Érika Zapata, es una de las corresponsales que se ha ganado el cariño de los televidentes, su gran actitud frente a los medios de comunicación la ha destacado a nivel nacional. Sin embargo, esto también la ha llevado a ser una de las presentadoras más criticadas, pues su manera de hablar y de actuar ha sido varias veces reprochada por algunos usuarios del país.
Sin embargo, para muchos sus apuntes en cada uno de los reportes para Noticias Caracol la han convertido en una presentadora que se desmarca de sus compañeros que mantienen un estilo más clásico a la hora de aparecer en cámara.
Lo cierto es que para el fin de año, la antioqueña cubrió varios temas en las calles de Medellín para preguntarle a los paisas por los agüeros con los que despedirían el año o para conocer su opinión sobre el nuevo salario mínimo, agenda con la que, -como siempre- logró captar la atención de los televidentes.
Así sucedió con los famosos ‘cucos amarillos’ de los que la periodista habló en el noticiero: “Aquí hay descuentos de todo tipo y aunque es difícil caminar entre tanto comprador, muchos dicen que es mejor aguantarse la congestión a quedarse sin la ropa interior”, comenzó diciendo mientras mostraba las promociones de pague 2 y lleve 3 que habían en los locales comerciales.
Pero esto no fue todo, pues la reportera reveló que ella había comprado unos cacheteros amarillos para que “no le faltara la suerte en todo el año”.
Por otro lado, tras el anuncio del Gobierno Nacional sobre el salario mínimo que subió un 12% quedando en 1.300.000 pesos, la reportera le preguntó a varios ciudadano en la plaza minorista de Medellín que pensaban del aumento, pues no solo el salario subiría sino también muchos productos y servicios que eran un golpe para el bolsillo de los colombianos.
“No les alcanza para casi nada. Tremenda sufridera con ese tema. Termina uno vitriniando la comida porque no hay plata para poder comprarla”, dijo la reportera de Noticias Caracol en su informe dejando ver que hasta ella estaba preocupada por el panorama que describió como muy difícil:
“Con el aumento del salario mínimo, dicen muchas familias que el tema está complejo y que la cosa se puso maluca. Incluso, algunos han optado por comprar ropa de segunda para ir ahorrando. Lo que dicen algunas familias es que si compran comida no tienen como transportarse, es decir les toca caminando y que, además, tienen la esperanza puesta en los próximos días o en el 2025”, mencionó Zapata.
