Los Simpsons y el problema de no saber decir adiós

No es fácil despedirse, pero es mejor hacerlo a tiempo, que forzar un retiro decadente. Homero y Marge se separarán, anunció Al Jean, productor ejecutivo de Los Simpsons. De cara a la vigésimo séptima temporada de la serie –la más longeva en Estados Unidos-, la cadena Fox no sabe qué hacer para mantener vivo este muerto. Poco tiempo después, la cuenta oficial de Los Simpsons en Twitter colgó una imagen desmintiendo la información. Todo esto es un ejemplo de lo que muchos sufren por no saber retirarse cuando todavía tienen tiempo. Se puede decir hoy que Los Simpsons son como el vino: entre más viejos, mejor. Los nuevos capítulos son malísimos. Y si no fuera porque esta es una serie que marcó la infancia de muchos –me incluyo- esto no sería importante. Más allá del gusto, es como si Roberto Gómez Bolaños hubiera decidido matar a Quico en El Chavo del 8. Es importante, además, porque la serie sigue produciendo millones de dólares a costa de la calidad que exige su audiencia. Y es relevante lección también: porque muchos se quedan atornillados en su vida, en sus trabajos, y son incapaces de dar espacio a las nuevas generaciones. El rebusque de historias en Los Simpsons da grima y es pertinente para advertir, una vez más, que en Colombia la mala calidad de contenidos audiovisuales se sigue vendiendo bien. Novelas, series, 'realities' y programas de concursos sobran como ejemplos en este país, la mayoría en los canales privados de TV. La gente siempre los critica y, aun así, los sigue (seguimos) viendo. Los Simpsons actuales demuestran lo vil que puede ser este negocio. Ya se había “filtrado” la noticia de que Bart iba a ser asesinado por Bob Patiño (pero en un capítulo de Halloween, imagine la bobada) y lo nuevo fue la susodicha separación desmentida de Marge y Homero, quien va a aparecer ahora sufriendo dizque narcolepsia. Todo es demasiado reforzado. Hay otros exabruptos anteriores. En últimas, desde que la voz de Homero en español (Humberto Vélez) se fue en 2005, ya nada fue igual. Parece que, al igual de lo que pasa en Colombia con tanto programa reencauchado o copiado, la cadena Fox no sabe qué hacer para no despedirse de este cadáver. Le cuesta decir adiós. Y es una pena que Los Simpsons vayan a acabar así, en el rebusque, aunque consiguiendo unas ganancias para Fox que rondan en total los 1.000 millones de dólares. Cada vez somos menos los televidentes de Los Simpsons y con razón. Su ocaso nos recuerda que es mejor irnos cuando nos van a extrañar, no cuando todos esperan nuestra despedida. Por fortuna, siguen pasando El Chavo del 8. En Twitter: @javieraborda