Estaba hablando precisamente de su esposa, la abogada Paula Cortés, cuando sonó el teléfono. La recepcionista le informó que había llegado un obsequio y que este le debía ser entregado personalm
Estaba hablando precisamente de su esposa, la abogada Paula Cortés, cuando sonó el teléfono. La recepcionista le informó que había llegado un obsequio y que este le debía ser entregado personalmente.
El mensajero entró a la oficina con una caja grande de color blanco adornada con un 'feliz aniversario 24' escrito en negro. Un globo rojo en forma de corazón, completó aquella escena romántica.
Gabriel Delascasas no se esperaba tal detalle y menos en medio de esta entrevista. Cogió su celular y delante de todos, sin pena alguna, lloró mientras que con mimos y voz consentida le agradecía a Paula el tierno gesto de amor.
Colgó. Se secó las lágrimas. Tomó aire. Se disculpó por la interrupción y me dijo: "me estabas preguntando quién es mi esposa. Ella es mi esposa". Dejando el sentimentalismo atrás y volviendo a ser el Gabriel Delascasas jocoso y mamagallista, en medio de la sonrisa que tiene tatuada en el rostro, dijo: "Ahora me siento mal. Porque yo no le envié nada".
[caption id="attachment_1123308" align="alignnone" width="1024"] Foto: Andrés Lozano[/caption]
Un día antes de esta entrevista, Gabriel y su esposa cumplieron 24 años de casados.
El periodista contó que el regalo de aniversario se lo habían entregado un par de meses antes en Estados Unidos. Pero Paula no iba a dejar pasar la fecha y logró su objetivo: sorprender y enamorar más.
La caja estaba llena de papelitos de colores, muchos chocolates, brownies y dulces: otras de las pasiones de Delascasas, que se completan con Coca-Cola, oír radio y música, ver televisión, jugar golf, ver jugar fútbol, sobre todo a Millonarios, su equipo del alma.
[caption id="attachment_1123306" align="alignnone" width="1024"] Foto: Andrés Lozano[/caption]
Gabriel atendió esta entrevista en la que hasta hace un par de días fue su oficina en el canal Red+. Desde allí ejercía como Gerente de la Unidad de Negocios del canal. Llegó a la compañía de la que hoy se despide hace cinco años y medio, cuando aceptó cambiar los micrófonos por la comunicación organizacional y de gerencia.
Aun cuando lo dudó, y lo consultó con la almohada durante varios días, ser el Director de Relaciones Corporativas de Claro, una de las empresas de telecomunicaciones más grandes del país, fue una oportunidad que Gabriel Delascasas no podía y no dejó pasar.
El cambio de rol, al ser un hombre de radio, no fue fácil; no porque desconociera las que serían sus nuevas responsabilidades laborales, sino porque alejarse de las cabinas radiales, donde llevaba 25 años frente al micrófono, le daba guayabo.
Lo debatió con su esposa, sus hijos, sus más cercanos amigos y uno de ellos, compañero de trabajo en la emisora Blu Radio, adonde llegó luego de salir de La Luciérnaga, le dijo unas palabras que le quedaron sonando: "Gabriel ese bus no pasa dos veces". Y se subió a ese bus.
Aunque seguía ligado a los medios de comunicación y los visitaba con regularidad, desde enero de 2014 su dinámica laboral cambió radicalmente. Las emisoras, los canales de televisión y los periodistas se convirtieron en sus clientes. Pero cada vez que pasaba por una cabina de radio conocida, entraba para robarse un par de minutos al aire. Era como un sorbo de agua para el sediento.
Foto: Andrés Lozano[/caption]
"Claro era un bus que no podía dejar pasar y dirigir La Luciérnaga era un bus que no quería dejar pasar", dice Gabriel a pocas horas de asumir el puesto.
Días después de esta entrevista, el Gerente General de Caracol Radio y Prisa Radio en Colombia, el español Juan Ignacio Reglero, citó a Gabriel y sin anestesia, al mejor estilo español, le dijo "van a haber cambios en Caracol y quiero que seas el director de La Luciérnaga".
Delascasas confiesa que sintió mucha emoción, al escuchar la propuesta de Reglero. Tanta, que el nudo en la garganta fue notorio. "Imagínate, que le ofrezcan La Luciérnaga a un hombre de radio, lo máximo".
Aunque estoy seguro de que Gabriel quería gritar que aceptaba el puesto, agradeció la propuesta, se dio la mano con el español y el sí lo entregó días después de consultar, nuevamente, con su familia, con la almohada y con un par de amigos.
Foto: Andrés Lozano[/caption]
Sobre Bogotá, Gabriel Delascasas, dice que aunque detesta sus trancones, el smock y otras cosas, esta ciudad sería muy difícil de dejar. Aunque le encanta viajar no se ve viviendo en otro lugar.
