El ‘Carrusel de la contratación’ en Bogotá también tiene su propia geografía urbana. Se calcula que el desfalco a las finanzas del distrito alcanzó los 2 billones de pesos. Es un escándalo de corrupción que hoy tiene en la cárcel al destituido alcalde Samuel Moreno Rojas, a su hermano, el ex senador Iván Moreno Rojas, al ex Contralor de Bogotá Miguel Ángel Moralesrrusi, al ex representante a la Cámara por Bogotá Germán Olano, al ex director jurídico o del IDU Inocencio Meléndez, a los contratistas Miguel, Guido y Manuel Nule. Además, otros treinta y tres servidores públicos y contratistas tienen procesos judiciales.
Esta es la geografía de la corrupción en Bogotá.
La casona de la familia Moreno Rojas, en el tradicional sector de Teusaquillo, en Bogotá, es famosa por haber sido el epicentro del Golpe de Estado que llevó al General Gustavo Rojas Pinilla, el abuelo de los Moreno, al poder. El lugar volvió a tomar fuerza en la campaña a la Alcaldía de Bogotá de Samuel Moreno. Fue en esa casa donde se realizaron muchos de los negocios que hoy tienen tras las rejas a los Moreno. Allí se organizaron encuentros presididos por María Eugenia Rojas, ‘La Capitana’, madre de los Moreno, quien exigía que las reuniones se hicieran en un amplio comedor de la década de 1940. Allí se tejieron alianzas políticas y compromisos con contratistas como Julio Gómez, Emilio Tapia y Germán Olano, intermediario de los Nule, y los acuerdos con las bancadas del Concejo en los que el actual personero, Francisco Rojas Birry, jugó un papel fundamental.
El edificio donde funcionaron los controvertidos empresarios Miguel, Guido y Manuel Nule, en el apartamento de Guido Nule, en la carrera 11 con calle 93, en el norte de Bogotá, fue el escenario de múltiples reuniones para afinar comisiones y contratos desde 2008. Fue allí donde ellos se reunieron, entre otros, con la esposa de Iván Moreno, Lucy Elvira Luna Albarracín, quien solicitó participación de algunas zonas de la doble calzada Bogotá-Girardot, que los Nule dejaron a mitad de camino. Esa negociación llevó a la justicia a entender hasta dónde Iván Moreno estuvo involucrado en el ‘Carrusel’. En ese edificio también se reunieron con abogados, periodistas, constructores y decenas de servidores públicos que estuvieron al servicio de la cadena de irregularidades de los Nule. Se dice que ellos lograron evadir hasta 30 mil millones de pesos en impuestos y se quedaron con más de 100.000 millones de la contratación.
En el edificio El Vigia, en donde se ubica el apartamento 401 del abogado y asesor de los Nule Álvaro Dávila, se habrían realizado reuniones para gestionar comisiones de Contratos de la Tercera Fase de Transmilenio. Esas comisiones presuntamente fueron a parar a los bolsillos del entonces contralor de Bogotá, Miguel Ángel Moralesrussi; del alcalde mayor, Samuel Moreno Rojas, y de su hermano, el ex senador Iván Moreno, así como de funcionarios del Distrito, contratistas, ex ministros y ex magistrados. En ese apartamento y en su oficina del sexto piso del edificio Centro 94, en el norte de Bogotá, donde funcionó la firma de abogados Dávila y Dávila Asociados, este abogado estructuró decenas de negocios para que contratistas se hicieran a miles de millones del erario. Las investigaciones aseguran que allí se realizaron unas 10 reuniones entre el 5 de septiembre de 2009 y el 15 de abril del 2010 para tratar temas de los que hoy se conoce como el ‘Carrusel de la contratación’. Desde allí también se controlaron puestos clave del Instituto de Desarrollo Urbano (IDU) que le aseguraban a Dávila y a sus socios contar con gente de confianza para controlar información y poder incidir en la contratación de Bogotá.
APARTAMENTO DE ÁNGELA BENEDETTI
En el apartamento de la entonces concejal Ángela Benedetti, hoy Embajadora de Colombia en Panamá, se realizó un desayuno en noviembre de 2009 al que concurrieron el empresario Guido Nule, el entonces contralor de Bogotá, Miguel Ángel Moralesrrusi, y el ex congresista Germán Olano. El desayuno, que se filtró a los medios, se dio con el fin de que Benedetti acercara al empresario Nule al entonces contralor para que hicieran causa común en los negocios irregulares de la contratación en Bogotá. Benedetti y Moralesrrusi han negado esa teoría. Lo cierto es que la concejal terminó libre de apremios judiciales pero quedó en evidencia que quiso prestarle un servicio al cuestionado Grupo Nule. De ese encuentro se conoce una grabación que se convirtió posteriormente en pieza clave para el destape del escándalo de la contratación.
SEDE DE LA CONTRALORÍA DE BOGOTÁ
En la Contraloría de Bogotá, Miguel Ángel Moralesrussi atendió visitas de varios contratistas relacionados con la Tercera Fase de Transmilenio. Allí, el ex funcionario habría recibido el 2 por ciento de comisiones en contraprestación para no emprender acciones legales en contra de contratistas, como los Nule. Cuando el plan le falló, Moralesrrusi la emprendió contra los miembros de ese grupo quienes, según él, hacían parte de una ‘pirámide empresarial’. Ya era tarde porque las pruebas en su contra eran del todo importantes para que la justicia lo llamara a responder.
En el Instituto de Desarrollo Urbano de Bogotá (IDU), del que Liliana Pardo era directora e Inocencio Meléndez subdirector jurídico, se firmaron los contratos de obras públicas que dieron pie a abusos e irregularidades por parte de contratistas. Hoy es claro que personas cercanas al entonces alcalde de Bogotá, Samuel Moreno Rojas, entre ellos el abogado Álvaro Dávila, hicieron del IDU su centro de operaciones para obtener millonarios contratos.
El Hotel del Parque era llamado la oficina paralela del IDU. Allí se realizaban pactos y acomodación de contratos para la respectiva distribución de los procesos licitatorios. A lo largo de la investigación del ‘carrusel’ se supo que esa oficina fue permeada por contratistas como Julio Gómez, Emilio Tapia y Mauricio Galofre.
El Hotel L’Etoile, situado en la carrera séptima, de propiedad de Carlos Silgado, Subdirector de Investigaciones de la Contraloría de Bogotá, sirvió para realizar varias reuniones en la que el ex contralor Miguel Ángel Moralesrussi hizo acuerdos con Guido Nule y con el ex representante liberal Germán Olano para recibir comisiones sobre contratos distritales. A cambio, Moralesrrusi no abriría ningún proceso disciplinario. En los expedientes se asegura que éstos dos últimos habrían recibido el 2 por ciento sobre contratos de obra.
Al menos 17 concejales de Bogotá terminaron enredados en las investigaciones por el ‘Carrusel de la contratación’. Todo por cuenta de sus gestiones ante las entidades del Distrito para que grandes y pequeños contratistas accedieran a la contratación. Durante el mes de diciembre la Fiscalía llamó a indagatoria a la mayoría de ellos, pero poco se sabe del resultado de las pesquisas del organismo investigador.