La senadora Astrid Sánchez y otros HPs

Mar, 30/10/2012 - 00:31
Se sorprende fingida la opinión pública porque llega al Senado Astrid Sánchez Montes de Occa, miembro de una familia relacionada con paramilitares y el saqueo continuo –por décadas-

Se sorprende fingida la opinión pública porque llega al Senado Astrid Sánchez Montes de Occa, miembro de una familia relacionada con paramilitares y el saqueo continuo –por décadas- al departamento del Chocó. Ponen el grito en el cielo porque sea militante del mayoritario partido de la U, el mismo del Presidentes Santos y el expresidente Uribe.

No es el único caso. Los hay iguales y peores. Lo consigné hace casi dos años en un libro que publicó Ediciones B sobre el nuevo senado colombiano. Presenté la hoja de vida de los nuevos HPs (Honorables Parlamentarios) y casi la mitad tienen –ellos y sus familias- un pasado deshonroso.

Sintetizo la historia de unos pocos, para no aburrirlos. Y antes, dejo constancia que anticipé, en su momento, la inminente caída de Javier Cáceres y Dilian Francisca Toro, “por sus antecedentes”, como en efecto ocurrió. Hoy están privados de la libertad.

Mauricio Aguilar Hurtado (Partido PIN, 51.111 votos)

Un malhadado día se unieron la astucia política de Luis Alberto Gil y el arrojo policial del coronel retirado Hugo Heliodoro Aguilar Naranjo, el oficial que dio muerte al narcotraficante Pablo Escobar el 2 de diciembre de 1993, y esa combinación se tomó el departamento de Santander, que antes se habían tomado los guerrilleros.

Gil, como senador —ahora en la cárcel por parapolítica—, y Aguilar, como gobernador, con diez investigaciones por peculado, abusó de la función pública y apoyo a las autodefensas, entre otros cargos (también en la cárcel), “pacificaron” el departamento y al parecer —es lo que indagan las autoridades— también lo saquearon.

Ese matrimonio diabólico produjo otro engendro: la curul del nuevo senador Nerthink Mauricio Aguilar Hurtado (hoy 37 años), hijo del policía ascendido a coronel efectivo en junio de 2006 por el presidente Uribe.

Héctor Julio Alfonso López (Partido PIN, 78.549 votos)

Los votos obtenidos por el hijo de la legendaria Enilse López Romero, alias “La Gata”, corresponden a lo que el prestigioso académico Rodrigo Lozada, investigador de la Universidad Javeriana, tilda como la mafia-política, que no se alimenta solo de narcotráfico, sino también del chance y otros juegos de azar.

“La gente no se cuestiona si tiene proyecto político alguno y claramente los elegidos van al Congreso a defender los intereses de sus negocios”, dice Lozada.

Otros analistas, sobre el caso concreto de Héctor Julio Alfonso, señalan que la gente no puede mencionar una sola de sus promesas, pues en la campaña electoral se limitó a la propaganda, fiestas y regalos. Ríos de dinero se habrían entregado a los electores para garantizar su triunfo.

Este “gatico”, como le dicen, por tener la madre que tiene, “la esperanza del pueblo”, como rezaba el eslogan de su campaña publicitaria, no se ha esforzado en la vida para llegar a donde ha querido. Al fin y al cabo cuenta con las arcas llenas de su familia y un negocio multimillonario, autorizado por el Estado.

Sin embargo, no todo es tan “legal”. La señora del remoquete felino paga hoy casa por cárcel, acusada de lavado de activos y concierto para delinquir, y supuestamente está relacionada con paramilitares de Sucre y Bolívar.

Para nadie es un secreto que la señora López Romero patrocinó a muchos políticos costeños, empezando por Javier Cáceres, ex presidente del Senado. También que le regaló 100 millones de pesos al expresidente Uribe para su primera campaña. Pero un día se cansó de promover a los demás y se impuso llevar a sus hijos —a cualquier costo y precio— a las más altas posiciones del Estado.

Carlos Emiro Barriga Peñaranda (Partido Conservador, 42.898 votos)

La curul del senador Barriga fue un auténtico “barrigazo” que ganó  por 172 votos al caldense Arturo Yepes Álzate, quien pretendió heredar la curul de su hermano Omar, pensionado, “viudo” de Víctor Renán Barco. Los dos conformaron por varias décadas el más exitoso matrimonio político.

