Irvine Welsh es un autor, dramaturgo y director que nació a finales de la década de los años 50 en Escocia. Uno de sus trabajos más conocidos es la novela Trainspotting, que se convirtió en una película del mismo nombre dirigida por Danny Boyle. Se ha caracterizado por escribir en el dialecto nativo de Edimburgo, de forma muy explicita, gráfica y cruda. El autor visitará la ciudad de Cartagena por segunda vez, con motivo del Hay Festival.
—Yo descubrí sus novelas en una clase de literatura en que estudiábamos autores que escriben en su dialecto nativo. Al principio me costó mucho trabajo entenderlo hasta que comencé a leer en voz alta, imitando el acento escocés, y ahora me pregunto, ¿era usted consciente del riesgo que estaba corriendo al escribir en el vernáculo de Edimburgo, en algún momento pensó que quizá mucha gente podría no entenderlo?
—Sí, pensé que me iba a limitar a Edimburgo. Por suerte eso no pasó. Pienso que la gente siempre está buscando algo diferente.
—¿Existe algún truco para escribir en un dialecto nativo?
—No realmente, pero creo que uno se puede meter más dentro de un personaje usando ese mecanismo.
—¿Para quién escribe?
—Para mí. Siempre para mí.
—Varios autores han intentado imitar su estilo, ¿hay alguno al que usted admire, o que considere que logró hacer lo que usted hace?
—Escribir es un negocio difícil y solitario, y aunque casi siempre es muy divertido, también puede imponer serias lesiones psicológicas. Yo respeto a todo el que lo hace.
—¿Cómo ha logrado mantener ese estilo tan explícito, tan “en tu cara”, a través de los años? ¿La edad no lo ha vuelto más sereno? ¿Cómo lo logra?
—Es simplemente mi forma de ser. Me aburro leyendo cosas moderadas y me aburro escribiéndolas.
—¿Cuando sus novelas fueron censuradas, lo vio como un triunfo, o lo opuesto?
—No me importó, de una forma o de la otra. Todos los libros que son censurados eventualmente salen de la censura. La gente que se siente complacida con ese tipo de ejercicio está perdiendo el tiempo y convirtiéndose en payasos ante los ojos de los demás.
—¿Cómo se preparó para escribir su siguiente novela negra sobre lesbianas, en la que trabaja actualmente? ¿Cuándo será publicada?
—Será publicada en el Reino Unido en mayo y en EE.UU. el año que viene. Me preparé como lo hago con cualquier novela, me siento y escribo.
—¿Cómo se supera el gran éxito que es Trainspotting, cree que en algún momento va a superar esa novela?
—Es muy fácil superar cualquier proyecto escrito, sencillamente avanzas hacia el siguiente. Para otra gente es difícil superarlo, pero esa es la idea -uno se esfuerza para escribir un libro que el lector no supere nunca.
—¿Qué música estaba oyendo cuando escribió Trainspotting?
—No lo recuerdo como recuerdo lo que oía mientras escribía los otros, pues este tuvo un período de gestación más solitario, pero mucha de la música que tiene la película: Lou Reed, Bowie, Iggy Pop, Joy Division, New Order, Underworld, etc.
—¿Tuvo algo que ver con la banda sonora de la película?
—Todos propusimos nuestras ideas. A Danny Boyle se le ocurrió ponerle música britpop, que yo pensé que no iba a funcionar, pero funcionó.
—¿Hay algo de Irvine Welsh en los personajes de Trainspotting, Cola y Porno?
—Pienso que tiene que haber algo de ti en cada personaje que creas. Mi esposa cree que los dos personajes femeninos de mi siguiente novela son de los que más se parecen a mí.
—¿Cuál es el rol de las mujeres en sus libros?
—Varía de un proyecto al otro. Si estás escribiendo sobre una subcultura masculina de drogadictos, no es factible llenarla de personajes femeninos fuertes. Mi nuevo libro, que sale en mayo, es narrado por dos personajes femeninos. Y mi película, Wedding Belles, tiene muchos personajes femeninos con personajes masculinos incidentales.
—¿Aboga usted, a través de sus novelas, por los derechos de las mujeres, como lo hizo en la tesis de su MBA?
—Yo nunca abogo por nada político de esa forma. Sencillamente creas tus personajes y dejas que ellos te cuenten la historia.
—¿Qué cree que quede de la escena punk del Londres de los años 70?
—Nada. Vino y se fue. Sí impactó cierta sensibilidad que aún vive en algunas personas.
—Habiendo leído su biografía, me doy cuenta que antes de comenzar a escribir, nada indicaba que fuera a hacer eso en la vida. ¿Qué pasó, qué cambió?
—Pienso que, a través de pruebas y errores, eventualmente encuentras aquello para lo que eres bueno. Me siento más cómodo haciendo esto que cualquier otra cosa. Pienso que es porque realmente no lo entiendo.
—¿Cuál es su relación con las drogas?
—Cuando llegas a los 50 años ya casi has superado las drogas. Se vuelve una tarea rutinaria, como lavar la ropa.
—¿Cuál es la idea más errónea que la gente tiene sobre usted?
—A la gente le sorprende que sea tan alto como soy.
—¿Qué sabía sobre Colombia antes de ser invitado al Hay Festival?
—Hace cinco años estuve en Bogotá y Cartagena con mi esposa y la pasamos muy bien, entonces es emocionante volver.
—¿La gente lo reconoce en la calle? ¿Cómo lidia con su estatus de celebridad?
—Depende de dónde esté y qué acabe de publicar. Tengo la suerte de ser escritor, muy pocas veces nos reconocen visualmente, en caso de que algo salga mal, como en el caso de Salman Rushdie.
—¿Qué hubiera hecho en la vida si no fuera escritor/autor?
—Hubiera sido un mal profesor universitario y un comediante de stand-up de tercera.
@Virginia_Mayer
Irvine Welsh: "Escribo para mí. Siempre para mí".
Sáb, 18/01/2014 - 03:01
Irvine Welsh es un autor, dramaturgo y director que nació a finales de la década de los años 50 en Escocia. Uno de sus trabajos más conocidos es la novela Trainspotting, que se convirtió