El año que terminó.

Dom, 30/12/2012 - 21:18
Una vez más estoy a punto de celebrar la finalización de un año lleno de éxito y el comienzo de uno mejor, una vez más me siento orgulloso de lo que mi país logró, una reforma a la justicia que
Una vez más estoy a punto de celebrar la finalización de un año lleno de éxito y el comienzo de uno mejor, una vez más me siento orgulloso de lo que mi país logró, una reforma a la justicia que se cayó, una pésima reforma tributaria que pasó, un salario mínimo que nos jodió y un congreso que nos robó. Para nadie es un secreto que estamos festejando la finalización de uno de los años más movidos que tuvo el mundo, si bien, en el 2012 este no se acabo (para lástima de muchos y fortuna de pocos), éste sí estuvo a punto de desbordar la conocida tranquilidad que veníamos observando en años anteriores. Para empezar, a comienzos de este año cuando por fin veíamos que el congreso estaba “trabajando”, nos dimos cuenta de los goles que nos querían meter con una reforma a la justicia que de justa no tenía nada. Posteriormente a esto y como si fuera producto de la justicia divina, presidente y vicepresidente se enfermaron y de lo mismo, sin embargo, yo creo que fue una simple coincidencia, porque si no fuera así también hubiera tenido que pensar que la enfermedad del alcalde Petro fue una cuenta de cobro del más allá por su improvisada administración en la alcaldía de Bogotá. Calmados los ánimos en la política y con la espina lastimando el orgullo del gobierno por la reforma que no pasó, se apareció de manera muy lenta y sin mucho follón, la reforma tributaria. Frente a esto debo ser sincero, al igual que la mayoría de críticos de esta reforma, yo no soy economista, ni contador, ni abogado tributarista, mi información de la misma se remite a lo que dijo Julito en la w, es decir no sé nada, pero sí le sigo la corriente a la critica que han hecho los expertos sobre la misma pienso que nos jodimos, y como yo, al igual que Antonio Caballero, no puedo creer en lo que no veo, me cuesta también pensar que con esta reforma si se van a producir nuevos empleos. Al mismo tiempo se tramitó en el congreso el fuero militar que deja en el limbo la seguridad de los colombianos y que abre las puertas para que abusos y crímenes por parte de las fuerzas militares queden en la impunidad. Después, llegó con gran fuerza la noticia de que nos quitaron parte del mar de San Andres, por lo que ahí mismo, muchos como yo empezamos a querer a San Andrés y a llorar por las aguas que nos quitaron y que nunca valoramos. Finalizando y para rematar nuestro gran año, el gran presidente con el que contamos, mediante distintos comunicados nos dice: –compatriotas este ha sido un año muy prospero para Colombia, por lo que les voy a subir el salario mínimo en 22.779 pesos, sólo espero que me lo agradezcan en una próxima elección–, lo que por simple lógica política sucederá nuevamente, es algo así como que no analizamos nada de lo que nos piden, simplemente lo damos, como lo ha dado durante muchos años el senador Gerlein cada vez que le piden su anhelado sexo excremental. Y este fue un breve resumen del año que hoy termina, espero haber logrado demostrar que hay mucho porque festejar, sólo me queda desearles un mejor año venidero, una mejor conciencia política, una buena estrategia para sobrevivir con el salario mínimo y mucha suerte para que no se vean afectados con la reforma tributario. Feliz Año. Twitter:@davidleogo
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