Carlos Emiro Barriga es el último de los conservadores elegidos y el primero que pase del Congreso a la cárcel si se confirman las denuncias sobre vínculos suyos, y de sus hermanos, con los paramilitares de Norte de Santander.

La Corte Suprema adelanta las averiguaciones. El senador y sus hermanos Rafael, alias “Toyota”, y Pedro Luis, habrían estado muy cerca de las autodefensas ilegales y de grupos mafiosos, en particular, del narcotraficante Luis Pérez Mogollón, alias “El Pulpo”.

El alcalde de Bogotá Gustavo Petro reveló la existencia de archivos del DAS sobre una investigación que sindica al clan Barriga de haber manejado las finanzas del Bloque Catatumbo y el negocio de la contratación de obras civiles con la firma Retromáquinas.

El representante a la Cámara, Iván Cepeda Castro, declaró que los hermanos Barriga hicieron parte del proceso violento vivido en Cúcuta y Norte de Santander.

“Durante un lustro funcionaron centros de tortura y exterminio en fincas de la región, y se practicó el ocultamiento de los cadáveres de las víctimas en fosas comunes. Testigos sostienen que existen fosas con entre tres y cincuenta cadáveres en diez municipios del Departamento, como Villa del Rosario, Patíos, Puerto Santander, Tibú, El Tarra, Convención, Ocaña y Chinácota. Las fuentes aseveran que allí estarían enterrados los restos mortales de al menos 1.500 personas, y que muchos de los cadáveres de desaparecidos fueron arrojados a los ríos que atraviesan el Catatumbo”.

La Revista Cambio en su edición 704, indica el hallazgo de un cuartel de operaciones del comandante paramilitar Jorge Iván Laverde, conocido como “El Iguano”, que entre febrero del 2000 y mayo de 2004 operó en la finca La Isla, en el corregimiento Guaramito –entre Cúcuta y Puerto Santander-, y señala al senador Barriga Peñaranda y a sus hermanos Rafael y Pedro Luis como dueños del predio.

Entre tanto, el congresista Barriga ha sido presidente de la Comisión Segunda del Senado, la encargada de asuntos diplomáticos y militares. Miembro de la Comisión de la Verdad, conformada para clarificar los hechos conocidos como “Falsos positivos”. Y elegido varias veces “León del año” por su labor social en su departamento. Con tantos honores, bien se podría decir de él: barriga llena, corazón contento.

Este Barriga no parece ser el mismo del que hablan tan mal algunos defensores de derechos humanos. Sin embargo, la cédula, la cara, el caminado, el tipo de sangre y su trayectoria son idénticos.

Arleth Patricia Casado de López (Partido Liberal, 134.076 votos)

Hay quienes la comparan con Eva Perón; actriz y modelo, esposa del presidente argentino Juan Domingo Perón. Se trata, por supuesto, de una exageración de sus amigos cordobeses, muy dados a la desmesura y al realismo mágico.

La señora Casado está casada con Juan Manuel López Cabrales, que no es precisamente un Perón, sino un condenado por sus tratos con los paramilitares de Mancuso.

Arleth, la Evita del sombrero vueltiao, fue princesa nacional de la belleza en 1980, año en que se coronó reina Nini Johana Soto, musa mimada del ex presidente Betancur y de uno que otro jeque árabe arruinado, quien también intentó llegar al Senado, pero desistió después de dos fracasos.

López Cabrales fue condenado a seis años de cárcel por parapolítica, decisión de la Corte Suprema de Justicia que muchos personajes de la vida nacional consideraron excesiva e injusta.

Sin embargo, el nombramiento de Manuel Troncoso Álvarez como secretario del gobernador Libardo López, familiar de Juan Manuel, aplastaron los argumentos de la defensa. El funcionario es cuñado del jefe paramilitar Salvatore Mancuso y el cargo habría sido concedido como parte de un acuerdo político y militar.

Las familias López Gómez y López Cabrales han dominado y monopolizado la política regional por cincuenta años mal contados. Han tenido alcaldías, gobernación, representantes y senadores y las conexiones e influencias más fuertes en los altos niveles gubernamentales del país.

Caído en desgracia Juan Manuel López, que era el mayor elector liberal en los últimos cuatro comicios, la escogida para reemplazarlo fue su esposa, “la madrecita” de los votos, la abnegada y consagrada trabajadora social, el contacto directo con los electores.

