En mayo pasado, siete meses después de la extraña muerte del estudiante de la Universidad de Los Andes Luis Colmenares en el Parque El Virrey en Bogotá, que hoy los tiene enredados judicialmente, Laura Moreno y su antiguo novio Carlos Cárdenas parecían una pareja feliz, como quedó registrado en las fotos del matrimonio de unos familiares.
Si bien la extraña muerte de Colmenares pudo darse cuando la pareja estaba separada, y se rumoró entonces de un posible romance entre Laura y el joven que terminó muerto en la madrugada del 31 de octubre de 2010, como atestiguan muchos amigos, Laura y Carlos se reencontraron. Y volvieron a ser felices.
Hasta ahora se ha dicho que la muerte de Colmenares estaría asociada a un crimen pasional. En ese sentido la investigación judicial está enfocada a establecer si Carlos Cárdenas está involucrado en el homicidio. Eso está por determinarse. La familia de Laura, sin embargo, insiste en mantener la versión de que Colmenares, en un estado de delirio, se lanzó al caño del Parque El Virrey sin explicación alguna.
Laura mantiene hermetismo y en su casa, donde pasa los días detenida en el sector de Ciudad Salitre en Bogotá, se escucha música tropical como lo constataron periodistas de Kien&Ke. Su papá, Jorge Enrique Moreno, un exitoso ingeniero de petróleos, también ha querido permanecer en la sombra, pero sin descuidar cada detalle del proceso de un presunto encubrimiento del que está sindicada su hija.
(Izq.) Laura Moreno y Carlos Cárdenas.
Moreno, socio de la exitosa compañía Montajes JM S.A., que presta servicios de montajes electromecánicos y obras civiles a más de 10 multinacionales del petróleo, entre ellas Pacific Rubiales, Occidental de Colombia, Petrobras Colombia Limited y Ecopetrol, ha contratado por su cuenta un equipo de investigadores para que, sin ser identificados, sigan el proceso, asistan a las audiencias y revisen los procesos.
El pasado jueves 20 de octubre, durante la audiencia de legalización de capturas de la mamá de Carlos Cárdenas, detenida por tratar de obstruir el proceso por la muerte de Colmenares, el empresario envió dos escoltas para que estuvieran atentos a las declaraciones de los testigos en la audiencia que se desarrolló en los juzgados de Paloquemao. Los dos investigadores grabaron cuanto aconteció.
Nadie sabe si esos escoltas son los mismos que durante mucho tiempo sirvieron en el cuerpo de seguridad de Laura. Según la familia de Luis Colmenares, mientras ella mantuvo una relación con él, siempre se desplazaba acompañada por escoltas. Tampoco se sabe si son los mismos que estuvieron con ella en la madrugada del 31 de octubre, cuando Laura vio por última vez a Colmenares. El enigma continúa. El silencio de Laura y su padre sigue siendo impenetrable y, a decir por las fotos, el afecto de ella y Carlos sigue intacto.