
Hoy en Filipinas muchos tienen miedo, miedo a la muerte, miedo a la policía y miedo al presidente de la república. Quienes más temen son los expendedores y consumidores de drogas y sus familias.
El presidente del país asiático, Rodrigo Duterte, apoyado por la policía ha dado la orden de asesinar a todo aquella persona que esté relacionada con el consumo de shabú, una anfetamina, que tiene un efecto similar al del bazuco de Colombia, así lo aseguran familiares de las víctimas mortales.
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"No cesaré esta campaña hasta que este muerto el último capo, el último lavador, el último expendedor o consumidor", ha dicho Duterte en una de sus declaraciones públicas, en defensa de su sangrienta lucha contra las drogas.
Una investigación de inmersión de Séptimo Día, hecha por Manuel Teodoro, director del programa, mostró la crisis social que en algunos sectores marginales del país, están causando estas muertes selectivas, de las que dicen son hechas por la policía local y algunos sicarios que están relacionados y pagados por la institución armada.
Según reportes, en las calles de Filipinas, desde que Duterte asumió el mandato en junio de 2016, ha corrido la sangre de unas 8.000 personas, entre hombres y mujeres. La policía, en cabeza del general Ronald de la Rosa, apodado 'La Roca', por su fuerte temperamento, dice que a manos de los uniformados han muerto unos 2600 y que los demás hechos son homicidios "normales", perpetrados por personas que están haciendo limpieza social en algunos territorios.
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Aunque no hay ninguna prueba que vincule al presidente con las órdenes directas de asesinar a las víctimas, las acciones criminales que denuncian familiares de víctimas y colectivos de derechos humanos, tendrían el conocimiento y apoyo del mandatario; así lo ha dejado ver el mismo presidente en varias intervenciones, en las que recalca su respaldo a las actividades policiales y su modus operandi para combatir las drogas en el país, es por esta razón que los allegados de los asesinados aseguran que la política de choque contra el consumo y distribución de estupefacientes, liderada por Duterte, es la causante del derramamiento de sangre en Filipinas, así lo deja ver Teodoro en las diferentes entrevistas que logró en lo sectores más pobres de Manila, la capital del país, de donde son la mayoría de las victimas.
Duterte ha dicho publicamente, entre otras afirmaciones polémicas:
- "Yo odio las drogas y debo matar gente porque odio las drogas".
- "Yo solo guío a la policía, si ellos asesinas, bueno... yo los respaldo".
- "Vete de mi ciudad si estás consumiendo drogas o otros crímenes porque si no lo haces, te mataré". "
- "Hagan su trabajo (policía) y tendrán en respaldo incondicional de su presidente".
- "Hitler masacró tres millones de judios, ahora hay tres millones de adictos, estaré feliz de masacrarlos".