Antonio José Correa Jiménez (Partido PIN, 55.898 votos)

En la política, especialmente en Colombia, todos los días ocurren milagros. Jorge Luis Alfonso López, muerto políticamente por decisión de la Procuraduría, reencarnó en Antonio José Correa, a quien impuso —con sus votos y su dinero— como nuevo senador de la República.

López es uno de los hijos de “la Gata”, la empresaria del chance y de juegos de índole más peligrosa.

El Ministerio Público destituyó a López y lo inhabilitó para ejercer cargos públicos por veinte años porque como alcalde de Magangué, Bolívar, no tuvo empacho en contratar con empresas de su madre. La Fiscalía lo investiga por presunto lavado de activos y por el supuesto desvío de millonarios recursos financieros del municipio.

También fue depuesto del cargo Orlando Sanguino Omaña, director del Hospital San Juan de Dios, “por comprometer recursos de la empresa social del Estado por más de 1.600 millones de pesos”.

Como en Colombia esos delitos y otros son “menores” para ejercer la política, López determinó reivindicar su nombre y el de su familia llevando al Congreso a un hombre de su confianza y bolsillo. Y para despejar cualquier duda, el predestinado es un antiguo colaborador suyo en la malhadada Alcaldía que no le dejaron terminar, “por envidia”, según él.

La decisión de echarse al hombro la candidatura de Correa tenía también el propósito de emular la pretensión política de su hermano, Héctor Julio, a la postre, elegido con una amplia votación. Disponer de una ficha en el Congreso —suya, de su autoría— fue un reto que le comentó a sus amigos el hoy periodista, “titulado” con la compra de un espacio de radio y otro en Internet.

Antonio José Correa, oriundo de Cereté, Córdoba, sin trayectoria política, quien se limitaba a sobrevivir con un sueldo de médico general —muy escaso para sostener cuatro hijos de dos matrimonios— goza hoy de las gabelas de congresista, sin que se conozcan los probables acuerdos que hayan podido realizar este par de socios.

Edinson Delgado Ruiz (Partido Liberal 36.169 votos)

Como buen economista, Delgado sabe más de dinero, sin tenerlo, que los millonarios capaces de producirlo. Por eso buscó a Roberto Ortíz Urueña, empresario del chance y experto en correr albures, como su compañero de formula. No es casualidad el nombre de su negocio: Apuestas Azar.

Ortíz fue elegido Representante a la Cámara y Delgado –en vilo hasta la víspera de la posesión- se convirtió en el último senador (17) del Partido Liberal.

En esa alianza, “don Roberto”, como le dicen en el Valle, no obstante sus 37 años, aportó dinero, popularidad y cariño entre los vendedores y compradores de su lotería, “Las Chonticas”, en referencia a mujeres muy pobres que la comercializaban. En medio de tanta penuria, algunos insidiosos le atribuyen dinero suficiente para bañarse todos los días en champaña, seguramente una exageración de las muchas que ha producido el paisa Gonzalo Aristizábal Alzate.

Ortíz Urueña es oriundo del Tolima, pero llegó muy joven a Cali, en busca de oportunidades. Cargó canasto en plazas de mercado y vendió hortalizas y verduras. También chance. De ahí surgieron su boyante empresa y privilegios como presidir la famosa Plaza de Toros Cañaveralejo, de Cali.

Cuando lo critican por la ignorancia taurina –supuestamente no diferencia un burro de un toro- se defiende con el argumento de que no lo eligieron como comentarista de la fiesta brava, sino como empresario capaz de producir utilidades.

Teresita García Romero (Partido PIN, 53.573 votos)

Se llama Teresita (es su nombre de pila) porque a sus padres les pareció áspero y helado Teresa, a secas. Y porque quisieron hacerle también un homenaje a Santa Teresa de Ávila, la monja fundadora de las Carmelitas Descalzas. Por más de una década “nos representó” como diplomática en Alemania (cónsul general en Frankfurt), mientras su hermano —el “Gordo”, Álvaro García Romero— promovía la muerte y el terror en este país.

Teresita, tierna y dulce, regresó a Colombia para liderar el movimiento Nueva Esperanza que pretende reivindicar el apellido familiar. La consigna de su campaña, en serio o en broma, proclamada por ella o por sus enemigos, parece extraída de una película de terror o de la mente de una bacterióloga: “Lo llevo en la sangre”.

