Los lobos solitarios son atacantes terroristas que dicen ser parte de ISIS, Daesh, o Estado Islámico, aunque realmente no formen parte de sus filas. Actúan solos, inspirados en sus ideas, a veces sin siquiera comprender bien sus planteamientos o ideologías.
El término surgió de las agencias de Estados Unidos especializadas (Seguridad Nacional, Justicia, Departamento de Estado) y por los medios de comunicación, que se referían a "terrorismo del lobo solitario" para referirse a cualquier acto llevado a cabo por un individuo fuera de una estructura de comando, sin importar su ideología.
[single-related post_id="847992"]
A través de las redes sociales se mantienen vigentes y con el aumento de la radicalización en línea o remota los extremistas no tienen que estar físicamente en un lugar específico o en comunicación con los personajes de la organización terrorista.
Los lobos solitarios son tipos que trabajan por su cuenta, cometen crímenes y atentan contra la población civil para llamar la atención, muchas veces motivados por venganzas o por odios surgidos por temas personales que buscan alimentar su desprecio por la sociedad. Atacan a personas según sus inspiraciones o motivaciones, que pueden estar basadas en cualquier cosa.
Según estadísticas del Observatorio Internacional de Estudios sobre Terrorismo, los lobos solitarios atacan el 70% de las veces en las sociedades occidentales. Es decir, no necesitan plataforma para reunirse o pertenecer. Por lo general, son personas de extrema derecha, ultranacionalistas o xenófobos.
[single-related post_id="829584"]
Como atacan por su cuenta y no siguen patrones o protocolos de los modelos generales de los grupos terroristas que usualmente se estudian en las agencias de inteligencia, es muy difícil capturarlos o predecirlos para poder detenerlos. Por ejemplo el ataque a las Torres Gemelas de Nueva York fue perpetrada por una organización yihadista, no por un lobo solitario: por lo tanto, el impacto fue mucho mayor.
El ataque de Niza, con el camión que se fue contra la gente en la calle, matando a 86 personas, fue un lobo solitario. El atentado del noruego Andrés Breivik, que abrió fuego en una isla cerca de la capital, dejando 77 muertos, también.
El ataque en una discoteca en Orlando y el tiroteo en San Bernardino, fue perpetrado por otro lobo solitario. El Estado Islámico anima e inspira a estas personas y les sugiere lugares y estrategia para cometer los crímenes. El internet les ha servido muchísimo y no hay cómo controlarlo.
[single-related post_id="829386"]
Para cometer un ataque terrorista ya no se necesita contar con una amplia red de armas y planificación detallada; solo basta un tipo con resentimientos, odios guardados y que tenga acceso a un arma. Y a la organización le conviene porque es fácil y eficaz para aterrorizar.
Por lo general la radicalización de una persona no siempre tiene que ver con el Islam. Hay factores externos, que van desde el racismo, dificultades económicas, odios, resentimientos que van siendo alimentados por la persona que quiere que la sociedad sepa lo que siente.
Por eso las personas que han cometido ataques los hacen en nombre del Estado Islámico, o como respuesta al llamado de la violencia. Sin embargo, pueden cometer errores y dejar mensajes en redes sociales, como hizo Nikolas Cruz, varias veces.
[single-related post_id="584327"]
En Estados Unidos, principalmente, los lobos solitarios son una amenaza mayor incluso que los grupos organizados, y el hecho de que cualquiera puede acceder a un arma en este país les complica las cosas a las autoridades.
[single-related post_id="583925"]
Según el Christian Science Monitor, "con la excepción de los ataques a las Torres Gemelas, los más grandes y graves ataques terroristas en Estados Unidos han sido perpetrados por individuos trastornados que eran simpatizantes de una causa mayor: desde el bombardero de Oklahoma Timothy McVeigh hasta el francotirador de Washington John Allen Muhammad".
