El mafioso Pablo Escobar tuvo un paradisíaco refugio en las playas de Tulum, en México. Dormía en sus habitaciones situadas frente al mar Caribe, las mismas que hoy forman el exclusivo hotel Eco-resort Casa Magna, que visitan las celebridades y el jet set mundial. Esta antigua propiedad que perteneció al capo colombiano es uno de los destinos turísticos más chic del mundo. El hotel ofrece yoga, masajes, comida orgánica y playas vírgenes rodeadas de ruinas Mayas. Melissa Pearlman y Erica Joy son las millonarias neoyorquinas a quienes les pertenece uno de los lugares preferidos por los famosos.
Drew Barrymore (izq.) y Lady Gaga son huéspedes frecuentes del hotel.
El pueblo de Tulum hace parte del estado de Quintana Roo, en la rivera Maya mexicana. Según el New York Times, es el destino ideal para descansar si uno es tan chic como Drew Barrymore o Lady Gaga, quienes buscan los hoteles de esta costa cuando quieren alejarse de su ajetreada vida frente a las cámaras. A Barrymore, huésped frecuente, le atrae la tranquilidad y la privacidad de de Casa Magna. Tulum se encuentra lejos de las ruidosas playas de Cancún y pocos turistas la visitan. La casa de Escobar, construida a comienzos de los 80, fue la primera en tener luz eléctrica. La precariedad es el gran atractivo del pueblo.
Varias habitaciones recuerdan a Escobar, como King Pin Suite (La Suite del Capo) o King Big Daddy (El Rey de Los Duros).
“La Casa Magna es como un castillo de arena gigante frente a la playa. Luces bajas y un ambiente yogüi predominan”, dice la revista Travel and Leisure, una de las autoridades en destinos exclusivos. Pero en contraste con el pueblo, la magia del hotel es su decadente fastuosidad y las gruesas paredes anti balas. Mitos y leyendas sobre esta construcción recorren el pueblo. Cada cual cuenta su versión de este lugar que alguna vez habitó el mafioso más buscado del mundo. Un poblador que dice haber sido el encargado de llevar el hielo a la casa recuerda que era frecuente ver celebridades llegando en helicópteros que aterrizaban en el techo de Casa Magna.
Quienes visitan el hotel buscan alejarse de su frenética vida cotidiana.
Aun así hay fuentes que niegan que el capo colombiano haya sido el dueño de este lugar. Javier Peña, un importante agente estadounidense, protagonista y eslabón clave de la Policía Nacional Colombiana durante los años de persecución a Escobar, dice no tener conocimiento de propiedades en México a nombre del narcotraficante. Mark Bowden, autor del libro ‘Killing Pablo’, apoya a Peña, pero dice que no tendría nada de raro que Escobar hubiese construido la villa porque su debilidad eran los excesos y el derroche.
El lugar aún conserva parte de su arquitectura original.
Pasar una noche en Casa Magna cuesta entre los 225 y 310 dólares. Los cuartos tienen nombres que recuerdan a su antiguo dueño: La Familia, King Pin Suite (La Suite del Capo) o King Big Daddy (El Rey de Los Duros). El hotel advierte que su servicio es de lujo rústico, por lo cual la refrescante brisa marina reemplaza el aire acondicionado.
No hay luces de neón sino velas. Sólo hay electricidad desde el amanecer hasta la medianoche. La comida es fresca y se prepara de manera simple. En Casa Magna no hay complicaciones y todo es relajación. Para sus dueñas los precios son acordes al valor que se puede pagar por un pedazo del paraíso en la península de Yucatán.