Más de 250 personas entre estudiantes, ciudadanos del común y periodistas escucharon en el marco el Hay Festival la charla del director de la película colombiana “El abrazo de la serpiente” que durante una hora mantuvo a los asistentes concentrados.
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La Universidad Jorge Tadeo Lozano prestó sus instalaciones para recibir al cineasta que fue recibido entre aplausos y felicitaciones. Su charla, “Cine con Ciro Guerra”, logró llenar por completo el recinto.
Durante la charla, Ciro Guerra recordó lo más difícil de hacer películas, según él, “es encontrar esa mirada y encontrar su propia voz. Eso cuesta trabajo, es un proceso de retrospección fuerte”.
La primera parte de la charla el director habló de sus dos primeros trabajos cinematográficos que posteriormente lo llevaron a 'El abrazo de la serpiente'.
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“’La sombra del caminante’ fue pensada como un ejercicio de aprendizaje. Fue un proceso difícil porque hicimos cine con un bajo presupuesto, hicimos esta historia con una precariedad absoluta y eso nos dio una lección”.
“'El abrazo de la serpiente' me dio vueltas en la cabeza durante mucho tiempo, puesto que mis anteriores películas eran muy personales y no quería seguir esa línea. Quería hacer una película algo misteriosa y de descubrimiento”.
De esa manera fue como acudió a un amigo antropólogo, Ignacio Prieto, actor de ‘La sombra del caminante’, que le recomendó algunos libros que finalmente lo inspiraron.
“El tema no me lo inventé, no tengo tanta imaginación para eso. La fiebre de los caucheros en Colombia fue una guerra que dejó demasiados muertos y que acabó con muchas tribus indígenas. Por otro lado no es nada nuevo el tema de las personas que se creen "salvavidas", quienes llegan a las poblaciones alejadas llamándose así mismas “salvadores” y que a lo largo de la historia han hecho que muchas personas mueran por seguirlos”.
Durante la ronda de preguntas, el director se refirió al tema de ¿por qué hacer la película en blanco y negro?
"La razón de hacerla en blanco y negro, está inspirada desde la capa de lo visto en las fotografías de los libros de los viajes, el amazonas de ahora no es como la de antes, no es posible reproducir el tipo de fotografía e imágenes a video, así que al ver que eso no iba ser posible, preferí que el espectador ponga los colores, es como una realidad limitada que tienen los indígenas una creencia de lo que uno puede ver más que sus sentidos, para poder percibir todo el mundo necesitamos 19 sentidos y solo activamos cinco".
¿Cuál fue el desafío más grande durante la grabación?
Fue el espíritu para no quejarse a pesar de que la selva es muy difícil, pero conté con un equipo de grabación guerrero, que no se quejó de nada y que tenía ganas de trabajar. Afortunadamente la película se hizo y se rodó y se finalizó la primera semana de rodaje, pensé que no se iba a finalizar. Cualquier inconveniente, yo estaba comprometido a fondo y sacamos la película adelante, con total interés y dando lo máximo.
Según el director, “no me interesa trabajar con gente profesional, no me interesa que la gente cumpla horarios, eso le quita la emoción y la magia a las películas, me interesa que sea hecha con el entusiasmo de un oficinista que al final de día se va a tomar una cerveza. Con esa pasión, todo el mundo da lo mejor, porque cuando hay una motivación toda las películas se dan”.
El director de la película comento a KienyKe.com que el día de la premiación de los Oscar asistirá con Antonio Bolívar, uno de los protagonistas de la película.
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“’La sombra del caminante’ fue pensada como un ejercicio de aprendizaje. Fue un proceso difícil porque hicimos cine con un bajo presupuesto, hicimos esta historia con una precariedad absoluta y eso nos dio una lección”.
“'El abrazo de la serpiente' me dio vueltas en la cabeza durante mucho tiempo, puesto que mis anteriores películas eran muy personales y no quería seguir esa línea. Quería hacer una película algo misteriosa y de descubrimiento”.
De esa manera fue como acudió a un amigo antropólogo, Ignacio Prieto, actor de ‘La sombra del caminante’, que le recomendó algunos libros que finalmente lo inspiraron.
“El tema no me lo inventé, no tengo tanta imaginación para eso. La fiebre de los caucheros en Colombia fue una guerra que dejó demasiados muertos y que acabó con muchas tribus indígenas. Por otro lado no es nada nuevo el tema de las personas que se creen "salvavidas", quienes llegan a las poblaciones alejadas llamándose así mismas “salvadores” y que a lo largo de la historia han hecho que muchas personas mueran por seguirlos”.
Durante la ronda de preguntas, el director se refirió al tema de ¿por qué hacer la película en blanco y negro?
"La razón de hacerla en blanco y negro, está inspirada desde la capa de lo visto en las fotografías de los libros de los viajes, el amazonas de ahora no es como la de antes, no es posible reproducir el tipo de fotografía e imágenes a video, así que al ver que eso no iba ser posible, preferí que el espectador ponga los colores, es como una realidad limitada que tienen los indígenas una creencia de lo que uno puede ver más que sus sentidos, para poder percibir todo el mundo necesitamos 19 sentidos y solo activamos cinco".
¿Cuál fue el desafío más grande durante la grabación?
Fue el espíritu para no quejarse a pesar de que la selva es muy difícil, pero conté con un equipo de grabación guerrero, que no se quejó de nada y que tenía ganas de trabajar. Afortunadamente la película se hizo y se rodó y se finalizó la primera semana de rodaje, pensé que no se iba a finalizar. Cualquier inconveniente, yo estaba comprometido a fondo y sacamos la película adelante, con total interés y dando lo máximo.
Según el director, “no me interesa trabajar con gente profesional, no me interesa que la gente cumpla horarios, eso le quita la emoción y la magia a las películas, me interesa que sea hecha con el entusiasmo de un oficinista que al final de día se va a tomar una cerveza. Con esa pasión, todo el mundo da lo mejor, porque cuando hay una motivación toda las películas se dan”.
El director de la película comento a KienyKe.com que el día de la premiación de los Oscar asistirá con Antonio Bolívar, uno de los protagonistas de la película.