El gobernador de Sucre, Jorge Barraza, eterno segundo en las listas de García Romero, elegido con su apoyo, se erigió como jefe de debate de —a la postre— la nueva congresista. Todo el peso de la burocracia regional, que es grande, fue puesto a su servicio.

Teresita prometió en pueblos y veredas (entre otros Ovejas, su pueblo natal, que no visitaba hace treinta años), “trabajar por la educación, las vías y el empleo”.

En el Partido Liberal no la recibieron. Tampoco en el Conservador. Estuvo en ADN pero, como es sabido, a ese partido le suspendieron la personería jurídica. Obviamente, aterrizó en el Partido de Integración Nacional, PIN, conformado por ex congresistas condenados por parapolítica, presos todos en la cárcel La Picota de Bogotá, “su centro de operaciones”.

Ella, tantos años por fuera de estas tierras tan violentas, considera “una injusticia” la sentencia a cuarenta años de cárcel a la que fue condenado el “Gordo” por financiar a grupos paramilitares y colaborar en sus crímenes.

Y fue más lejos: “Tenemos una justicia politizada, que ha querido que los senadores y representantes de la costa Atlántica sean detenidos. No lo podemos permitir”, dijo en la plaza pública en el municipio de San Benito Abad.

La decisión de la Corte Suprema de Justicia argumenta que García, su hermano, no solo conspiró para crear, entre 1996 y 1997, las bandas armadas que provocaron decenas de muertes y desplazamientos en Sucre, sino que las financió y colaboró para que realizaran algunas de sus acciones criminales. Fue autor intelectual de la masacre de Macayepo, donde quince campesinos fueron decapitados por paramilitares.

Según comprobó la justicia (resume La silla vacía), a mediados de los noventa, con el apoyo del “Gordo” García y el de otros dirigentes de su estructura política, se fundó el frente paramilitar de La Mojana y se reforzó el de Montes de María, que estuvieron bajo el mando de alias “Cadena” y alias “Diego Vecino”.

A manos de la estructura de poder que conformaron políticos, miembros de la Fuerza Pública y paramilitares murieron miles de personas, víctimas de asesinatos selectivos, masacres y desplazamiento forzado. Las víctimas de Sucre y el sur de Bolívar, donde operaban esos frentes ilegales, fueron abatidas por las propias instituciones que se suponía debían protegerlas.

A la par del despliegue paramilitar creció la estructura electoral de Álvaro García. En 1997 impuso, mediante fraude electoral, a Erik Morris como gobernador. De esa situación fue testigo la profesora Georgina Narváez y por ello García y alias “Cadena” la asesinaron.

Hemel Hurtado Angulo (Partido PIN, 59.051 votos)

Protegido y niño mimado del ex senador Juan Carlos Martínez, preso en la cárcel La Picota, (le dicen el “Papa Negro”), llamado a juicio por parapolítica y narcotráfico. Ambos de Buenaventura, viejos amigos, siempre en el mismo equipo.

Hemel Hurtado Angulo es, abiertamente, su heredero político. El propio Martínez había anunciado la postulación de su nombre en un acto político, para advertir que no aspiraba al Congreso, acosado ya por las investigaciones en su contra.

Hurtado fue senador en 1996, aprovechando “una palomita”. Y representante a la Cámara en las listas de Convergencia Democrática, tras la muerte del titular, Orlando Duque Quiroga.

Desde su curul afianzó su aspiración al Senado, que además de la de Martínez contó con el respaldo del gobernador del Valle, Juan Carlos Abadía. Hurtado era su “Secretario de desarrollo institucional”.

Con dos padrinos de semejante envergadura, su elección no solo era presumible, sino que muchos la daban por descontada. Jairo Hinestroza Sinisterra, familiar de Martínez, sacerdote de la Iglesia Católica hasta hace diez años y después concejal de Buenaventura le hizo pareja política en su aspiración. Los dos son ahora congresistas.

Resulta protuberante, entonces, que Hurtado (licenciado en Lenguas Modernas, profesor durante 16 años) haya recibido el endoso de los votos de Martínez y, claro es, igualmente, que acatará las instrucciones que le lleguen de La Picota.