Cuenta Gabriel que la cercanía con los medios empieza desde muy temprana edad. Su padre trabajó en el área de mercadeo y publicidad para importantes empresas y esto lo llevó a familiarizarse con medios de comunicación, al punto que don Gabriel también hizo radio.
De ahí el gusto de su hijo por la publicidad y los micrófonos.
El periodista confiesa que de estudiante colegial, aunque era aplicado académicamente y nunca perdió un año, su problema era la disciplina. Tomaba del pelo constantemente y cuando comenzaba a molestar no había quien lo parara.
Entró a estudiar Comunicación Social en la Javeriana en 1985 y se graduó 26 años después, a finales de 2011. Aunque solo le faltaba la tesis, no se preocupó por acabar la carrera, porque la suerte laboral lo acompañó.
En 1989 entra a hacer prácticas a Caracol Radio, a un programa deportivo, nada menos que bajo las órdenes de los periodistas deportivos más respetados de la época en Colombia: el doctor Hernán Peláez. Meses después también entra al equipo, el también practicante, Martín de Francisco.
A comienzos de los años 90, Radioactiva, la emisora juvenil con mayor proyección de la época, estaba en la búsqueda de nuevos talentos y se llevó a De Francisco, también conocido por ser el hermano de la actriz Margarita Rosa.
Martín no se acomodó y el humorista Guillermo Díaz Salamanca se llevó en su reemplazo a Gabriel Delascasas, quien junto a Tito López y Alejandro Villalobos hicieron una gran temporada de Radioactiva (emisora de Caracol Radio). Y así, Gabriel Delascasas, hizo parte de los primeros famosos disc-jockeys.
En Caracol duró unos cuatro años. Súper Estación 88.9, la emisora competencia de Radioactiva, se llevó a su exitoso equipo de DJs. Para esa época, Gabriel hacía parte de los locutores juveniles más importantes del país.
“Nos creíamos más importantes que los artistas”, dice Delascasas, quien se ríe al recordar esos momentos de inmadurez profesional, cuando egos se disparaban a las alturas.
[caption id="attachment_1123278" align="alignnone" width="1024"] Foto: Andrés Lozano[/caption]
“No alcancé a completar un año en 88.9 y me llama Hernán Peláez para hacer parte de su equipo en La Luciérnaga. Ahí me quedé 17 años”.
La madurez laboral llega a Gabriel al lado de Peláez. La madurez personal no sabe si la perdió o la llegó a tener. Reconoce que aún es un niño chiquito.
“Cuando mi esposa le gritaba a mis dos hijos “niños dejen de jugar con ese balón porque van a romper algo”, yo estaba jugando fútbol con ellos en la mitad de la sala o los tres estábamos jugando a lucha libre encima de las sillas”.
Foto: Andrés Lozano[/caption]
Aparte de las muchas cosas que tiene en la oficina, donde hay hasta un pequeño marrano verde que suena como tal y que consiguió por un dólar en un viaje a Letonia, destacan las fotos de su esposa y sus dos hijos, Andrés y Santiago, en los diferentes viajes que han hecho alrededor del mundo.
Viajar es otra de sus pasiones, que comparte en familia. No le gusta mucho hablar de los destinos que han visitado, porque no le gusta sonar ostentoso, pero en medio de esta charla agradable, alejada de algún matiz de petulancia o ego, es válido decir que conoce medio mundo.
"Nosotros trabajamos para viajar y planeamos las vacaciones con muchísimo tiempo. Nos encanta pasear y por eso vamos a lugares lejanos. Estemos donde estemos, el 31 de diciembre siempre salimos con mis hijos a dar la vuelta con la maleta, para estar siempre de viaje", cuenta.
Y en su oficina también tiene colgado en la pared su más grande tesoro, un cuadro autografiado por Soda Stereo, la banda argentina de la que es fan número 1.
Gabriel Delascasas ama a la banda de rock argentina, liderada por el fallecido Gustavo Cerati. Dice que no exagera al contar que el concierto de despedida del grupo, que tiene completo en su celular, lo ha visto al menos unas 500 veces.
[caption id="attachment_1123304" align="alignnone" width="1024"] Foto: Andrés Lozano[/caption]
Foto: Andrés Lozano[/caption]
Gabriel Delascasas: 51 años cumplidos, 30 años de carrera, 25 de ellos delante de los micrófonos, una esposa, dos hijos, amante al golf, Soda Stereo y las chocolatinas, hombre de grandes amigos, noble y sentimental, aprendió que hay diferentes tipos de buses en la vida y que desde que uno se monte a ellos con disciplina y responsabilidad todos son buenos, pero que algún llegará ese buen bus al que uno realmente muera por subirse.