En medio de una multitudinaria jornada de movilizaciones en distintas ciudades del país, el expresidente Álvaro Uribe Vélez se pronunció públicamente por primera vez tras su reciente condena a 12 años de prisión domiciliaria por fraude procesal y soborno. Lejos de mostrarse abatido, envió un mensaje de gratitud a sus simpatizantes y trazó una visión política con la mirada puesta en 2026.
“Siento que mi corazón es pequeño… necesito uno más grande para expresar todo este agradecimiento”, declaró Uribe en un video compartido a través de sus redes sociales, visiblemente conmovido por las muestras de apoyo.
Las marchas, organizadas principalmente por el partido Centro Democrático, se desarrollaron en Medellín, Bogotá, Cali y otras capitales, con una notable participación ciudadana. Para muchos, representaron no solo un respaldo personal a Uribe, sino también un rechazo a lo que consideran una persecución política en su contra.
En ese mismo contexto, el exmandatario lanzó una propuesta que podría agitar el escenario electoral: “Necesitamos un gobierno de transición que proyecte con estabilidad a largo plazo el futuro democrático de la nación.”
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Aunque no confirmó aspiraciones personales, sus palabras fueron interpretadas como un llamado a reorganizar las fuerzas del centro-derecha y preparar el terreno para las presidenciales de 2026. La declaración ya ha generado reacciones tanto en su círculo político como entre sus detractores, y sugiere que, a pesar de su situación judicial, Uribe no se retira del todo de la arena pública.
La condena al líder del uribismo ha reavivado la polarización en el país y pone al Centro Democrático ante un desafío: reconstruirse con un discurso renovado o arriesgarse a perder relevancia frente a nuevas figuras emergentes.