Maritza Martínez Aristizábal (Partido de la U. 61.221 votos)

Esta señora tan dulce, tan bella y tan estudiada sólo tiene un problema: su marido, Luis Carlos Torres Rueda, quien no ha podido desvirtuar, en varios años, denuncias en su contra por connivencia con los paramilitares.

Elegido senador en 2006 renunció poco tiempo después a su curul para eludir a la Corte Suprema de Justicia y ponerse en manos de la Fiscalía. El delito que se le imputa: concierto para delinquir.

Daniel Rendón Herrera, alias “don Mario”, ratificó ante las autoridades que Torres y su suegra, Gladys Aristizábal (la madre de la nueva senadora), se reunieron con el extinto jefe paramilitar Miguel Arroyave, en la finca El Rollo. Le habrían entregado al capo 2 mil millones de pesos para que dejara tranquilo al gobernador Edilberto Castro Rincón, elegido con el apoyo del congresista de Cambio Radical.

“Don Mario”, cuya extradición fue negada por la Corte Suprema de Justicia, informó a la Fiscalía que realmente la cercanía de Torres era con las autodefensas de Martín Llanos, prófugo de la justicia, y según la Policía “autor de una larga cadena de crímenes”.

Entre tanto, Mauricio de Jesús Roldán Pérez, alias “Julián”, ex integrante del bloque Héroes de los Llanos y hermano de alias “Monoleche”, señalado de asesinar al máximo jefe de las Auc, Carlos Castaño, también rindió versión en el mismo sentido. Según “Julián”, Gladys Aristizábal se reunió primero con él y luego se concretó el supuesto encuentro con Miguel Arroyave y con “don Mario”, en la finca mencionada.

Al aire, en la emisora La W, Henry Beltrán Díaz, ex alcalde de Lejanías, dijo que Torres Rueda debería estar en la cárcel por haberse reunido con Arroyave días antes de que este, supuestamente, ordenara los asesinatos de Euser Rondón Vargas, ex alcalde de El Dorado, Carlos Javier Sabogal, ex gobernador del Meta y ex alcalde de Villavicencio, y la diputada Nubia Sánchez. Los cadáveres aparecieron en cercanías del parque Jaime Duque, en el norte de Bogotá.

El ex senador no ha sido responsabilizado de semejante crimen, pero sí el gobernador Castro Rincón, condenado a cuarenta años de cárcel como determinador de dichas muertes.

Por otras acusaciones Torres Rueda recibió una sanción drástica de la Procuraduría General de la Nación, que en abril de 2008 lo destituyó e inhabilitó por diez años. Hubo irregularidades contractuales en el ejercicio de su cargo de gobernador del Meta. “Fueron faltas graves a título de dolo”, dijo el ministerio Público.

Demostrando que no es hueso fácil de roer, Torres lanzó de lleno a su mujer a la política como candidata a la Gobernación del Meta. Se inscribió con firmas (180 mil) y perdió frente a Darío Vásquez, candidato de La U, pero obtuvo la no despreciable cifra de 120 mil votos. También le dejó a los llaneros una bonita frase de campaña: “Capacidad y corazón”.

Obviamente, no se detuvieron ni lloraron por mucho tiempo la derrota. Maritza Martínez Aristizábal fue elegida senadora. También sus dos candidatos -fórmula a la Cámara: Claudia Marcela Amaya, esposa del representante Jorge Carmelo Pérez, y Jaime Rodríguez Contreras, conocido contratista del sector salud y cercano políticamente al asesinado Euser Rondón.

Juan Sammy Mereg Marún (Partido Conservador, 46.938 votos)

La sombra macabra del ex jefe paramilitar Carlos Mario Jiménez, alias “Macaco”, acompaña a los hermanos Merheg. Supuestamente, la fortuna acumulada por ellos, con negocios que van desde las telecomunicaciones hasta la compra de tierras, tiene su origen en la financiación del narcotraficante, oriundo de Marsella, Risaralda.

“Macaco”, quien quería matar al presidente, según dijo Uribe Vélez a los periodistas, “pasó de ser hijo de un comerciante de carnes, a máximo jefe del Bloque Central Bolívar, la más grande estructura paramilitar del país, que alcanzó a tener 5 mil hombres distribuidos en bloques en Putumayo, Antioquia, el Magdalena Medio, la Costa Atlántica, Valle, Meta y el Eje Cafetero”. Enviaba cocaína por toneladas. Finalmente, fue extraditado a los Estados Unidos. Habib Merheg renunció a su curul de senador, por investigaciones que le inició la Corte Suprema, por supuesta cercanía suya con las autodefensas. En las elecciones de 2006, los Merheg fueron desterrados del partido de La U.

