El anuncio que ha rondado en diversos medios y redes sociales, que afirma que el “Clan del Golfo” ha cesado su denominado “Plan Pistola” en contra de los uniformados en el país, aún no cuenta con confirmación oficial por parte de las autoridades, quienes se encuentran el verificación de la información, que permita cesar los actos que ya cobró la vida de más de 20 uniformados.
La inteligencia militar y policial no conoce, aún, un comunicado oficial por parte de las Autodefensas Gaitanistas de Colombia (AGC), o Clan del Golfo, como es conocido popularmente, a quienes se les han atribuido el asesinato de 19 policías y 4 militares en las últimas semanas.
Estos actos de violencia tuvieron su inicio tras los operativos policiales del pasado 4 de abril, en Córdoba. Donde se abatió a José Denota, alias Chirimoya, uno de los hombres de confianza de Jobanis de Jesús Ávila Villadiego, alias Chiquito Malo.
El comandante de las Fuerzas Militares, almirante Francisco Cúbides, había indicado en las últimas horas, que se encontraban en un máximo grado de alistamiento: “Las unidades están debidamente concentradas para la ejecución de operaciones militares y de policía para seguir protegiendo a nuestros miembros de la Fuerza Pública y población civil”.
Entre tanto, la Policía y las Fuerzas Militares confirmaron el pasado lunes que 123 integrantes del Clan del Golfo fueron capturados en medio de los operativos que se desarrollaron como respuesta al denominado “Plan Pistola”.
“Estos son 123 delincuentes que en los últimos 20 días le hemos capturado al Clan del Golfo”, indicó el director general de la Policía Nacional, el general Carlos Triana. Entre los detenidos figuran diez cabecillas responsables de ordenar ataques en contra de miembros de la fuerza pública y la ciudadanía. Alias Gerónimo, Boliquezo, Haider, Chaco, Pipa y otros fueron mencionados entre los líderes capturados.
La ofensiva se enmarca dentro de la operación “Gameón”, la cual forma parte de una respuesta institucional frente a lo que el Ministerio de Defensa ha calificado como una reacción desesperada de esa estructura criminal tras los últimos golpes recibidos.
Además, dieciocho homicidios ocurrieron bajo la modalidad de sicariato y tres en acciones terroristas. Doce de las víctimas atacadas estaban en servicio, mientras que nueve se encontraban fuera del mismo. Veinte eran hombres y una era mujer.
