Los 10 mandamientos del periodista colombiano

Mié, 20/04/2011 - 23:58
Ahora que mis raíces católicas me ponen a reflexionar –a dormir, comer y tomar más de la cuenta– se me ocurre pensar en el periodismo, esa ciencia inexacta llena de frustraciones a la que me de
Ahora que mis raíces católicas me ponen a reflexionar –a dormir, comer y tomar más de la cuenta– se me ocurre pensar en el periodismo, esa ciencia inexacta llena de frustraciones a la que me dedico y sobre la que escribo. Me encantaría reflexionar sobre ti, adorado mío, y sobre la vida y todas esas cosas importantes. Pero me cuesta, Señor, y por eso prefiero pensar en sandeces, como el periodismo. Qué difícil es esta profesión, Santísimo Dios. Sobre todo en este país al que me trajiste, Bendito. Todo habría sido más fácil si me hubieses sacado sueco o somalí. Pero no: tuviste que botarme a este limbo del ser colombiano; a este platanal sin remedio lleno de tragedias. Y no te bastó con hacerme colombiano: me botaste periodista. Qué malvado eres. Pero ya qué puedo hacer. Será trabajar. Y no creer en ti. Mejor me copio de ti. Y juego a ser tú. Y escribo los 10 mandamientos del –frustrado, pobre y deprimido– periodista colombiano. Acá van. 1. Amarás al presidente sobre todas las cosas. La mejor forma de ser un periodista de nombre en Colombia, para sobresalir y no terminar perseguido, es alabar al presidente de turno. Mire a El Tiempo y al imperio que construyó gracias a alabar las directrices del poder durante los últimos 30 años. Mire a RCN. Usted no quiere criticar al poder y terminar como Daniel Coronell, rodeado de escoltas y calumniado por las redes sociales. Si es como María Isabel Rueda, en cambio, le harán festines estrambóticos para lanzar su folleto de conversaciones con amigos. Es decir, sus creencias y sus lealtades deben ser permanentes... por cuatro años. 2. Deshonrarás el uso correcto del castellano. Los periodistas que transmiten los partidos de fútbol en Colombia son gente rica que ha viajado por el mundo entero y goza de los viáticos de los canales privados. Los señores no saben pronunciar “éxito”. Se inventan palabras y pronuncian una “n” al final de cada verbo reflexivo. Hable a punta de 'llévesen' y 'póngasen', y verá que gozará de los jugosos frutos del periodismo de billete en Colombia. Por otro lado, si a usted le da por ser inteligente y escribir como El Malpensante, se va a quebrar, a menos de que tenga una cuenta bancaria sin fondo. Como no la tiene, escriba como la gente habla, no como se debe. 3. Honrarás los gustos banales de tu público. El peor de los errores en el periodismo de hoy en día, ahora que hay una sobreoferta de información, es basarse en lo que el público necesita saber, en vez de lo que el público quiere saber. Silvestre Dangond, la edad de Amparo Grisales, la perrita maltratada: esos son sus temas de investigación. 4. Generalizarás todas las cosas. Entre menos riguroso es el periodismo, más se lee. Mire a Poncho Rentería, ilustre columnista de El Tiempo hace décadas. No pierda su tiempo en detalles ni matices: generalice y escriba sobre La lechuza, que eso es lo que vende en Colombia. En Colombia juzgan a los periodistas y columnistas por el número de lectores que tienen, y no por la relevancia, pertinencia o elocuencia de sus ideas. No importa si da falso testimonio, con tal de que venda. La rigurosidad en Colombia es pecado. 5. Honrarás a la pauta. Antes de empezar cualquier investigación o columna de opinión, llame al departamento comercial del medio para el que va a escribir. Pregunte si la empresa o entidad o corporación pauta en ese medio. De ser el caso, o renuncie al artículo o transcriba un comunicado de prensa de ellos. Usted no quiere que su trabajo se pierda porque sus jefes quieren salvar unos pesos. 6. Pensarás en chico. La oferta de medios en Colombia se reduce a tres o cuatro conglomerados. Después de desgastarse en un proyecto suyo que no va a salir adelante, usted va a trabajar para alguno de esos conglomerados. Ellos tienen el monopolio de las fuentes, la pauta y el poder. Armar un proyecto le va a costar años de trabajo y pérdidas de plata que usted no tiene ni nadie le va a prestar. Pensar en grande, pensar que a través de la información uno va a cambiar el país, es pecado. Esta es la ciencia de las frustraciones. 7. Codiciarás los bienes ajenos. Como todo periodista en Colombia, usted vive sin un peso. Así que tiene dos soluciones: o tener otro trabajo o aprovecharse de los bienes gratuitos que se generan en el medio periodístico. Escriba reseñas de restaurantes para comer gratis, vaya a ruedas de prensa para que le den regalos, y así. Si los regalos no le gustan, que es lo probable, recíclelos para las secretarias, porteros y demás intermediarios de sus fuentes. 8. Honrarás los clichés. Pregúntele a los extranjeros si les parece que las colombianas son las más bonitas o a los actores cuál es el papel que siempre han querido hacer. Llame a los argentinos charrúas y a los peruanos incas. Balón, en periodismo, se dice esférico. 9. Honrarás a tus editores. Como en Colombia no hay más de diez sitios donde un periodista puede trabajar, cuídese de hablar mal de cualquiera de sus eventuales jefes. Tampoco hable bien de ellos, porque la competencia se enoja. En realidad, no hable de los editores. Haga lo que le dicen. Coma callado. No contradiga lo que ellos piensan. Hónrelos. 10. Santificarás las fiestas. Sus colegas son en su gran mayoría una partida de borrachos empedernidos que practican fiestas hasta la madrugada y creen en la poligamia. Si usted quiere que lo quieran, si quiere entrar a la selecta élite del periodismo colombiano, sea un hedonista de tiempo completo.
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