En la pantomima de la época, el desterrado congresista fue a parar al Partido Colombia Viva, de Mario Uribe, primo del jefe de Estado, también encartado por su complicidad con los paras. Todos los miembros de esa lista perdieron sus credenciales.

“...En el año 2007, unas 16 mil hectáreas de tierras baldías, un área superior a la mitad del perímetro urbano de Bogotá, fueron tituladas por el Incoder —entidad del Estado— a 13 personas cercanas a la actividad de Merheg (secretarios, mensajeros y colaboradores suyos en el Congreso)”.

Samy, que no es el diminutivo de Samuel, sino su nombre de pila, Juan Samy, inscribió su candidatura en Bogotá, mientras los conservadores de Risaralda vituperaban contra el joven empresario y las directivas de su colectividad.

Samy, hombre desprendido y generoso, confiesa que se sacrifica con su llegada al Congreso: “Es una forma de servicio ciudadano, convencido de la importancia de replicar en el sector público la eficiencia y la eficacia que hemos logrado en la empresa privada”.

Carlos Arturo Quintero Marín (Partido PIN, 60.813 votos)

¡Qué vaina! Acercarse a su vida es poner la de uno en riesgo: matones, narcos, paras, sicarios y otras especies y vertientes del delito aparecen acompañando su crecimiento político y electoral.
 Quintero Marín representa en el Congreso a Juan Carlos Martínez Sinisterra, preso en la cárcel La Picota por supuestas vinculaciones con narcotraficantes y paramilitares.

Su fórmula a la Cámara, en la campaña que acaba de pasar, era Mohamed Duque García, condenado, en pleno ejercicio proselitista, a cuatro años y seis meses de prisión por los delitos de fabricación, tráfico y porte ilegal de armas de fuego de uso personal.

Duque García creció en la vida pública bajo el amparo de Luis Carlos Restrepo Orozco, a quien conocen en el norte del Valle con el apodo de “El Mudo”. Restrepo pasó de carnicero a Alcalde de su pueblo y después a representante a la Cámara, por el Valle. La Corte Suprema de Justicia ordenó su captura por supuestos nexos con parapolíticos, que le habrían hecho ganar las elecciones.

La carrera política de Restrepo Orozco, dice la revista Semana, coincidió con la bonanza y poder del cartel del norte del Valle, al mando de “Rasguño”, hoy preso en Estados Unidos. Y el eslabón, un temido personaje que llenó de sangre y terror a Cartago y otros municipios: Ariel Rodríguez González, alias “el Diablo” o “el Flaco”.

Del “Diablo” –sigue la publicación–, la Corte tiene claro que se trataba de un oscuro lugarteniente que escaló dentro de la organización criminal bajo el amparo y la subordinación de “Rasguño”. Incluso, se cree que el propio “Rasguño” ordenó su muerte porque intentó apoderarse de su imperio, aprovechando que se encontraba preso en Cuba. “El Diablo” fue desmembrado e introducido en una caneca con cemento y luego arrojado al río Cauca.

María Nancy Montoya Quintero, esposa de Rodríguez González, “el Diablo”, fue Representante a la Cámara con 37.256 votos, avalada por el Movimiento Vamos Colombia. Renunció antes de cumplir el año por decisión de “Rasguño”, temeroso porque las autoridades y otros políticos pusieron en la mira su organización criminal.

Y aquí regresamos a Quintero Marín: la curul que ejercía la mujer del “Diablo” quedó en manos del hoy senador de la República que del partido Convergencia Ciudadana pasó al PIN, donde están todos sus amigos.

Dos apuntes finales:

Uno: Quintero Marín tuvo en sus manos la investigación que la Comisión de Acusaciones de la Cámara adelantaba contra el ex fiscal Luis Camilo Osorio, por supuesta laxitud con los paramilitares. Obviamente, “la engavetó” de por vida. Dos: En su hoja de vida oficial, Quintero dice que son sus únicas armas la nobleza y la caridad.

Muerto “el Diablo”, encarcelados “el Mudo” y Juan Carlos Martínez Sinisterrra… Quintero Marín es el rey.

