí. Me gustarían dos niñas, o al menos una niña. Sería mi gran amiga. -¿Un congresista sexy? Es la pregunta más difícil. Juan Carlos Lozada no es sexy pero tiene algo. Hace yoga y yo también. Tiene un cuento con el que me identifico y una forma de vida que comparto. Pero a mis ojos, en el Congreso no hay nadie churro. -¿Pendiente revancha con Uribe? No. Tenemos la relación más amable. No meto nada personal y él tampoco; el está curtido en batallas y sabe diferenciar. A veces él mismo me manda correos con informaciones o si le pregunto algo me responde. Es muy cordial. -Un personaje que desee entrevistar mucho Fidel Castro. Aunque parece casi imposible . -¿A qué le tiene miedo? La deslealtad. Le tenía mucho miedo a que me traicionaran. Y ya me han traicionado, así que aprendí. Aunque dolerá si vuelve a pasar. -¿Una ambición a corto plazo? Escribir un libro. Tengo un editor que ya me ha dicho que lo haga, pero estoy afinando las ideas. -¿Qué piensa cuando le dicen que usted es el reemplazo de Julio Sánchez Cristo? Faltan mil años. -¿Lo primero que mira en un hombre? Las manos. -¿Su lado cursi? Soy súper cursi. Le hablo como bebé a mi novio. No soy intensa, pero cuando uno está enamorado es muy cursi. Entonces soy muy detallista, de llevar chocolates y todo eso. -¿Cómo le dice a su novio de cariño? Mamosho. Él me dice Mamosha. -Si alguna de las grandes firmas hiciera una encuesta de su imagen ¿ganaría la imagen favorable o la desfavorable? Es más imagen favorable que desfavorable. No sé qué porcentaje, pero sé que es más la favorable. -La película que, cada que la ve, la hace llorar Me fascinan las comedias románticas. Y me las repito mucho. 'Love actually', y 'The Notebook'. -Un libro que le saque suspiros, que incluso valga la pena leer varias veces… 'La mujer rota' de Simone de Beauvoir. Lo leí a los 17 años y me lo dio mi mamá, durante el colegio, para formar y despertar conciencia como mujer y la independencia que no hemos logrado, que es la emocional. -¿Una comida que prepare para enamorar más a su novio? Arepas, y me encantan. Todos los días comemos arepas: paisas, aprendí a hacer las venezolanas y estamos en ese ‘boom’. Son rellenas y se deben preparar de forma especial para poderlas inflar y abrir. -¿Un matapasiones? Que sea creído y que se jure lo máximo. Y que sea tacaño. - El plan perfecto… Un viernes irme a casa, tomarme una cerveza con mi novio, comer unos nachos y vernos una serie. -¿Cuál serie recomienda? 'Scandal'. Las series son un escape. Recomiendo también 'House of Cards', 'The Good Wife'. También me gustó, pero no tuvo mucho éxito, 'Marco Polo'; trató de ser 'Game of Thrones', pero es que 'Game of Thrones' es una cosa impresionante. -¿Canta en la ducha? No canto en la ducha porque oigo noticias. Lo primero que hago al despertar es prender radio y tengo una también en la ducha. No me desconecto nunca. Pero las cuñas sí las canto. A veces hasta las bailo, como la de Sempertex: “Colores brillantes, destellos de ensueños, disfruta la vida con Sempertex…” -¿Con qué música tiene más ‘tumbao’? No soy la más bailarina pero me encanta bailar salsa. Me gusta bailar reguetón, soy de la generación del reguetón. Camila-Zuluaga-3 "Modesta no soy, pero tampoco creída", asegura. -¿Es rencorosa? No -¿Es creída? Mmm No. -¿Por qué duda? Nietzsche decía que la humildad y modestia eran para los mediocres. Modesta no soy, pero tampoco creída. -¿Es vanidosa? Como todas las mujeres. Pero no vivo frente al espejo. -¿Obsesión? Sobre todo de salud, alimentación, qué comer y qué no. No sé si obsesiva, pero sí pendiente del tema de la alimentación. No me tomo una gaseosa jamás, ni una fritanga porque soy vegetariana. Lo primero que uno tiene que cuidar es el cuerpo y por eso hago ejercicio. Más que por ser flaca, alta, bonita, es porque creo que el ejercicio es fundamental para la salud y uno debe tener un cuerpo sano. -¿Hubo algún regaño en su carrera peor que el de Julio al aire hace un año? Ese ha sido el más duro. Pero más que porque fuera el peor, es que me sorprendió mucho. Nunca me imaginé que fuera a pasar. Fue un incidente que él reconoció y lo hablamos, y ya se pasó la página. Le dije internamente que entendía que en la época de elecciones había muchas confrontaciones, pero que había límites en el tono. -Fue como un reclamo… Sí pero de la mejor manera. Le dije: yo acepto todo, pero esto pues ya no. Y él reconoció que no era el tono. -¿Le incomoda que Alberto Casas la contradiga con frecuencia al aire? Eso me dice mucha gente, que Camila dice “A” y Alberto dice “B”, pero yo creo que es parte de la dinámica del programa. No me molesta, y de hecho no lo veo como nada malo. A Alberto yo lo adoro y es un señorazo. -¿Es de las ‘juventudes conservadoras’ como le dicen sus compañeros de cabina? Sí, porque aunque soy abierta y liberal en muchas cosas, en el tema personal -y siempre lo he dicho- soy muy conservadora. Me dicen mojigata, pero no lo soy. Simplemente en ciertas cosas soy conservadora y creo que muchos de los problemas que tenemos hoy como sociedad se basan en eso: que la gente en occidente ya cree que puede hacer lo que se le dé la gana, porque como no le hace daño a nadie. Pero eso va generando una degradación y falta de conciencia. Y me molestan con el tema de las juventudes conservadoras y me río y digo: en ese tema milito en la facción más extremista. -¿Le suena la política electoral? No creo. Cuando estudié ciencia política dije: o voy a ser periodista o trabajaría en el sector público. Pero una cosa es la política electoral y no me metería en esa política. -¿Por quién va a votar para la alcaldía de Bogotá? No sé, no tengo idea. -¿No le suena ningún nombre de los postulados? No es que no me gusten las opciones, sino que, como muchos bogotanos, pienso que no nos podemos volver a equivocar. -¿Qué tiene de herencia paisa? Mi papá es caldense, de Aguadas, pero soy rola 100%. La costumbre son las arepas y fríjoles. -¿Puede ser un poco más feliz de lo que es ahora? La felicidad es un estado constante, tranquilo. Y es un problema de nuestras generaciones el estar constantemente pensando en que podemos estar mejor. ¿por qué no podemos agradecer lo que tenemos? Así yo estoy feliz. Twitter: @David_Baracaldo
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