La exministra de Justicia y reconocida figura del ámbito empresarial, Mónica de Greiff, ha decidido permanecer en la junta directiva de Ecopetrol, pese a haber anunciado su renuncia irrevocable semanas atrás. La determinación se dio tras una solicitud unánime por parte del resto de los miembros del órgano directivo, quienes destacaron su aporte estratégico y su papel en el cumplimiento de las normas de equidad de género establecidas por la legislación colombiana.
Esta decisión se conoce en medio de una de las crisis más complejas que enfrenta Ecopetrol en los últimos años, tras la controversia generada por la firma de un contrato millonario con la firma estadounidense Covington & Burling LLP y las tensiones internas sobre el liderazgo de Ricardo Roa, actual presidente de la petrolera estatal.
Apoyo unánime y equidad de género: las claves de su permanencia
Según informó Ecopetrol a través de un comunicado oficial, “sus integrantes le solicitaron de manera unánime que, frente a su intención de renunciar a este órgano social, reconsiderara dicha decisión, además teniendo en cuenta la disposición legal y estatutaria que indica que la Junta Directiva de Ecopetrol deberá contar con al menos un 30% de integrantes mujeres.”
La petición refleja no solo un respaldo explícito a la trayectoria de De Greiff, sino también el cumplimiento del marco legal vigente en Colombia, que exige una participación femenina del 30 % en los órganos de gobierno corporativo de empresas públicas. En ese contexto, su salida podría haber significado un incumplimiento normativo por parte de la compañía.
Durante la sesión de junta realizada el pasado 25 de junio, De Greiff agradeció el reconocimiento del grupo y anunció que reconsideraría su decisión, optando finalmente por continuar en el cargo. “La Dra. de Greiff agradeció a la Junta el reconocimiento y manifestó que luego de evaluar la solicitud no presentará su renuncia”, concluyó Ecopetrol en su comunicación.
Contexto: Una renuncia que sacudió a Ecopetrol
Mónica de Greiff había anunciado su renuncia el mes pasado, la cual se haría efectiva el 30 de mayo. Su decisión se dio en medio de una creciente crisis institucional al interior de Ecopetrol, motivada por la ampliación de un contrato con la firma Covington & Burling LLP, que pasó de 875.000 dólares a más de 5,8 millones. El objetivo: brindar asesoría legal internacional frente a investigaciones en curso contra el presidente de la compañía, Ricardo Roa.
La situación se agravó cuando el presidente de la junta, Guillermo García Realpe, calificó el contrato como “grave y abusivo” y afirmó que no fue aprobado formalmente por el órgano directivo. Sin embargo, documentos filtrados indican que al menos algunos miembros de la junta estaban al tanto de su existencia. Esta contradicción encendió las alarmas en el Gobierno Nacional y derivó en una reunión de emergencia convocada por el presidente Gustavo Petro.
El factor político y la estabilidad institucional
Aunque Petro ha defendido públicamente a Roa y ha calificado la polémica como “falsa”, la crisis ha dejado al descubierto profundas fisuras internas. La renuncia de De Greiff fue vista por muchos como una señal de descontento ante posibles presiones políticas para modificar la composición de la junta directiva y eventualmente remover a Roa, lo cual ha sido objeto de especulación en círculos empresariales y políticos.
La permanencia de De Greiff, por tanto, representa un intento por conservar cierta estabilidad técnica y de género dentro de la junta, en un momento crítico para Ecopetrol. Su experiencia, independencia y perfil técnico son considerados elementos claves en la toma de decisiones estratégicas.
¿Qué sigue para Ecopetrol?
Pese a la permanencia de De Greiff, la crisis en Ecopetrol está lejos de resolverse. Las investigaciones internas continúan, el contrato con Covington sigue suspendido y la figura de Ricardo Roa permanece en el centro del debate público, especialmente tras los recientes informes de caída en las utilidades y el creciente malestar entre los inversionistas institucionales.
En paralelo, el Gobierno ha sido criticado por utilizar recursos de 2025 para financiar subsidios de 2024, lo que ha generado inquietudes sobre la sostenibilidad fiscal y el manejo de empresas del Estado.
Mónica de Greiff, por su parte, reafirmó su compromiso con la visión de una Ecopetrol “integral, sostenible y al servicio de todos los colombianos”. Su permanencia, aunque inesperada, podría ser un factor de moderación en un escenario cada vez más tensionado entre técnica y política.
