El IPES en Bogotá respondió a las quejas de varios ciudadanos que denunciaron que los mercados que estaban recibiendo durante la cuarentena tenían alimentos en estado de descomposición.
Vendedores informales de la capital compartieron videos a través de twitter en el que evidenciaban que los mercados que el distrito les estaba entregando durante la emergencia se encontraban en mal estado.
Por esa razón, el Instituto para la Economía Social (IPES) anunció que en adelante implementarán estrictos protocolos para la no distribución de alimentos perecederos para evitar que los alimentos lleguen a ese estado al momento de ser entregados a los ciudadanos.
“Agradecemos a todas las entidades como Corabastos, que con su buena voluntad nos han permitido apoyarlos en dar una contribución para el abastecimiento alimentario de los menos favorecidos en Bogotá, y queremos reiterar que nos seguiremos articulando con el canal de especialistas habilitado por la Secretarías de Integración Social y Gobierno, como con la Cruz Roja para distribuir dichas ayudas”, manifestó Libardo Asprilla, director del IPES.
El instituto aseguró que los mercados que repartían no son comprados por la Alcaldía, sino que hacen parte de ayudas humanitarias que son recibidas por diferentes entidades que han querido de manera desinteresada, sumarse a la causa.
Este tipo de iniciativas tienen como finalidad llevarles ayudas a nuestros vendedores informales, que es la población más vulnerable de la ciudad, porque derivan su sustento de las ventas del día a día.
Sin embargo, la entidad aceptó que en el proceso pueden existir fallas como la que ocurrió con los mercados denunciados.
“Reconocemos que pueden presentarse fallas en el proceso, aun sabiendo que no ha habido mala intención, por lo anterior presentamos excusas y nos aseguraremos de que no vuelva a suceder”, agregó Asprilla.
Así, se reitera que todos los mercados que son entregados directamente por la Alcaldía cuentan con la regulación del Instituto Distrital de Gestión de Riesgos y Cambio Climático, IDIGER, bajo los más estrictos protocolos, para así apoyar a las poblaciones vulnerables de Bogotá.