
El congresista David Racero, ex presidente de la Cámara de Representantes y uno de los rostros más visibles del oficialismo en Colombia, enfrenta una nueva controversia tras ser señalado por posibles inconsistencias entre su discurso político y sus acciones personales. La denuncia fue realizada por el periodista Daniel Coronell en una de sus recientes columnas publicadas en Los Danieles.
Racero, quien ha sido un férreo crítico de la corrupción y defensor de los derechos laborales desde el Congreso, es acusado de prácticas que, de confirmarse, comprometerían la coherencia ética de su rol público. En concreto, Coronell expone que uno de los funcionarios de la Unidad de Trabajo Legislativo (UTL) del congresista —cuyo salario proviene de recursos públicos— estaría trabajando paralelamente en un negocio privado de propiedad de Racero: un minimercado de frutas y verduras.
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La gravedad de la acusación radica en el posible uso indebido de recursos oficiales para beneficio privado, lo que podría configurar un conflicto de interés y vulnerar principios de transparencia administrativa. Además, Coronell reveló un audio de WhatsApp en el que presuntamente se escucha al propio Racero describiendo las condiciones laborales para ese cargo en su fruver: un millón de pesos mensuales, sin prestaciones, con una jornada de 13 horas diarias y un solo día de descanso a la semana.
“Ellos son toderos”, se escucha decir a Racero en la grabación. “No sólo caja. También arreglan, hacen pulpa, hacen aseo, lavan baños, lavan pisos, arreglan obviamente la comida… o sea, estar dispuesta para todo”.
Estas revelaciones contrastan fuertemente con la imagen del congresista como defensor de la justicia social y los derechos de los trabajadores. Aunque Racero no se ha pronunciado públicamente hasta el momento, el caso ya genera fuertes reacciones tanto en redes sociales como en círculos políticos, donde se espera una explicación clara por parte del legislador.