Olga Lucía Suárez Mira (Partido Conservador, 122.736 votos)

La maratónica y exitosa historia de vida y política de los hermanos Suárez Mira sería motivo de orgullo nacional si de por medio no estuvieran los paramilitares, Diego Fernando Murillo, alias “don Berna” y otros peligrosos sujetos que, al parecer, apadrinaron los “ascensos” en la carrera pública de ambos.

Oscar Suárez Mira fue, en los inicios de su vida laboral, chofer de la alcaldía de Bello. Y, con el tiempo, alcalde y representante a la Cámara y senador.

Su hermana Olga, abogada de profesión, también fue alcaldesa de Bello, porque el pueblo se convirtió para ellos en una gran hacienda de propiedad familiar.

Oscar Suárez renunció a su curul de congresista cuando la Corte Suprema anunció investigaciones en su contra, por parapolítica, y se puso en manos de la Fiscalía. Esa noche, su hermana asumió —teóricamente— el liderazgo del movimiento.

La votación alcanzada por Oscar en 2006 fue la primera de Antioquia. Y la lograda por su hermana supera estas cifras, al punto de ganarle a la candidata del entonces gobernador, Liliana María Rendón. La competencia entre las dos le produjo al Partido Conservador sus mayores votaciones en el país.

¿Y cuánto pesa la señora Olga Suárez Mira? Su peso físico es notorio e importante, pero fuerza propia en la política no tiene. Ella es, en estas materias, lo que marca en la balanza su hermano, con todos sus antecedentes, algunos altamente sospechosos. El ex senador Suárez Mira le ha hecho creer a sus seguidores que saldrá bien librado de las investigaciones  en su contra y que su siguiente paso será posesionarse como Gobernador. De resultar cierto su propósito no faltarán dinero y, por ahí derecho, los votos necesarios.

Una de las amistades que más golpean la imagen de los hermanos Suárez es la que tienen con Hugo Albeiro Quintero, propietario de Bellanita de Transportes y Tax y Col Ltda. Sobre él se dice en Bello que es uno de los hombres más cercanos a alias “don Berna”, y a partir de ahí se tejen toda clase de especulaciones.

La nueva congresista confirma orgullosa que su gran fortaleza política radica en la genialidad de su hermano para hacer amigos y servirle a la gente. “Los votos son los suyos o los míos o los del equipo pero, ahí están, contantes y sonantes”, le respondió a un periodista.

Interrogada la senadora sobre el que será su principal tema en el Congreso, dijo fuerte: “¡La vida!”. Y tiene muchas razones para enarbolar esa bandera, conociendo tanta violencia ocurrida y tanta sangre derramada en Bello y sus alrededores.

Piedad Zucardi de García (Partido de la U, 73.380 votos)

Bonita, elegante, con mucha clase, sobria —para ser Caribe—, un tanto estirada para el grueso de los congresistas, a quienes difícilmente saluda, pero, sobre todo, ¡adinerada y con buenas relaciones políticas y sociales!

Llegó al Congreso con la maquinaria política de su marido, Juan José García Romero, condenado por el delito de peculado y celebración indebida de contratos. A García lo acusaron de repartirse, con Francisco José Martelo y José Luis Hernández, las ganancias por comisiones de contratos en Telecartagena.

“Estos hechos —publicó El Tiempo— fueron revelados en el año 2000, y conocidos como el miti-miti de Cartagena”. El dinero “embolatado” para la época podría superar la bicoca de los 2 mil millones de pesos.

La señora Zuccardi era liberal, pero elegido el expresidente Uribe rápidamente se volvió gobiernista y, santo remedio, purificó los pecados de su familia.

Tampoco se le nota que sea cuñada del “Gordo”, Álvaro García Romero, condenado por la Corte Suprema de Justicia a cuarenta años de cárcel por haber patrocinado la creación de grupos paramilitares y ordenado, como autor intelectual, la masacre de campesinos de Macayepo.

Los que saben cómo se mueve el poder del Congreso escogen las comisiones económicas. Obviamente, ella hace parte de la Comisión Tercera, la de la plata. Para reforzar su poder también presidió y es miembro de la “Comisión de Seguimiento de los Organismos de Control”, que ejerce vigilancia a la Procuraduría, la Contraloría, la Auditoría y todas las “ías”.
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