La petrolera estatal Ecopetrol enfrenta una de las mayores crisis de gobernabilidad en su historia reciente tras la renuncia irrevocable de Mónica de Greiff a la junta directiva. Su salida, que se hará efectiva el viernes 30 de mayo, ocurre en medio de una creciente controversia por un contrato millonario con la firma estadounidense Covington & Burling LLP y tensiones internas que escalan a nivel gubernamental.
La dimisión de De Greiff, exministra de Justicia y figura influyente en los círculos empresariales del país, marca un punto de inflexión en la ya tambaleante estabilidad de la compañía. Su decisión se produce en paralelo a una reunión de emergencia convocada por el presidente Gustavo Petro, en la que se abordó el futuro inmediato de Ecopetrol y su actual presidente, Ricardo Roa.
El contrato que desató la tormenta
El detonante de esta crisis fue la revelación de un otrosí firmado el 31 de diciembre de 2024, que extendió un contrato previamente pactado en agosto con Covington & Burling LLP. El acuerdo original, por 875.000 dólares, fue ampliado a 5,8 millones con el fin de brindar asesoría legal internacional frente a investigaciones en curso contra Roa.
Aunque Guillermo García Realpe, presidente de la junta directiva, calificó el contrato como “grave y abusivo” y aseguró que no fue aprobado por el órgano directivo, documentos filtrados a la prensa indican que sí hubo conocimiento previo por parte de algunos miembros de la junta.
La polémica llevó a la suspensión temporal del contrato y a la apertura de investigaciones internas, aumentando la presión sobre la dirigencia de la petrolera.
El rol de Mónica de Greiff y su salida
Mónica de Greiff ingresó a la junta directiva de Ecopetrol en octubre de 2022 como miembro no independiente, y en 2023 asumió un rol independiente. Su perfil técnico y su experiencia le permitieron ejercer una influencia relevante en las decisiones estratégicas de la empresa.
En su carta de renuncia, divulgada por medios nacionales como Caracol Radio y El Tiempo, De Greiff expresó admiración por la gestión de Ricardo Roa, destacando su liderazgo en la transición energética. Sin embargo, su salida ocurre en un momento en que se especula sobre presiones gubernamentales para remover a Roa del cargo y reemplazarlo por figuras cercanas al Ejecutivo, como el actual ministro de Minas, Edwin Palma.
Petro en defensa de Roa, pero con fisuras internas
El presidente Gustavo Petro ha salido públicamente en defensa de Roa, calificando como “falsa” la polémica sobre el contrato legal. No obstante, convocó a los siete miembros de la junta designados por el Gobierno a una reunión de emergencia, que según fuentes cercanas al Ejecutivo, tenía como objetivo evaluar la permanencia de Roa y restablecer el control político de la compañía.
La renuncia de De Greiff no solo deja un vacío técnico en la junta, sino que también podría complicar la toma de decisiones clave si otros miembros siguen su ejemplo, afectando el quórum y la gobernabilidad interna.
Más allá del contrato: una crisis estructural
La controversia actual no es un hecho aislado. En los primeros meses de 2025, Ecopetrol ha sido blanco de críticas por la caída en sus utilidades durante 2024 y por las investigaciones en curso de la Fiscalía General. La figura de Roa, que fue jefe de campaña de Petro, ha sido duramente cuestionada por su cercanía política con el Gobierno y por presuntas irregularidades en la contratación.
Durante la Asamblea de ISA en marzo, varios inversionistas expresaron abiertamente su descontento y pidieron su salida, sumando presión al ya complicado panorama.
¿Qué sigue para Ecopetrol?
La renuncia de Mónica de Greiff es un síntoma de un conflicto más profundo entre las visiones técnica y política de la gestión energética del país. Mientras se mantienen las investigaciones y el contrato con Covington & Burling LLP sigue suspendido, la incertidumbre sobre el futuro de la presidencia de Roa persiste.
En palabras de la propia De Greiff, “Ecopetrol debe seguir siendo una empresa energética integral, sostenible y al servicio de todos los colombianos”. Un mensaje que resuena en medio de una coyuntura que podría redefinir el rumbo de la empresa más importante del país.
