El hombre se sigue sintiendo con el derecho supremo de hacer con el planeta y los animales lo que se le da la gana. A veces pareciera que la crueldad no conociera límites. Día a día se conocen casos aberrantes de maltrato contra todo tipo de especies. Esta es la historia de Budi, un orangután bebé ¿Tendrá un final feliz?
‘Budi’ como llamaron sus cuidadores a un orangután de un año fue raptado de los brazos de su madre cuando apenas tenía unas semanas de edad. Los responsables fueron traficantes de animales que luego lo vendieron en un mercado en Ketapang, Bermeo occidental.
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Sin un fin claro, una mujer lo compró por apenas unos dólares. La “dueña” de Budi, incapaz de darle los cuidados adecuados, lo encerró en una jaula diminuta en la que apenas cabía, y lo alimentó sólo con crema de leche. Por casi un año la pobre criatura estuvo sometida a ese encierro duro, inhumano, lo que hizo que desarrollara graves enfermedades en todo su cuerpo.
“Budi llegó al Centro de Rescate de Orangutanes de IAR en Ketapang en diciembre. Una lugareña de Kubing en Ketapang había informado a las autoridades que estaba dispuesto a entregar un pequeño bebé orangután que había tenido como mascota. Ella también admitió que el bebé estaba muy enfermo. El equipo de rescate de la Agencia para la Conservación de los Recursos Naturales en Ketapang (BKSDA), especialistas del Parque Nacional Gunung Palung, y el Dr. Ayu Handayani y Riyan de IAR, respondieron a la llamada de inmediato. Después de un viaje de más de 10 horas en barco y por carretera, Budi llegó al centro”, explicó la fundación International Animal Rescue.
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Facebook @internationalanimalrescue[/caption] La condición del pequeño mono no era la mejor al llegar al refugio. La alimentación y el tamaño de su jaula, en la que casi no se podía mover, causaron en Budi malnutrición y severas atrofias musculares. Sólo mover levemente alguno de sus bracitos significaba un gran esfuerzo que le causaba muchísimo dolor. Las fuerzas, parecía, no le alcanzarían para sobrevivir. [single-related post_id="569224"] La gravedad de sus síntomas requería de un tratamiento urgente. Lo primero que hicieron los veterinarios del refugio fue regular su dieta para que fuera recuperando sus fuerzas. “Es inimaginable cuánto sufrimiento ha tenido que soportar este pequeño. Sus ojos se llenan de lágrimas cada vez que los médicos los mueven un poco e incluso grita de dolor. Es sorprendente que hay podido sobrevivir tanto tiempo”, dijo Karmele L Sanchez, directora de la Fundación. No será una recuperación fácil. Budi está luchando por su vida en la clínica de la fundación. Al principio, él no tenía la fuerza para sentarse solo, pero ahora puede sentarse sin apoyo durante cortos periodos de tiempo. También está siendo tratado por una enfermedad metabólica severa que afecta sus huesos. Sus miembros están malformados porque la desnutrición les ha impedido desarrollarse adecuadamente. Budi tiene un largo camino por recorrer en el hacia la recuperación. Todavía es demasiado pronto para saber si ha sufrido algún daño permanente. La historia de este pequeño orangután es solo una más entre las miles que hay, y en las que la crueldad e indolencia humana demuestran lo poco que nos importa el mundo y las criaturas que viven en él. Sin embargo vale la pena hablar de esto, replicarlo, como un paso necesario para que no se repita en ninguna parte. https://www.youtube.com/watch?v=Wgnr_ftHhUw
Facebook @internationalanimalrescue[/caption] La condición del pequeño mono no era la mejor al llegar al refugio. La alimentación y el tamaño de su jaula, en la que casi no se podía mover, causaron en Budi malnutrición y severas atrofias musculares. Sólo mover levemente alguno de sus bracitos significaba un gran esfuerzo que le causaba muchísimo dolor. Las fuerzas, parecía, no le alcanzarían para sobrevivir. [single-related post_id="569224"] La gravedad de sus síntomas requería de un tratamiento urgente. Lo primero que hicieron los veterinarios del refugio fue regular su dieta para que fuera recuperando sus fuerzas. “Es inimaginable cuánto sufrimiento ha tenido que soportar este pequeño. Sus ojos se llenan de lágrimas cada vez que los médicos los mueven un poco e incluso grita de dolor. Es sorprendente que hay podido sobrevivir tanto tiempo”, dijo Karmele L Sanchez, directora de la Fundación. No será una recuperación fácil. Budi está luchando por su vida en la clínica de la fundación. Al principio, él no tenía la fuerza para sentarse solo, pero ahora puede sentarse sin apoyo durante cortos periodos de tiempo. También está siendo tratado por una enfermedad metabólica severa que afecta sus huesos. Sus miembros están malformados porque la desnutrición les ha impedido desarrollarse adecuadamente. Budi tiene un largo camino por recorrer en el hacia la recuperación. Todavía es demasiado pronto para saber si ha sufrido algún daño permanente. La historia de este pequeño orangután es solo una más entre las miles que hay, y en las que la crueldad e indolencia humana demuestran lo poco que nos importa el mundo y las criaturas que viven en él. Sin embargo vale la pena hablar de esto, replicarlo, como un paso necesario para que no se repita en ninguna parte. https://www.youtube.com/watch?v=Wgnr_ftHhUw